veintiuno

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Habíamos ido tres días seguidos a acomodar toda la quinta que era de mis abuelos. Estaba buena, había una pileta enorme, una casa que abarca muchísimo y demasiado antigua, plantas y campo de sobra.

— Te gusta demasiado — dice Homer al verme riendo con el celular, estaba hablando efectivamente con ella

— No, un poco — hace una cara de no creerme, pero es que yo tampoco me creía — Un poco más de un poco — señalo con mis dedos

— Suerte — asiento y camino hasta la estufa de leña para calentar mis manos. Tenía una gran ansias de que sea el cumpleaños de Jean, necesitaba que vea lo feliz que podíamos volverla nosotros; unos boludos que parecen inútiles y pajeros pero no, somos más que eso

La semana pasa rápido y al otro viernes estábamos en pleno boliche con los chicos y Jean. Eran las cuatro de la madrugada de su cumpleaños y ella no tenía ni idea de lo que preparamos.
Camino a la barra y luego de algunos minutos consigo un vodka con jugo. Había mucha gente, me molestaba

A lo lejos veo a Jean disfrutando al máximo, iba hermosa. Con una calza negra y un top con encima una remera negra transparente, traía el pelo rubio en un rodete y dejaba al descubierto su cuello con un chocker negro con un dije de corazón de oro. Bailaba con una chica morena, casi tan linda como ella

Se notaba feliz, era por el alcohol. Necesitaba verla bailando de cerca pero la vista era menos incómoda desde mi lugar. Gira el cuello y me guiña un ojo con una sonrisa enorme delineada por el labial oscuro

Pero entonces, discutiendo su anterior acto, besa a la chica. La morena toma su cintura encantada por el beso, que veo como se intensifica cada vez más. Mi cara se arruga, era la peor imagen que se me pudo ocurrir hoy.

Otra vez el cora roto

Me centro en el vaso con liquido anaranjado, mi pecho latía con fuerza y sentía vacío en la garganta. Me sentía mal, peor que siempre en realidad y que Jeana se esté yendo con esa chica empeoraba las cosas por tres.

Porque se supone que se tenía que ir con nosotros al campo

Dios

Corro detrás de ella inventando alguna excusa en mi mente. La detengo tocando su hombro mientras cruzaba la puerta —¿Qué pasa, Tomi? — habla arrastrando la voz, estaba sumergida en alcohol

— Tenemos que darte algo, no te vayas — pero entonces me interrumpe besándome. Sabía a vodka con speed y alguna otra bebida, pero era riquísimo. Me separo por dos factores; teníamos a la que se acababa de comer enfrente y estaba en pedo

— Nos vemos bella — deja un beso en sus labios — Te llamo — dice y se vuelve a dirigir a mi — Besame — me ordena pero niego

— Estás llena de alcohol, Jeana, vamos — tomo su mano y caigo unos segundos después que estoy tocando su mano, entonces mi corazón late con fuerza

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mE kiero matar

lesbian | cro [COMPLETA☑️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora