La Alfa Mayor.

Inocentes asesinados, mujeres tomadas y... ¿Un nuevo Amor?

Los Warriors empezaron a trotar, adentrándose hacia donde quedaban las chozas donde antes dormían las hembras.

Las Omegas consiguieron el valor suficiente y salieron a la luz que brindaban las antorchas, la matriarca de la manada se posicionó hasta en frente, no era una hembra tan adulta como se esperaba, se le veía muy joven de hecho.

Matriarca (MT): ¡No dejaremos que toquen a nuestros hijos! Sí lo intentan entonces nosotras tomaremos cartas en el asunto.

ZA: ¡Silencio, mujer! Parece ser que necesitas que un Alfa te ponga en tu lugar.

CR: Zarevna, yo arreglaré esto. -también se posicionó hasta la cabecera.-

ZA: Sí, Alfa. -se apartó.-

La Alfa ahora estaba de frente con la matriarca de la manada, los ojos de Crasht nunca regresaron a su color original pero ahora tenía una expresión calmada mientras que la Omega que tenía enfrente la veía con miedo y rencor.

CR: Podemos hacer esto de forma calmada, ustedes nos dan a los cachorros y nosotros no las lastimaremos.

MT: ¿¡Crees que va a ser así de fácil!?

Enfurecida, la hembra le soltó un zarpazo en la cara a Crasht. Lo hizo tan fuerte que la movió un poco de dónde estaba.
La sangre empezó a escurrir del rostro de la Alfa, la misma elevó la cara dejando ver qué le desgarró la carne yendo desde arriba del ojo, pasando por el ojo y terminando en el inicio de la mejilla. Básicamente volvió a abrirle la cicatriz que ya tenía desde antes.
Cualquiera de los Warriors o de las Omegas hubiera pensado que Crasht atacaría inmediatamente a la hembra pero sólo escucharon una pequeña risa, esto los dejó dudando de lo que sea que fuera a suceder después.

CR: Omega inútil, haz cometido un grave error -agitó un poco la cabeza.- Estás aquí frente a mi, junto con tus hermanas, ahora dime... ¿Quién protege a los cachorros?

Y la hembra dió un sobresalto, miró hacia atrás y pudo contar a todas sus hermanas, no se lamentó sino hasta que escucho el grito de agonía de uno de los más pequeños.

Por órdenes de Crasht, Linno y Lanny se fueron ocultos y sin hacer ruido a buscar a los cachorros, los encontraron a todos escondidos entre algunos arbustos.
Lanny fue la primera en sostener a uno de los infantes con su hocico, para hacer que se quejara le clavó por completo los colmillos en lo que sería su espalda y su pecho. Cómo es de esperar, el pequeño soltó un fuerte grito de angustia haciendo que todas las hembras volteasen a verlo, en la loba que lo sostenía se dibujaba una macabra sonrisa, hace unas horas se opuso a la idea de asesinar a los inocentes cachorros pero ahora al probar la sangre de uno y ver su vulnerabilidad realmente lo estaba disfrutando. Su naturaleza la obligaba a hacerlo.

Lastimosamente, los lobos que conquistan un territorio donde las hembras tienen cachorros se ven en la necesidad de acabar con ellos una vez que derrotan a los Alfas dominantes.
Los conquistadores no necesitan actuar como padrastros ni tampoco invertir recursos en los más pequeños, además de que su orgullo no les permite dejar viva la descendencia de los anteriores lobos.
Sí los cachorros hubiesen sido mayores a 4 años (humanos) entonces tal vez no irían tras ellos pero des-afortunadamente éstos no tenían más de dos meses de nacidos.

Y: ¡Ese es mi hijo! -de entre las Omegas, lo gritó una de forma desesperada.- ¡Déjenlo, por favor!

Y fué entonces que Lanny dejó al infante sobre el suelo dando una falsa esperanza a aquella joven madre. Crasht, desde donde la estaba viendo, hizo una señal con su cabeza e inmediatamente Lanny arremetió contra el pequeño. En tan solo unos segundos mordió fuertemente al bebé por el cuello logrando así desnucarlo y al terminar voltear a ver a la madre, aquella hembra que no pudo con el dolor y corrió a atacar a la asesina de su hijo. No pudo ni siquiera llegar a mitad de camino cuando fue detenida en seco, un dolor recorrió toda su espina dorsal, al parecer Lara la sujetó del pelaje del cuello. Realmente aquella Omega no podría salirse de ese agarre por más que lo quisiese puesto que la fuerza de un Alfa es muchísimo mayor a la de una Omega.