Un portal interdimensional aparece en la UA dejando a una chica idéntica a Izuku Midoriya; de pelo y ojos verde esmeralda... ¿Su nombre? Izuki.
¿De dónde viene? y ¿qué es lo que hace aquí? Nadie lo sabe, ni siquiera ella.
Pero lo cierto es que dice...
Izuki se veía a sí misma corriendo por las calles desiertas mientras lloraba. Los contenedores estaban volcados, diversos coches ardían impasibles y de vez en cuando, ciertas explosiones resonaban en la distancia.
¿Qué estaba pasando?
No lo sabía. Lo único que sí sabía a ciencia cierta es que no debía haberse separado de Kacchan y que ahora huía en medio de lo que parecía un ataque de los villanos a gran escala. Huía, sí, huía de algo o de alguien, pero desconocía de quién o de qué. Incluso el porqué.
Debía esconderse hasta que algún héroe apareciera en la inmediaciones y ayudase a los civiles como ella que habían quedado atrapados en medio de la zona de combate contra los villanos... Pero fue entonces cuando la peliverde sintió una explosión mucho más cercana que las anteriores y un callejón rebentó literalmente, llevándose por delante los edificios colindantes y dejando paso a un villano con manos desproporcionadas y de cara siniestra. Izuki sabía bien de quién se trataba y tembló al ver aparecer al villano conocido como Seísmo, nombrado así ya que su particularidad consistía en crear terremotos colocando sus enormes manos sobre cualquier tipo de superficies.
El villano echó un vistazo y no tardó en hallar a la estudiante de secundaria temblando frente a él, lo que generó una tétrica sonrisa en su rostro.
— Te encontré.— dijo triunfante.—.El jefe se pondrá muy contento.
Izuki retrocedió embargada por el miedo. ¿Qué debía hacer?. ¿Qué podía hacer?. En estas situaciones sus padres le habían aconsejado siempre lo mismo: correr, ocultarse y esperar ayuda. Pero el villano ya la había interceptado, y por tanto, necesitaba un plan B.
Y el plan B apareció envuelto en vapor patinando sobre un camino de hielo justo cuando Seísmo estaba a punto de aprisionarla con sus grandes manos.
Izuki abrió los ojos llorosos cuando sintió que alguien la cargaba en volandas y no pudo hacer otra cosa que esbozar una sonrisa de alivio al ver que su salvador no había sido otro que el héroe Shoto.
— ¡Shou-chan!— exclamó ella, aferrándose al hombre bicolor que superaba ya la treintena.
— Me ha costado mucho encontrarte, Izuki-chan.— dijo él sin desviar la mirada del camino helado que creaba con su particularidad.
La chiquilla sonrió y se limpió las lágrimas de felicidad. Si Shou-chan estaba a su lado, todo estaría bien... Pero no contó con la determinación del villano Seísmo, pues el camino helado de su protector sufrió una sacudida y el hielo saltó en mil pedazos, saliendo ella volando de los brazos de Todoroki al mismo tiempo que veía aparecer encima del bicolor las manazas del villano dispuestas a aplastarlo.
Ante aquella visión, Izuki sintió una gran presión en su pecho, y aún suspendida en el aire gritó desesperada el nombre de Shou-chan antes de despertar.
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