𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 | 𝟕

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𝗠𝗔𝗦𝗞𝗦 (𝗜𝗜)

Tras aprender que la contraseña no era otra diferente a la palabra "illusion", pagamos la entrada y el enorme portero se apartó para dejarnos paso a los siete. Tal y como Namjoon dijo, sellaron nuestras muñecas con medias lunas de tinta negra, y ese fue todo el procedimiento antes de que al fin estuvimos dentro.

En una primera ojeada, aquel bar no parecía nada atípico o muy diferente a otros en los que ya hubiésemos estado, no obstante, tal vez sí se veía más moderno y nuevo. Música electrónica sonaba a volumen alto, una canción que yo no conocía, la cual la gente bailaba entusiasmada. Fue entonces cuando me fijé en que, wow, allí había mucha gente. Gente joven por todas partes.

Abriéndonos paso como pudimos, vagamos entre grupos de amigos de fiesta que no parecieron reconocernos entre el bullicio, pero, ciertamente los rostros familiares de algunos de ellos no me pasaron inadvertidos.

Al contrario que mis irreflexivos compañeros, que se lanzaron precipitadamente a la pista de baile, yo me negué a unirme sin antes haber conseguido algo de alcohol, propósito que solo Yoongi decidió apoyar, pues fue el único que me acompañó. Nos paramos frente a la barra donde un joven barista servía, y segundos después yo ya estaba pidiendo un cóctel Long Island como trago, porque era lo que acostumbraba a beber y más me gustaba.

Después de que Yoongi se burlase de mi elección —porque según él la mezcla suave, aromática y dulzona era "una bebida perfecta para señoritas"—, decidió ordenar un Jagger Bomb para él mismo. De seguro el muy imbécil lo hizo para hacerse el duro. "Bien, pues buena suerte con esa mezcla explosiva de Jägermaister y RedBull, amigo", fue lo que pensé. La última vez que bebí esa mierda tuve un muy desagradable sabor amargo en la boca durante horas, pero no le advertí de ello de todas formas. Cuando su cara se contrajo en una mueca al probar el primer sorbo, me reí un poco sin poder evitarlo.

Así, mientras nos distraíamos elogiando al DJ, comentando lo increíble que estaba siendo la música, terminamos nuestros respectivos vasos en muy poco tiempo. Después de que yo solicitase una segunda ronda, Yoongi hizo lo mismo para no quedarse atrás.

—Buah, no entiendo cómo puedes seguir bebiendo eso —dije, hablando un poco alto para que me escuchase por encima de la música, tras verlo probar su nuevo cubata de energética.

—No es tan malo después de haber tragado uno. Eso sí, esta cosa sube rápido, ¿quieres probar? —Me ofreció su vaso, el cual rechacé tan solo con olerlo.

—Estoy feliz con mi dulce bebida para chicas, gracias —tomé mi propia consumición y di un trago largo, sintiendo un ligero mareo que me obligó a cerrar los ojos. Con eso me forcé a bajar el ritmo. Estaba bebiendo demasiado rápido otra vez.

Yoongi, por su parte, volcó todo el líquido que le quedaba a su recipiente en su boca. Obviamente le dio arcadas. Maldijo, pero lo aguantó.

—Qué asco, joder, es que está malísimo —alejó el vaso vacío tanto como pudo. —Pero me gusta, de repente me siento ligero. Seguro que tú sigues sobrio, no me extraña si sigues tomando esa mariconada —después me sonrió con suficiencia. No había dudas, él estaba también bastante afectado ya. —Hablando de bebidas de tías... Mira esas dos detrás de ti.

Giré la cabeza y casi me atraganté cuando vi a esas dos mujeres tan escasamente vestidas y sexys. Fueron solo unos segundos que me permitieron fijarme en el vestido negro ajustado, sin espalda, que usaba la pelirroja de delicados hombros y piernas perfectas. Se perdieron de nuestra vista antes de lo que me hubiera gustado, subiendo por unas escaleras que no me había percatado que estaban ahí hasta este momento, un pasillo oscuro que jamás se me hubiese ocurrido investigar. Pero ellas habían entrado ahí tan decididas... Eso despertó mi curiosidad.

RETOS | jjk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora