Capítulo 1
Naruto
Hace un tiempo, tenía un plan para la remota posibilidad de que me encontrara en toda esa cosa del "fin del mundo". Consistía en subir al techo con la canción "It 's t he End of t he World as We Know It (And I Feel Fine)" de R.E.M, tan fuerte como fuera humanamente posible. Pero en la vida real raramente eso podría verse genial.
Estaba sucediendo. Todo lo relacionado con el mundo tal como lo conocíamos estaba terminando y puedo asegurar que no se sentía bien o... genial.
Abrí los ojos y me acerqué a un lado de la endeble cortina blanca. Me asomé, viendo más allá de la entrada y el limpio patio, dentro de los espesos bosques que rodeaban la cabaña que Yagura había escondido en los bosques de Coeur d'Alene, una ciudad en Idaho que ni siquiera podía comenzar a pronunciar o escribir.
El patio se encontraba vacío. No había ningún parpadeo, ninguna luz blanca brillando a través de los árboles. No había nadie por ahí.
Corrección. No había nada por ahí. Los pájaros no cantaban o aleteaban, moviéndose de rama en rama. Ni una sola señal de ninguna criatura del bosque corriendo hacia cualquier lugar. No se escuchaba siquiera el leve zumbido de los insectos. Todo se hallaba en silencio, quieto y tranquilo de una forma totalmente aterradora.
Fijé la mirada en el bosque, en el último lugar dónde había visto a Sasuke. Un palpitante y profundo dolor iluminó mi pecho. La noche en que me había quedado dormido en el sofá parecía haber pasado hacía siglos, pero sólo habían transcurrido cuarenta y ocho horas, o algo así desde que desperté sobrecogido, y casi cegado, por la verdadera forma del pelinegro. No había sido capaz de controlarlo, aunque si hubiéramos sabido lo que significaba, probablemente no habría cambiado nada.
Así que muchos otros de su especie, cientos, si no miles de Luxen, habían llegado a la Tierra y Sasuke... se había ido junto con sus hermanos. Nosotros todavía estábamos aquí, en esta cabaña.
Una presión se cerró sobre mi pecho, como si alguien estuviera apretando mi corazón y mis pulmones con pinzas. Cada cierto tiempo, la advertencia del Sargento Danzo volvía a atormentarme. De verdad había creído que el hombre, que todo Jinchuriki, montaba un loco tren a Chifladolandia, pero él tenía razón.
Kami, ellos tenían tanta razón.
Los Luxen llegaron como Jinchuriki había advertido, como si hubieran estado preparados para hacerlo y Sasuke...
El dolor golpeó y rasgó el aire de mis pulmones, apreté los ojos con fuerza. No tenía idea de por qué se fue con ellos o por qué no había visto, u oído nada de él o de su familia. El terror y la confusión en torno a su desaparición eran una constante sombra que rondaba cada momento, incluso los pocos minutos que había sido capaz de dormir.
¿De qué lado se pondría el Uchiha? Danzo me había preguntado eso una vez, mientras me mantenían en la muy real Área 51, y no podía dejarme creer que tenía esa respuesta ahora.
En los últimos dos días, más Luxen habían caído del cielo. Siguieron viniendo y viniendo como un flujo interminable de estrellas fugaces, luego hubo...
—Nada.
Mis ojos azules se abrieron de golpe y la cortina se deslizó de mis dedos, volviendo a caer suavemente en su lugar. —¡Fuera de mi cabeza, dattebayou!
—No puedo evitarlo —contestó Shikamaru suspirando desde donde se encontraba sentado en el sofá—. Estás transmitiendo tus pensamientos tan condenadamente fuerte, que siento que debo ir a sentarme en un rincón y comenzar a mecerme, susurrando el nombre del Uchiha una y otra vez.
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Resistencia
FanfictionQuinta y última temporada de "Scarlat" Naruto sabe que el mundo cambió la noche en que los Luxen llegaron. No puede creer que Sasuke le diera la bienvenida a su raza, o no hiciera nada respecto a la amenaza de sus iguales de destruir a todos los hum...