veinticuatro

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A las doce ya se habían ido un montón de los amigos de Jean incluidos sus hermanos. Quedamos nosotros, los de siempre y algunas de las amigas de Iara que también eran las de Jeana.
Me encargué de repartir los cuartos equitativamente para evitar bardos, pero igualmente los hubo, porque Jean empezó a gritarme porque Troca ronca mucho y Iara también porque estaba peleada con Mauro

— No pueden ser tan hijos de yuta, loco, se calman — reniego — Homer, anda con Troca. Iara con Jeana y yo con Mauro, listo, easy — finalizo, pero siguen mirándome mal

— Te la chupo esta noche, Cenfe — me intenta chamuyar Mauro y se acerca insinuante, le doy un empujón apartando su perversidad.

— Chupasela a tu señora así se dejan de joder y desordenarme — Iara se cruza de brazos. No era bueno dos chicas como ellas dos enojadas, menos juntas. Milagros, la amiga de Iara la toma para calmarla, yo agarro la mano de Jeana para que me ayude a preparar pochoclos

Entramos a la cocina y busco la pochoclera entre las alacenas. Al encontrarla y enchufarla me percato de que Jean me miraba fijo —¿Qué pasa?— susurro sobre las voces fuerte de los chicos peleando por una película

— Que me gustan tus tatuajes — sonrío parcialmente y me concentro en buscar las cosas mientras ella habla —¿Me perdonaste?— cuestiona cuando prendo la máquina y empieza con su trabajo. Me giro apoyándome en la mesada de costado

— Jean — suspiro — Sos libre de hacer lo te salga del culo, no puedo meterme en eso

— Ya sé, pero siento que te traicioné. No solo por lo obvio, sino porque te pedí ayuda y estoy cagando la ayuda — verifico detrás de ella que no viene nadie, me acerco y coloco una mano en su cuello corriendo su pelo rubio

— Es parte de la ayuda, reconocer el error — sonríe a penas y se prende a mi cadera. Estaba toda llena de tierra por haber jugado todo el día al aire libre como si fuera un perro suelto

— Me equivoqué dos veces en un minuto — se recuerda y ríe— Es que esa chica y vos eran mucha belleza como para desperdiciarla — confiesa y ambos reímos bajo. Lo que menos quería era que el resto se entere de esto

Cuando sube sus manos por mi cuello y me besa no puedo pensar en si están viéndonos o no, solamente en que ella me podía llevar al paraíso demasiado fácil.
Pero justo cuando toca la mejor parte, la pochoclera nos indica que ya terminó su trabajo. Bufo al separarme logrando que ría

Reparto en distintos bouls y pongo más maíz. Mientras se hacen quiero volver a besarla pero lo impide — Esta noche vamos a ese lugar al lado de la pileta — arrugo el ceño

— 'Tas loca, mami, se van a dar cuenta — chasquea la lengua

— Mauro seguro se queda cogiendo con Iara, no duran nada peleados, el orgullo no tiene lugar en ellos. Lo que menos van a pensar es en Cenfe y Jean — guiña un ojo, palmea mi hombro y se va con el resto de gritos y golpes que se escucha en la sala

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me voy a tatuar la letra de la canción de nico del caño y después me suicido

lesbian | cro [COMPLETA☑️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora