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— No miro a los chicos muy convencidos.

— Eso es lo de menos, cariño.

— ¿Crees que sea momento de arreglar la boda? — La señora Min se encontraba realmente emocionada al respecto. Por el contrario la Señora Park aún buscaba algo de tiempo. No quería que su pequeño se sintiera muy abrumado.

— ¡Oh, claro que si!. No queremos tener el tiempo encima. — Se mostraba muy emocionada con el asunto de la boda. Tanto que no planeaba las típicas bodas de salón Coreanas, no. Ella quería una boda fuera del país, quizá en un día nevado, ya que pensaba que eso le daría el toque. Quería que todo estuviera fuera de este mundo.

— ¿Que son estos catálogos de vestidos? — La señora Park abrió sus ojos como platos al mirar las revistas de vestidos de novias. Y casi se ahoga con el té al mirar la cara recortada de su pequeño bebé en el lugar donde debería estar el rostro de la modelo.

— Oh, si. Mi esposo y yo solo nos dábamos una idea de cuál de los dos queda mejor en el vestido.

La señora Park no lo podía creer.

No podía creer que realmente su hijo podría mirarse así de bien en vestido de novia.

— Aún si mi hijo se miraría bien con o sin vestido, — Dejó ver una sonrisa superficial, dejando ver que creía a su hijo más guapo que Yoongi. — esto es algo ridículo. Mi hijo apenas y acepta el hecho de casarse con un hombre. Creo mejor que ambos deberían llegar al altar con trajes de gala.

— Eso mismo pensaba yo, pero aún no sé a quién dar tan importante misión. — Las dos madres sabían bien que esto era un tema serio, y ambas querían realmente que todo saliera perfecto.

— Recomiendo a Lee Jiho, él ha sido diseñador de la familia durante años. Es muy bueno.

— Veremos si hace buen trabajo. Ahora, hablemos de él lugar...

Y así prosiguió la tarde, con las madres de dos de las familias más importantes e influyentes en Corea cómodamente sentadas platicando acerca de la próxima boda de sus hijos.

...

— Próximamente te tendré aquí dentro de mi hogar ya no como un amigo cercano a la familia, sino como parte de ella. — Ambos hombres tomaron de sus whisky y se sentaron cómodamente en los sillones dispersados dentro de la oficina privada del señor Min. Ambos hombres decidieron subir a tomar algo cuando las damas comenzaron a tratar los temas de la próxima boda.

Se formó un silencio donde solo se escuchaba el sonido del choque de los hielos al tocar las orillas del vaso.

— ¿No te hace sentir mal mentirle a los chicos? — El señor Park repentinamente lanzó la pregunta al aire liberando así esa tensión que sentía en el cuerpo. El señor Min lo miró con una ceja alzada — Ya sabes, ninguno de nosotros está por ir a la quiebra, solo queríamos tener un hijo homosexual.

— La vida se trata de eso, Park. Nada grandioso fue jamás conseguido sin peligro. — El señor Min notaba como Park comenzaba a atar cabos y prefirió dejarse llevar.

— Debemos conseguir un hogar para los chicos, deben tener privacidad si pronto se van a casar.

— Planeaba darles un pequeño regalo de bodas. Una propiedad a nombre de mi abuelo a las afueras de la ciudad. Hace mucho que nadie habita ahí. Es perfecto para ellos.

— Si les parece, mi esposa y yo podríamos poner los arreglos de la casa y el inmueble, así se convierte en un regalo de ambas familias.

— Me parece perfecto. — Se volvió a situar un silencio nada incomodo entre ambos. Hasta que el estruendo de un vaso impactar contra la mesa de centro hizo sobresaltar al señor Min.

— Las mujeres están planeando la boda, ya está arreglado donde vivirán, Yoongi y Jimin ya fueron engañados. Pero aún falta algo — El señor Min lo miró expectante, que él recuerde, no olvidaba ningún detalle. Él nunca olvida las cosas. — Debemos hacer el encuentro oficial de las familias y la fiesta de compromiso pública.

Min hizo notorio su sorpresa al recordar esos pequeños puntos.

— En cierto caso, Jimin y Yoongi ya se conocen. Y tú junto a tu esposa no son desconocidos para la familia.

— Si, pero ahora se mirarán frente a frente como futuros esposos.

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K.-
;)

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