Capítulo 2
Naruto
Todo el mundo, incluyéndome, pareció estar congelado por un momento, como si el tiempo se hubiera detenido, pero yo sabía que no había ocurrido.
Las formas en el estacionamiento se giraron, sus cuellos estirados e inclinados hacia un lado, sus pasos fluidos y parecidos a una serpiente. Los movimientos eran anti naturales y nada como los Luxen que habían estado en la Tierra durante años.
Un camión rojo hizo chillar los neumáticos, mientras daba vuelta en una plaza de aparcamiento, extendiendo humo y olor a caucho quemado en el aire. Se giró, como si el conductor planeara pasar a través del Luxen.
—Oh, no —susurré con mi corazón golpeando fuertemente.
Shikamaru me agarró la mano. —Tenemos que salir de aquí, Naruto.
Pero me encontraba clavado donde estaba, finalmente entendí por qué la gente curiosea en los accidentes de tráfico. Sabía lo que venía y sabía que era algo que no quería ver, pero no podía apartar la mirada.
Una de las formas se adelantó, los bordes de su cuerpo pulsando rojo, mientras levantaba un brazo brillante.
El camión se sacudió hacia adelante; la sombra de un hombre al volante y un cuerpo mucho más pequeño a su lado estarían para siempre grabados en mi memoria cuando chispas diminutas de electricidad volaron de la mano del Luxen y una luz brillante teñida de rojo envolvió su brazo. Un segundo después un rayo de luz irradiaba de este crujiendo en el aire, con olor a ozono quemado. La luz, una explosión directa de la Fuente de la que tenía que ser la especie más pura, chocó contra el camión.
La explosión sacudió la tienda cuando el camión se incendió, volcándose sobre la línea de coches junto a él. Un infierno desbordándose del parabrisas quebrado, mientras el camión se volcaba sobre su techo, llantas girando sin rumbo fijo.
El caos se desató. Gritos rompieron el silencio y la gente corría desde el frente de la tienda. Como una manada, empujaban a los carros y otras personas. Cuerpos cayeron sobre manos y rodillas, los gritos se volvieron más fuertes mezclándose con el llanto de los niños pequeños.
En un latido de corazón trastabillante y en un abrir y cerrar de ojos, los Luxen se encontraban en la tienda, estaban por todas partes. El castaño me tiró alrededor del extremo del estante, presionando nuestros cuerpos contra los bordes afilados. Un adolescente corrió más allá de nosotros y lo único que podía pensar era cuán rojo era su cabello, como escarlata, entonces me di cuenta de que no era el color de su cabello, sino sangre.
Llegó a la sección de jabón corporal antes de que una explosión de luz lo golpeara en la espalda. El muchacho cayó de bruces e inmóvil, un agujero carbonizado humeando desde el centro de su columna vertebral.
—¡Mierda! —jadeé cuando mi estómago se revolvió.
Shikamaru se quedó mirando, los ojos muy abiertos y las fosas nasales dilatadas. —Esto es malo, Naruto.
Me acerqué al extremo del pasillo y miré alrededor, mi estómago se desplomó cuando vi a la mujer que había estado sosteniendo a la pequeña niña minutos antes.
Se encontraba de pie en frente a uno de los Luxen, su boca muy abierta, aparentemente congelada de miedo. La pequeña niña se presionaba contra el estante de libros del supermercado, acurrucada en una bola pequeña, gimiendo y balanceándose atrás y adelante. Me tomó un momento darme cuenta de lo que gritaba una y otra vez.
—¡Papá! ¡Papá!
El hombre yacía en un charco de sangre a sus pies.
Energía crepitaba por mi piel, colapsando contra Shikamaru cuando el Luxen extendió la mano y la colocó en el centro del pecho de la mujer.
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Resistencia
FanfictionQuinta y última temporada de "Scarlat" Naruto sabe que el mundo cambió la noche en que los Luxen llegaron. No puede creer que Sasuke le diera la bienvenida a su raza, o no hiciera nada respecto a la amenaza de sus iguales de destruir a todos los hum...