cap. 21 Necesito Tiempo

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Departamento de Camila 20;00 cita con su novio.

Miró su reloj con impaciencia, viendo el lento mover de sus manecillas, deseando tener alguna clase de súper poder que le permitiera adelantar el paso de los minutos.

O simplemente detener el tiempo.

Estaba nerviosa. Aunque intentara engañarse pensando que había repasado mentalmente lo que iba a decir las veces necesarias para sentirse segura, aún sus manos temblaban.

No estaba en una situación muy fácil. Pero era necesario. Por primera vez en muchos años necesitaba darse un espacio para entender sus sentimientos y encontrarse a sí misma. Nunca pensó que lo necesitaría, sin embargo, después de todo lo que había pasado, mantenerse en la misma situación la hacía sentir incómoda.

Como si de alguna forma se estuviera engañando a sí misma.

Suspiró. Sabía que alguien saldría lastimado.

Posiblemente todos saldrían lastimados.

¿Por qué los sentimientos eran tan complicados?

El sonido del timbre la sacó de sus ensoñaciones, proporcionándole escalofríos. Puso sus manos en sus rodillas antes de levantarse y respiró hondo, dejando salir suavemente el aire.

Tenía que hacerlo, ya no podía echarse para atrás.

Se lo debía a ella misma.

Abrió la puerta para conseguirse con un sonriente Matthew, vestido con una elegante camisa de finas rayas grises y un pantalón de pana negro, que hacía juego con sus zapatos.

Su sonrisa se mantuvo por unos microsegundos, antes de cambiar a una expresión de confusión, mientras detallaba a Camila con preocupación.

Pensó que la encontraría lista para salir a cenar, pero, en vez de eso, Camila se encontraba con un pantalón de chándal gris, unos sneakers negros y una sencilla franela azul cielo. Matthew verificó un momento la hora con su reloj de pulsera y confirmó que había llegado a la hora pautada.

Quizá la castaña se sentía un poco indispuesta.

Si era así podrían quedarse en casa.

- ¡Hola Cariño! ,  la saludó Matthew aún desde la puerta.

- Hola Matthew,  contestó nerviosa Camila, intentando mantener el ritmo de su respiración.

- ¿Te sientes mal? ,  preguntó preocupado su novio .Podemos quedarnos en casa si quieres ,  continuó él, mientras se inclinaba para besarla.

Pero Camila lo detuvo con un firme agarre en su hombro, ante la sorpresa del castaño.

- Matthew pasa , dijo la castaña, haciéndose a un lado y permitiendo entrar a su novio . Tenemos que hablar.

La expresión de confusión de Matthew se incrementó con las palabras de Camila, y en su mente empezaron a crearse múltiples vertientes de posibilidades por las cuales la castaña parecía necesitar tener una conversación seria con él.

¿Sería posible que Camila se haya enterado de sus amoríos?

No lo creía, Camila no se veía molesta. Más bien, parecía estar nerviosa.

LA PEDIATRA Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora