Capítulo 10

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Capítulo 10

Naruto

Iba a vomitar encima de mis zapatillas deportivas. ¿Esta... esta cosa quería alimentarse de mí? ¿Esa era su condición? El pánico crecía rápidamente, hundiendo su veneno ponzoñoso en mi torrente sanguíneo.

Sasuke estalló. Se disparó hacia adelante, alcanzando el primer escalón antes de que Juugo y Shikamaru pudieran atraparlo. Las palabras que se derramaban de su boca eran una firme arremetida de varias combinaciones de palabras con J que ni siquiera sabía que existían.

—¡Estás jodidamente loco! —gritó él, sus ojos estaban completamente rojos y brillantes como rubíes, mientras luchaba contra los dos chicos—. ¡Tú, enfermo hijo de perra!

Toneri arqueó una ceja.

Las extremidades del cuerpo de Sasuke tamborilearon, proyectando frenéticos rayos de luz en la oscuridad del inframundo.

—¡Olvídalo! Eso nunca va a suceder, y nunca volverás a jodidamente caminar cuando acabe contigo.

Un amplio hombro se elevó cuando Toneri bajó la mirada en su dirección imperturbable. —Como dije, tómalo...

Otra desagradable palabra con J fue arrojada en su dirección de parte de Sasuke. —Si crees que vas a acercarte a él, estás demente.

Mi estómago cayó cuando el peliblanco continuó sonriendo. —Oye, si no quieres acompañarnos, no dejes que la puerta te dé en el trasero.

Sasuke se arrojó hacia adelante, casi arrastrando a Shikamaru y a Juugo al suelo. Otra diatriba escapó de su boca mientras mi corazón resonaba como un trueno en mi pecho.

—Toneri... ¿De verdad esa es tu condición? —Mi voz sonaba ronca—. ¿No vas a ayudarnos si no la cumplimos, dattebayou?

Asintió. Sus ojos azules y sin vida aterrizaron en mí y sabía que no iba a ceder.

Nos iríamos sin ningún apoyo del Arum. Los militares arrojarían sus misiles por todo Japón. Humanos inocentes y Luxen morirían, al igual que híbridos y Orígenes. Sai estaría perdido, casi muerto. El mundo rápidamente retrocedería, perdiendo años de tecnología y avances.

No podíamos dejar que eso sucediera.

Mi estómago se retorció cuando la realidad me golpeó con la fuerza de un vagón de carga lleno de dinamita. Iba... iba a permitirle hacerlo. Eso era todo. No teníamos otra opción.

Shikamaru y Juugo se las arreglaron para hacer que Sasuke retrocediera un par de pasos, pero la expresión en su rostro fue rotundamente asesina cuando miró al líder del Arum. Sabía que si lo liberaban, iba a atacarlo con todo lo que tenía. Tal vez eso era lo que Toneri realmente quería.

O tal vez Toneri solo era un bastardo enfermo.

No lo sabía y realmente no importaba.

Mis manos temblaron cuando las desplacé a mis costados. —Sasuke...

Era como si no me escuchaba; se hallaba concentrado en el Arum.

La violencia se derramaba en el aire que lo rodeaba. Su pecho subía con cada aliento profundo y tosco que tomaba. Era una botella con la tapa a punto de ser arrancada.

—¿Puedes darnos unos minutos? —Pregunté.

Toneri hizo un gesto despreocupado con su mano. —Tengo todo el tiempo del mundo. ¿Ustedes? No tanto.

Sasuke comenzó a moverse. —Tienes menos tiempo de lo que crees, tú estúpido fenómeno hijo de...

—¡Sasuke! —Coloqué mi mano en su brazo y su cabeza giró hacia mí, sus ojos en llamas—. No necesitamos...

ResistenciaWhere stories live. Discover now