Paso 8

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» No hagas enemigos, eso arruina completamente el paso uno, imbécil «

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— ¿Sentimientos por quien? — pregunto a su amigo guatemalteco con la voz ronca y adormilada, le pareció escuchar algo y se mente perturbada por las películas de horror le hizo pensar lo peor.

El coco esta en la casa.

Se levanto rápido con un escalofrío en el cuerpo que lo hizo saltar de un brinco, buscó en su casa, en la cocina, debajo de su cama y nada... (Tenia que ponerlo) Pero no, resulto ser que era Guatemala en el balcón haciendo sabrá dios que cosa.

— Guate, Guatito, Guatemalita — le llamo — Son las pinches tres de la mañana, ¿vas a invocar al diablo? ¿Se te apareció Willy Wonka o que pedo?

Dijo con clara burla ¿Creían que por ser de mañana se le iba lo pendejo? Pues no, #siempre pendejo nunca inpendejo.

Un doloroso sollozo le hizo guardar silencio, se esperaba un insulto, una risa quizá una maldición hacia su persona pero no un sollozo, es decir, él es Guatemala, un país con idioma divertido, comida deliciosa, lugares hermosos, gente maravillosa... ¿Por qué estaba llorando? ¿por que? El pelinegro era una persona valiente y voraz que no se dejaba de nada y de nadie.

¿Cuando cambio eso?

— Wey... — lo llamó suavemente acercándose a paso lento hacia el, vio de reojo como se limpiaba los ojos y presionaba sus labios — No mames...

Se paro al lado de él, en silencio.

Debía admitirlo, no tenia idea de que hacer. Su amistad siempre había sido así de desastrosa, ninguno de los dos sabia dar apoyo moral a nadie y no eran los mejores lidiando con escenarios depresivos por que sus países solían ser muy alegres.

Él era México, todo el mundo conoce a México no solo por que a cada rato se esta peleando con el gringo, si no también por sus festividades, sus costumbres, los lugares maravillosos que hay en él y por su gente, fiestera, culera y uno que otro pendejo.

No sabía como debía reaccionar.

— Oye, Yo .... Lo siento mucho, es mi culpa — susurro México llamando la total atención del pelinegro menor.

— ¿P-por que lo dices? — el mayor mentiría si dijera que no le dolió escuchar la voz rota y ronca de su amigo. Aun así no lo miro, aún no era necesario.

— No se que te pasa y no te voy a obligar a decirme, así no funciona, si no quieres hablar de lo que sea que te puso así lo respeto, pero por favor no me vayas a decir nunca "No tengo nada" — pidió con un tono de voz suplicante, vio como el pelinegro lo miro desconcertado — ¿sabes? Cuando una persona esta triste y alguien más le pregunta que le pasa se enoja, y no por que queramos que nos digan, si no por que si preguntamos que les pasa es por que nos importan, tu me importas, y se siente tan culero que te digan "no tengo nada" no solo por que te están mintiendo en la cara, si no por que significa que no confían lo suficiente en ti...

— ¡Yo si confió en ti!

— y yo no he dicho lo contrario — le calmó el mexicano al ver que su amigo comenzaba a verse desesperado — lo que digo es que, puedes culparme a mi.

— ¿Q-que?

» Hasta que seas capaz de hablar con alguien sobre ello, aun que no sea conmigo, puedes culparme a mi.

Te escuche decir algo como que te equivocaste al no expresar tus sentimientos por alguien y yo se lo asfixiante que puede ser eso, así que toda esa culpa que te esta llenando la cabeza de pendejadas como que eres un mierda o algo así, no te la guardes, Yo tengo la culpa.

Yo voy a cargar con la culpa si tu no puedes hacerlo, solo quiero que sepas que eres una persona maravillosa y no debes estar sufriendo por amor.

Si alguien te gusta y no te corresponde es por algo, es o por que esa persona no era para ti o por que esta bien pendejo.

No voy a decir que cualquiera querría estar contigo por que no es cierto, la persona que escogas va ser de todo menos cualquiera, va a ser un "posiblemente" , posiblemente sea el amor de mi vida,  es tu decisión si quieres que se vuelva un "para siempre".

— ¿Entendiste wey?

Esta vez si miro a Guatemala y aun que se le miraba que seguía mal, México no sabia que realmente le había hecho sentir mejor que el no lo presionara para hablar de sus sentimientos, ya que aun no estaba ni un poco listo. Suspiro más tranquilo y carraspeo para aclarar su voz.

— Simón wey. — contesto y ambos soltaron una risa.

— Así que... ¿Y si hacemos un ritual satánico?

**********

México no había asistido a clases.

Ni tampoco Guatemala.

¿Debía preocuparse?

¿Y si le contagió su resfriado? Que tal si habían tenido un problema o un accidente, no lo sabía, ni siquiera estaba prestando atención a la clase de economía, solo cuando lo notó el maestro ya no estaba en el Salón y en la pizarra decía...

« Investigar por que no los abortaron :) »

Frunció su ceño preocupado, quizá Chile o Perú sabían algo, él no había tenido ni un mensaje del mexicano desde ayer, lo cual le agobiaba más.

A el le gustaba México como nunca le había gustado nadie.

Muy diferente al cliché de las telenovelas, el amor que el sentía era asfixiante, le comprimía el pecho cada vez que lo veía sonreír, llorar, reír, cada vez que lo veía.

Cuando se esforzaba por verle feliz y convivir con él, su mente le recordaba « no te va a corresponder » y así fue casi siempre, sintiéndose impotente y mal por un amor no correspondido.

Pero luego México había comenzado a hablarle y aun que no sabía la razón no le importaba.

Le hacía feliz pasar tiempo col él aun si nunca le correspondía. Patético.

Se giro con Perú sonriendo para hablarle, más bien, preguntarle por México o Guatemala.

— Pendejo — le llamo y el pelinaranja que estaba comiendo comenzó a llorar fluidamente y entre sollozos — ¿Que te pasa?

— Es que... Es que...  — lagrimeo. Luego de sorber su nariz para volver a llorar y luego volver a calmarse, logro articular palabra — Estoy lleno...

— Ajá ...

— ¡Pero quiero seguir comiendo! — y otra vez estaba llorando.

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:'( mi gato

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Como Arruinar La Reputación De Tu Enemigo Sin Ser Descubierto En El Proceso [EdiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora