Capítulo 44

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Capítulo 44: pro-heroes

El nomu era grande y fornido, de piel oscura y con el cerebro a plena vista. Sus estridentes alaridos resonaban como gritos infernales y sus ojos giraban en sus cuencas amarillentas, perdidos y disonantes.

— Vaya... Hacía mucho tiempo que no veía a uno de estos.— comentó el alfa, comenzando a flexionar los brazos y a estirar sus articulaciones.

Todos, excepto Izuki, lo miraron sorprendidos por la seguridad que había demostrado al hablar. Una tranquilidad que ningún héroe de su tiempo era capaz de mantener cuando se enfrentaba a un nomu.

— Por casualidad... ¿sabéis qué quiere la Liga esta vez?.— inquirió el mayor. Sus facciones serias delataban el rigor de aquella simple pregunta. 

— Buscaban a Kacchan.— respondió Izuki a los pocos segundos, obteniendo a cambio un berrido bajo por parte del rubio explosivo.— Y también... a mí.

Su padre exhaló aire de sus pulmones y fulminó con la mirada al nomu que caminaba hacia ellos.

— Bien... ¿Veis el boquete del tamaño de una casa que ha hecho Kacchan?.— En verdad, sería difícil no verlo, ya que la pared que debía estar ahí era del todo inexistente.— Este lugar no es seguro.— continuó diciendo con severidad, estudiando la anatomía de su inminente contrincante, cada músculo y cada articulación...— Entre los villanos y los nomu, será algo complicado estar pendiente de vosotros y al mismo tiempo encargarme de ellos.— concluyó.— Así que, quiero que me esperéis al otro lado. Varios héroes se estaban haciendo cargo de la retaguardia...

— Oe... ¿nos estás diciendo que huyamos?.— bufó Katsuki, con las manos en los bolsillos.

El adulto negó con la cabeza, ligeramente emocionado al ver que el nomu comenzaba a apresurar su acercamiento, dando bandazos.

— Os estoy protegiendo.— le corrigió, flexionando sus piernas. Preparado.— Porque ese es mi trabajo. 

Bakugou volvió a chistar y le dio un puntazo a una piedrecita, pero no hizo ningún reclamo. 

— ¿Él estará bien...?.— quiso saber Deku entonces, viendo cómo su otro yo sonreía confiado al ver que el nomu iba ahora directo hacia él.

— Por supuesto que estará bien.— afirmó Izuki, entusiasmada. Izuku pudo ver cómo sus falsas esmeraldas brillaban presas de la emoción.— No por nada, él es el Símbolo de la Paz.— aseguró con orgullo, y mirando de reojo a Katsuki, que arrugaba la nariz y miraba al héroe con indiferencia, añadió:— ... y el mejor padre del mundo.

El joven Midoriya tragó saliva y alzó la vista para contemplar la ancha espalda del héroe mientras se dirigía a paso lento hacia la terrorífica criatura.

El choque sería inmediato, y por su forma de andar, el alfa lo estaba deseando...

E inevitablemente, Izuku se preguntó, admirado por su valor...

"Algún día... ¿yo seré como él?"

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My heroine BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora