Capítulo 15

2.2K 304 103
                                    

Arthit POV

—Levántate y brilla P'Arthit. Es hora de despertar.

Gemí y hundí mi cara debajo de la almohada cuando Kong quitó las cortinas. Una suave ráfaga de luz entró mientras Kong caminaba por mi habitación recogiendo mi ropa tirada.

Esperen, luz suave. No es ni de cerca mediodía.

Cambié mi cabeza para mirar el reloj en la mesita de noche. Gemí de nuevo.

—Despierta P'. Hoy es el gran día. Necesitas prepararte.

—Kong son las 7 de la mañana.

—No, son casi las 7:30. Tenemos que salir pronto. Tengo un día increíble planeado por delante.

—Sabes qué, ya aclare mi mente. No me interesan los hombres. Ni siquiera un poco. Ahora vuelve a la cama.

—Oh, vamos P', he estado atrapado en casa toda la semana. Además, no es solo tu cita, también es mía. ¿Sabes hace cuánto tiempo que no voy a una?

¿Qué tipo de cita comienza con la tortura?

¿Qué tipo de cita comienza a las 7 de la mañana?

¿No se dio cuenta de que me dormí muy tarde la noche anterior, estresado por nuestra cita de esta noche? Noche es la palabra clave. No a primera hora de la mañana. Si había una cosa que sabía con certeza era que una cita con Kong iba a ser cualquier cosa menos predecible.

Todavía me estaba pateando por haber soltado el deseo de besarlo de nuevo la semana pasada.

¿Qué demonios estaba pensando?

Bueno, claramente no estaba pensando. Porque cuando estoy cerca de Kong, mi pensamiento racional parece irse de vacaciones. Afortunadamente, Kong es bastante tonto a su manera y no entendió que era a él a quien quería besar y no a un Tom, Dick o Harry al azar. Quiero decir, es bastante obvio que estoy enamorado de él. Y lo he estado desde hace algún tiempo.

Bastante obvio para mí, por supuesto.

Este autoproclamado gurú del amor camina completamente ajeno al hecho, mientras me organiza una cita tras otra.

¿Qué más se suponía que debía hacer?

Ni siquiera estaba cerca de estar en la misma página que yo. Solo porque de repente descubrí que podía sentirme atraído por un hombre no significaba que él también hubiera comenzado a cuestionar sus elecciones de vida. Así que seguí con todas ellas, con la esperanza de que al final me gustara al menos una de mis citas y posiblemente volviera a pensar en Kong de una manera un poco más platónica. Pero Kong era como una fuerza de la naturaleza sobre la que no tenía control. Por lo tanto, actualmente me estoy vistiendo para una cita muy temprano un sábado por la mañana mientras él me está ayudando a descubrir mi 'homosexualidad'.

¿Qué demonios es lo que me pasa?

¿Un zoológico?

—¡Sí! Genial, ¿verdad?

—¿Me despertaste a una hora abandonada por Dios para traerme a un zoológico?

—Sí, no he estado en uno en años. Estoy emocionado.

—¿Qué vas a ver? Todos los animales están dormidos. Obviamente son mucho más inteligentes que yo.

—Entonces podemos atrapar todos sus rituales de la mañana. Será divertido. Lo prometo.

Tengo más fotos de animales bostezando y haciendo sus estiramientos matutinos de lo que creía posible. Ni siquiera sabía que los elefantes podían bostezar. Pero, curiosamente, una vez que me las arreglé para sacudirme el sueño, fue sorprendentemente divertido. Definitivamente ayudó que tuviéramos una gran porción de helado para el desayuno. Había olvidado cuánto solía disfrutar esto cuando era niño.

¿Por qué dejé de hacerlo como adulto?

Realmente ya no necesitaba el permiso de nadie. Podría haber venido aquí cuando quisiera. Supongo que una vez que creces estás tan acostumbrado a fingir que te comportas como un adulto todo el tiempo que te olvidas de ser un niño de vez en cuando.

Y a medida que avanzaba el día, dejé de estresarme por el inminente beso y comencé a pasar un buen rato. Cuando salimos del zoológico alrededor de las 5 de la tarde, con los dos comiendo un algodón de azúcar de gran tamaño, casi no podía recordar que debíamos estar en una cita. Kong estaba relatando otra de sus divertidísimas historias de ruptura y yo estaba tan absorto en reírme que no le presté atención a dónde nos dirigíamos hasta que estuvimos frente a las puertas de un carnaval.

—Kong, ¿estás robando ideas de citas de un niño de 12 años? ¿Qué pasó con lo de el vino y la cena?

—No puedo consumir alcohol y estaré estancado comiendo alimentos blandos por un tiempo. ¿Cómo es eso algo divertido? Así que necesitaba ser creativo.

—¿Por qué nunca te comportas como una persona normal? Ya sabes, ir a por una película o algo así.

—Porque te quedas dormido en ellas. Te oigo roncar lo suficiente en casa. No necesito escuchar el sonido envolvente en un cine.

—¡No ronco!

—P' ¿Estás asustado de la montaña rusa?

—No.

—Está bien si lo estás, te dejaré tomar mi mano.

—Ya dije que no lo estoy. Es solo que hemos comido mucho todo el día y no es saludable sentarse en los paseos con el estómago lleno.

—¿Cómo te las arreglaste para escapar de no hacer tu tarea cuando eras un niño? Eres un mentiroso terrible. Bien, no iremos a ninguna parte. Vamos a ganar algunos juguetes de peluche.

Lo que resultó ser mucho más difícil para Kong de lo que anticipó. El pobre niño tenía la cara roja de frustración porque apestaba en todos y cada uno de los juegos de carnaval que jugamos. Juro que esto es lo más duro que me he reído en toda mi vida mientras lo veía luchar por ganarme el juguete más pequeño sin ninguna suerte. Y estaba disfrutando mucho que él no fuera tan perfecto por una vez hasta que me di cuenta de que era terrible con ellos porque necesitaba desesperadamente lentes.

¡Oh Señor! Qué tan mal están sus ojos que no puede ver las cosas a 3 pies de distancia de nosotros. ¡De hecho le permití que conduciera aquí hoy!

¿Puede este chico darme un día libre de preocuparme por él?

Todavía estaba en medio de mi largo alegato mientras nos acomodábamos debajo de un árbol para comer nuestros pastelitos como cena. La cantidad de azúcar que había bombeado en mí hoy me dio más que suficiente energía para reprenderlo por un buen rato, mientras el seguía intentando cambiar de tema sin éxito.

—P' quieres probar mi sabor?

—¡No! Espera, sí, pero ¿me estás escuchando? Has estado conduciendo al trabajo todos los días. ¿Cómo es posible que no te hayas dado cuenta antes? ¿Sabes lo inseguro que es eso para ti y para otros? ¿Cuándo fue exactamente la última vez que te revisaron los ojos? No puedo cree...

Y antes de darme cuenta de lo que estaba sucediendo, él efectivamente me había callado mientras chocaba sus labios contra los míos. Me quedé momentáneamente aturdido antes de probar el dulce sabor a cereza de sus labios y me relajé lo suficiente como para inclinarme hacia él y responder. Y luego volvieron esas malditas mariposas.

Sus labios eran suaves y dulces mientras seguía bromeando con los míos, mordiéndome ligeramente el labio superior o succionando suavemente el inferior, aumentando lentamente la presión mientras le permitía acceder más a su lengua exploradora. No sé cómo lo logró, pero de alguna manera nos había maniobrado para que mi espalda estuviera contra el árbol mientras sentía los latidos de su corazón a través de mi pecho latiendo al ritmo del mío.

Debemos habernos besado por momentos, minutos, u horas, quién sabe, pero cuando finalmente se apartó de mí, tomando cualquier posibilidad de pensamiento coherente con él y me dio una suave sonrisa, sentí que mi corazón se detenía.

—Entonces, P' ¿qué piensas?

¡Oh, mierda! Creo que me estoy enamorando de Kong.

Bajo mi techo // Under my roof [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora