Capitulo 5.

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La vida es un caos, una aventura, riesgos, esperanzas, felicidad y dolor, muchas ocasiones sentimos que la vida esta en contra de nosotros, que no habrá un fin o que no vamos a poder salir de eso. Cada obstáculo o problema que se te enfrente, es como una prueba para poner a prueba tus capacidades y poder salir adelante, siendo más fuerte y nunca dejarte vencer.

Así que yo he visto mi enfermedad como eso, una adversidad más dónde pongo a prueba mis fortalezas y poder salir adelante. Lo he tomado como mi amigo, mi confidente, un compañero de vida, de esos que aunque quieras dejar siempre va a estar, hemos tenido muchos conflictos o enfrentamientos pero nunca me deja sola.

Pero bueno… hoy tenía otra terapia, dónde debía aprender estrategia para poder entender mi enfermedad, así como aprender a trabajar y hacer equipo con ella por todo lo que me reste de vida. Debo aprender a convivir con ella.

Hoy decidí levantarme tardé, era viernes y mi terapia era hasta las 2:00 pm.

— Oye Mad, ¿A qué hora nos vamos? — me preguntó Cristian desde la planta baja de la casa.

— Voy — le respondí en lo que iba bajando a la sala — pues la terapia empieza a las 2 y nos tardamos media hora.

— Entonces debemos estar listos a la 1:30 — dijo Cristian.

— Va — le respondí — ¿A dónde está mamá? —.

— Se fue a trabajar temprano — me dijo Cristian con una sonrisa — te acuerdo que tenemos que pasar a la empresa de papá, para que nos dé dinero y poder pagar los servicios —.

— Ah sí, hoy tenemos que ir — le respondí.

Mientras que daba la hora acordada, decidimos ver una película; hicimos palomitas con una soda.

Cuando acabo la película, me subí a mi habitación para tomar una ducha y arreglarme, al igual que Cristian.

— Vámonos boba — dijo Cristian.

— Claro que sí — le dije con una sonrisa.

Les aclaro que teníamos un carro, pero yo no sabía manejar y a mí hermano no le gustaba manejar, así que siempre nos íbamos caminando a todos lados. Nos gustaba, ya que me atraía mucho la naturaleza y los paisajes que la madre naturaleza nos daba.

Después de un tiempo caminado logramos llegar al hospital dónde daban las terapias.

— ¿Te puedes meter conmigo? — le pregunté a Cristian con unos ojos de niña pequeña.

— Ya sabes que si — me respondió — hasta me ofende tu pregunta —.

— Eres lo más importante de mi jodida vida — le dije — no entiendo por qué mi mamá nunca me quiso acompañar a esto —.

— No pienses en eso — me dijo con un abrazo —.

— No me quiere — le respondí con la voz entre cortada — nunca me apoya, siempre está trabajando y yo necesito de ella —.

— No digas eso — me dijo Cristian — ella te ama y mucho, daría su vida, por ti —.

Al ingresar al hospital, transcurrió todo como es de costumbre. La misma chava de siempre nos daba frases motivadoras para salir adelante, nos decía que somos fuertes y que podemos con todo; las demás personas, solo se quedaban pensando y reflexionando de su vida, unas lloraban y lo entendía, las personas deben de llorar para desahogarse. Creo que siempre debes de expresar lo que sientes, no debes de quedar con ningún sentimiento adentro, hace daño quedarte con el coraje, rencor, tristeza o descripción dentro de tu cuerpo. Si estás feliz, grita de felicidad; si estás enojada, grita y saca todo eso; si estás triste, llora y llora mucho hasta que saques todos lo que sientes dentro. Nunca te quedes callada y guardando tus sentimientos, por qué siempre te vas a terminar arrepitiendote y será muy tarde. El tiempo nunca perdona.

Así transcurría la terapia, eran dos largas horas de tu vida, pensando de lo que has hecho bien o malo, y cada consecuencia de tus actos. También te pones a pensar en otra posible vida que pudieras tener, si solo fueras normal.

Al salir de la terapia, cómo de costumbre ir por un helado. Me encantaba los helados y más cuando salía de esas terapia.

— Harry me mandó un mensaje — me dijo Cristian mientras se comía su helado — y me preguntó por qué no le habías mandado mensaje —.

Ohhh rayos, se me había olvidado por completo el proyecto.

— No puede ser — le dije preocupada — se me olvidó por completo —.

— Si me di cuenta — respondió Cristian algo despreocupado.

— Creo que le llamé — le dije alterada — y le voy a pedir disculpas por no haberle mandado mensaje —.

Cristian sé me quedó mirando en lo que sacaba desesperada mi teléfono.

— Tal vez y no nos da tiempo — empecé a decir paranoica — y voy a reprobar —.

— ¡Madelinne! — me grito Cristian               — tranquilízate, deja de ser paranoica —.

Les tengo que decir que ser paranoica es causa de la esquizofrenia…

— Pero…— le empecé a decir a Cristian, pero me interrumpió —.

— Respira y relájate — empezó a decir Cristian — en primera todavía tenemos tiempo y en segundo, Harry está en una fiesta y no te va a responder —.

Cristian siempre me tranquilizaba en mis momentos de inquietud.

— Así que hay que acabar nuestro helado y nos vamos a la casa — comento Cristian — vemos una película y pedimos una pizza —.

— Pero no que íbamos a ir con mi papá — pregunté acabando me mi helado —.

— No pequeña — respondió — no, nos va a dar tiempo —.

— Está bien — le dije.

Así fue como acabo mi día, llegamos a nuestra casa, pedimos pizza y nos dirigimos a ver la película de Toy Story, era mi película favorita. En un momento me quedé dormida….

Abrazada a tu recuerdo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora