Añoranza

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Como dos gotas en un río, compartimos el mismo espacio y pudimos llegar a acercarnos. Sin embargo, el cruel destino del sol hizo que nos separarámos. Pese a eso, aún sigo mirando a la luna, pensando que quizás ella me podrá a ayudar a recuperarte.

Ojalá pudieras escuchar todas mis plegarias, quizás serviría que pudiera entregarte pequeños trozos ya formados de mi corazón; así como yo hago eso, poder disfrutar del calor de tu corazón chocar con el mío.

Puede que no sea lo que quieras, pero mi mente aún desea poder ser aquello que necesitas. Aún sabiendo todos los intentos futiles e inútiles que aquello supone, sigo sin rendirme, así como el gato que corre detrás del ratón.

Sinceramente, tan sólo desearía poder sentir tus brazos rodearme y hacerme sentir protegida algún día; la sensación de que tu cobijo es sincero y único. Algunos tienen sueños imposibles, y ese es el mío.
 
A pesar de haber estado en el mismo río, no puedo encontrar el lenguaje con el que antes éramos capaces de intercambiar palabras de aprecio. Desgraciadamente, mi mensaje era uno distinto al tuyo.

Aún cuando mi único deseo es un pedazo de tu corazón, estaré satisfecha con poseer tu amistad.

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