~°QUÉDATE CONMIGO°~KOOKMIN (Segunda Temporada)

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Jimin preparó un poco de pasta con carne para cenar. Jungkook aún no había llegado, pero sabía que no tardaría en hacerlo.

Arregló la pequeña mesa con un mantel blanco con un diseño de flores azules. Estaba vestido con una camisa azul oscuro y unos pantalones negros rasgados en las rodillas.

Escuchó unos golpecitos en la puerta y sonrió inconscientemente porque sabía que su pelinegro había llegado, pero esa sonrisa había desaparecido cuando abrió la puerta y sin duda el que estaba ahí no era JungKook, sino Hoseok...

—¡Oh!— exclamó sorprendido, no entendía que hacía su jefe allí— Hoseok...

—Perdón que viniera sin avisar, JiMin es que quería verte— sonrió.

—Ah...

—¿Esperabas a alguien? Hueles bien.

—¡Oh!— no sabía ni que decir— Si, bueno, no— los nervios lo atacaron, no sabía si a su jefe le agradaría la idea de su chef y su pastelero siendo tan cercano.

—¿Puedo pasar?

Y antes de que siquiera Jimin hablara, el chico ya estaba dentro del departamento.

—Me dijiste que no esperabas a nadie— Hoseok había entrado a la cocina y miró los platos en la mesa— ¿A quién esperas, Jimin?— Trató de sonar inocente.

Justo en ese momento tocaron la puerta y el mayor corrió para abrirla. Cuando abrió vió a Jungkook ahí y supo que había arruinado el lindo encuentro de esos dos chicos.

Perfecto.

JungKook sostenía un ramo de rosas y estaba muy bien vestido, parecía como si en vez de ir a el departamento de Jimin, iría a una fiesta de CEOs.

—¡Oh! Jungkook—sonrió— JiMin no me dijo que vendrías, estábamos a punto de cenar ¿Quieres acompañarnos?

El pelinegro miró a JiMin y luego a el mayor. Estaba sorprendido y triste. La actitud de Hoseok hacía el pelirrojo no era una casualidad.

Lo sabía.

Supo que cuando Jimin llegó y éste actuó tan lindo con él, era por algo.

 —No. Yo me voy— Se dió la vuelta.

—¿Qué?— el pelirrojo salió y lo tomó del brazo del brazo— No es cierto Jungkook, te estaba esperando y él llegó de sorpresa.

—¡Vamos, Jimin! Ya tenemos bastante tiempo saliendo. No te preocupes, Jungkook es mi amigo, no le dirá a nadie— sonrío orgulloso.

—¿¡QUÉ!? Eso no...

—No, Jimin tranquilo. Ya me tengo que ir— estaba apenado y lo único que pensó fué en salir corriendo hacía el ascensor.

Jimin se sintió tan impotente, sentía que no podía hacer nada para arreglar éste error.

—J-jungkook...— susurró— ¿¡POR QUÉ LE DIJISTE ESO, HOSEOK!?— Gritó.

—JiMin, cálmate, tus vecinos te escucharán.

—¿Vete!

—Jimin...— trató de tocarlo.

El menor se alejó y lo miró mal entrando a su departamento.

El mayor sonrió y se fué. Estaba satisfecho porque había arruinado la linda noche de sus empleados. Haría eso y mucho más por tener a ese chico.

A el día siguiente, el pelinegro despertó con los ojos hinchados. Había llorado porque pensó que su oportunidad con Jimin se había arruinado. Se sentía tan débil.

Entonces, Jimin y Hoseok tenían una relación a escondidas. No lo podía creer.

Se levantó de muy mal humor como para ir a trabajar, pero aún así tenía que ir.

Se bañó y alistó.

Cuando llegó a su trabajo, caminaba mirando a el suelo.

Cuando el pelirrojo lo vió entrar supo que no se encontraba bien, fue a abrazarlo, pero cuando el pelinegro sintió sus brazos alrededor de él, lo apartó.

—Jung...

—JiMin, no tienes que explicarme nada— lo interrumpió.

—Si tengo que hacerlo, Kook. Hoseok mintió, él y yo no tenemos nada. Te lo juro.

El menor miró a su alrededor y vió que sus compañeros se encontraban allí. Él no quería que los demás los vieran discutir.

Tomó la mano del más bajito y lo llevó a el cuarto de las verduras.

—¿Por qué Hoseok diría algo así si no es verdad?— estaba totalmente serio.

—No lo sé, Kook. No lo entiendo, pero yo no te estoy mintiendo— Dijo desesperado para que Jungkook lo entendiera.

—JiMin...— suspiró—Te creo.

El mayor sonrió y se acercó a él.

—Pero me confunde la actitud de Hoseok.

—Tranquilo. Te contaré todo esta noche. Ve a mi departamento, ésta vez nadie nos arruinará la noche— sonrió

JungKook lo miró unos segundos y de repente, lo tomó de la cintura y lo besó. Lo besó tan apasionadamente que el pelirrojo no dudó en corresponder. Habían extrañado demasiado sentir la boca del otro. Unos segundos después, se separaron y salieron con unas sonrisas bobas en el rostro.

Nadie arruinaría su relación otra vez. Estaban seguros de eso.

~Besos💜