Epílogo.

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Me salí de la habitación, ya no podía más, no sabía que hacer.

El se estaba muriendo y no podía hacer nada, tal vez era un producto de mi imaginación o tal vez si era la realidad, estaba muy confusa y no podía pedir ayuda.

— Ya madelinne, déjalo morir, el estará mejor. Ya no estará alado de una loca como tú — exclamó de nuevo la voz de mi mente.

— El nunca me lo perdonará, no lo puedo dejar morir — me senté en el suelo y envolví mis manos, en mis rodillas.

— Para que lo dejas vivir, si está enfermo solo está sufriendo — la voz seguía exclamando en mi cabeza.

No sabía que hacer, solo me puse a llorar y a recordar cómo fue que conocí a Harry.

Abrazada a tu recuerdo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora