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i. PREMONICIONES, PROFECÍAS, PROBLEMAS
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🔮 Old Hada's Future House, Nueva York, Estados Unidos, Midgard ⏳ Mayo de 2015
OBSERVO SIN SER MUY OBVIA A UNO DE MIS clientes, quien se pasea por mi local mirando todo con pura curiosidad. Mira las vitrinas con cartas de tarot, otra en la que tengo bolas de cristal de distintos países y juega un poco con las telas colgadas en un perchero como forma de decoración. Yo comparto su interés, me gusta ver cómo los humanos se embelesan por mis objetos místicos y se ven tan atraídos por ellos. Crean o no, algo en su interior les dice que deben probar suerte e intentar que les lean el futuro o algo así. Eso es lo que me suelen decir cada vez que les pregunto por qué vinieron a mi tienda. A nadie le gusta admitir que cree en estas cosas, ya que quedaría como un loco. O al menos eso creo yo.
El hombre de ojos verdes se gira hacia mí y me sonríe. Imito su gesto con cordialidad y vuelvo a concentrarme en mi libro. Si es otro humano tonto que quiere coquetearme deberé darle una patada en el trasero disimulando mi fuerza un poco superior a la de él. Es una gran desventaja que las nornir menores no tengamos fuerza sobrehumana, aunque por otro lado es entendible. Se supone que debemos quedarnos sentadas, mirando un espejo que nos enseña Midgard por el resto de nuestras vidas o hasta que todos los humanos mueran por el calentamiento global, la desaparición de la capa de ozono o por una invasión alienígena. ¿Para qué necesitaríamos la súper fuerza? Porque supuestamente ninguna debería irse de Bodaurdans.
Sí, hola, están leyendo a la excepción de esa oración. Soy Hada, mucho gusto.
Aunque técnicamente, yo no me fui del reino de las dísir, me desterraron. Diría que eso fue lo mejor que me ocurrió en la vida, pero luego siento los guantes que recubren mis manos y las ganas de confirmar eso desaparecen. No voy a decir que mi vida desde que llegué a la Tierra es un cuento de hadas (es divertido decir esa palabra porque es mi nombre), pero tampoco es una pesadilla digna de una película de terror. Tal vez sea como una de Scary Movie, esa saga de películas de miedo que en realidad dan risa. No, ni siquiera. Bah, eso no importa, el punto es que soy más feliz aquí... pero nada es perfecto, ¿cierto?
