La vida es tan maravillosa, tan corta pero tan perfecta, que hay momentos y personas que te derrumban por completo.
Nos cuesta afrontar las adversidades que se nos ponen en nuestro camino, así como luchar sacar a personas de nuestra vida que solo nos hacen lastimarnos moralmente.
No entiendo cómo las personas les gusta hacernos sentir mal, que ganan con hacernos comentarios o acciones que lo único que quieren es hacernos sentirnos miserables y que no valemos nada.
Pero para mí opinión creo que esas personas son una mierda de humanidad, nos quieren hacer sentir mal para que ellos se sientan bien, pero que tan equivocados están, ya que si uno sabe su valor y tiene su amor propio, eso no vale hasta risa nos da.
Pero también hay personas y momentos que te llenan de alegría, esos momentos tan insignificantes pero tan maravillosos que pasas con esa persona importante, esos desconocido o amigos que te hacen comentarios o te envían mensajes que valoras y te sacan una sonrisa o una lágrima de la felicidad, que no son perfectas físicamente, pero si emocionalmente.
Y lo más culero que creo que pasa, que no todas las personas que están en tu alrededor sepan valorar y apreciar tu compañía o tú ser, no todos saben el verdadero significado de una persona hasta que la pierden.
Y lo más sínico es arrepentirse del por qué no lo valoraron, pero si se ponen a pensar una persona que sabe cuidar, no tiene que perder.
….Oh mierda, hoy tenía que ir al instituto entonces eso implicaba tener que ver a Harry, y neta que no estaba de ánimo para estar soportando sus jueguitos.
— Apúrate Mads, que se nos va a ser tarde— Cristian me llamo desde la planta baja.
— Voy— le respondí mientras guardaba mis materias en la mochila.
— Puedes tomar el desayuno, está en la mesa de la cocina— comento Cristian, mientras me veía bajar de las escaleras.
Después de 20 minutos nos encontrábamos caminando así el instituto, ya era un poco tarde así que no pusimos a correr.
— Corre mads— me gritó Cris, ya que él llevaba una distancia considerada de mi.
— Espérame — le dije con el poco aliento que me quedaba, ya que no tenía buena condición física, a comparación de el que siempre había practicado deportes.
Mientas íbamos corriendo pude percatar que mi primera clase era historia contemporánea y por desgracia a Cristian le tocaba literatura, así que tenía que entrar sola a clase.
— Puedo pasar—le dije al maestro mientras me veía del otro lado de la puerta con la respiración entrecortada por todo lo que corrimos.
— Pase — respondió el maestro con su voz gruesa, era un maestro de casi 30 años, con unos ojos hermosos y un estilo increíble, peor para mí suerte nunca me había llamado la atención los hombre mayores.
El único lugar disponible se encontraba hasta la parte trasera del salón, y adelante estaba Niall y Samantha, ¡oh rayos!.
— Holaa— me saludo Niall, cuando tome asiento — ¿ Por qué estás toda roja y agitada?, Espera…. Será que te fuiste al laboratorio de ciencias — concluyó Niall, mientras hacia una risita junto con un guiñó.
— Hola Niall — respondí su saludo — no te entiendo —.
— O sea, que si te fuiste a co….— cuando Niall estaba acabando su frase, la puerta fue abierto, asomándose en la entrada la silueta de Harry en el marco.
El maestro dejo su libro en el escritorio y volveo a ver al Harry.
— Señor Styles, se da cuenta que es la doceava vez que entra tarde a mi clase— empezó a decir el maestro mirando directamente a Harry.
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Abrazada a tu recuerdo.
Teen FictionEn esta historia les contaré la historia de un persona que sin importar las adversidades que se ponían en el camino, ella siempre luchaba por salir adelante sin mostrar su lado débil sino siempre siendo la base fuerte de sus amigos, familia o cualqu...