Capítulo 28

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Capítulo 28: el árbol de la discordia

Todoroki Shouto no prestó atención a ninguna de las clases del día y tan solo los lejanos ecos de las voces de sus compañeros reverberaban de vez en cuando en su cabeza.

A la hora del almuerzo, ni siquiera había sido capaz de terminar su soba frío y se había quedado en silencio y apartado de las conversaciones triviales, como siempre, pero esta vez, debido a que su atención se centraba en aquella pareja tan singular frente a él.

Bakugou había accedido de alguna forma a sentarse en su mesa junto a Midoriya, algo apartados del resto, eso sí, pero en la misma mesa al fin y al cabo. El rubio respondía a las preguntas curiosas de Uraraka, Iida y Asui con improperios y de malas formas, pero con un deje de cierta satisfacción y orgullo. Por su parte, el pecoso le regalaba al ojirubí sutiles miradas cargadas de alegría y abrumación acompañadas por un tenue sonrojo que le conferían la fragilidad del cristal.

Por ende, Shouto los miraba embobado y al mismo tiempo, afligido. Se alegraba enormemente por la dicha de su primer amigo, pero por otra parte, aquella dicha bien podía ser su desventura.

Izuku e Izuki eran la misma persona. Siendo así, ¿por qué ella lo había elegido a él?. Incluso si al confesarse se aseguró de que la pecosa no estuviera en una relación con el Bakugou de su mundo, las cosas no cuadraban del todo, y el ver a esos dos tan acaramelados, tan felices... le hacía sentir miserable.

Quería asegurarse. Quería preguntárselo directamente y así calmar aquella ansiedad que le revolvía el estómago. Pero Izuki no estaba por ninguna parte, y Midoriya parecía estar demasiado ocupado como para ayudarle en su búsqueda.

Alicaído, volvió a clase junto a sus compañeros y al igual que durante toda la mañana, se dedicó a suspirar mientras miraba el pupitre vacío de la peliverde. Nadie parecía echarla en falta, como si su ausencia fuera lo más normal del mundo, como si a nadie le importase y diesen por hecho que aquel no era su lugar...

Pero a él le importaba. Y mucho

La campana que indicaba el final de las clases del día finalmente sonó, y todos los alumnos de la clase 1-A salieron huyendo.

Todos menos dos.

Katsuki se había quedado rezagado a propósito para hablar a solas con el heterocrómido del fondo del aula, el cual recogía sus cosas despacio y de forma mecánica, con la cabeza gacha y con un aire de muerto viviente.

Durante el almuerzo se había fijado en que el Invierano se comportaba de forma extraña, como si buscase a la Deku-copia cada vez que pestañeaba...

Y verlo era molesto.

— Eh, bastardo.— llamó entonces el ojirubí al ver cómo el otro se ponía en marcha.

Pero Todoroki lo ignoró y siguió caminando hacia la puerta hasta sentir la mano del rubio explosivo sobre su hombro. 

— Voy a hacerte un puto favor porque al parecer eres demasiado imbécil como para darte cuenta por ti mismo.— continuó diciendo Katsuki, fulminando la espalda del bicolor.

Ya iba siendo hora de que alguien le aclarase las cosas al asocial de la clase.

— No es un buen momento para tus tonterías, Bakugou.— respondió Shouto, apartando bruscamente la mano que lo retenía.

Eso acabó con la inexistente paciencia de Bakugou. ¿Iba a ser amable por una vez en su vida con ese bastardo y así se lo pagaba?. Pues perfecto, porque entonces le soltaría la bomba sin filtros.

My heroine BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora