Capítulo 30: La carta

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Ada

-Ada- Dice George cuando llego a su altura quitando la vista de mi madre.

- ¿Qué haces aquí?- Hablo pero la voz me sale ronca debido a las múltiples horas en silencio, pero George no parece percatarse de ello.

- Venía a hablar contigo-

Me doy la vuelta y hago una seña con la mano para que me siga, comenzamos a ascender por las escaleras, llegamos a la puerta de mi habitación y nos sentamos en mi cama la cual se hunde ligeramente debido a nuestro peso.

- Estás loco, alguien te podría ver, imagínate que a mi madre recordara algún rostro de los desaparecidos, menos mal que la única persona que le importa en este mundo es ella misma-

-Porque quería hablar contigo y no había otro sitio donde encontrarte-

- De acuerdo ¿De qué quieres habar?- Digo y acontinuación suelto un profundo suspiro debido que hablar es lo último que me apetece

- Quería saber cómo estás, ya me entiendes- Dice pasando sus manos por su rubio pelo

- Fatal-

-Mike también- Solo de escuchar su nombre me estremezco y el dolor vuelve a instaurarse en mi cuerpo.

- Creo que se a enamorado de ti- Añade

- ¿Sabes por qué lo hizo?-

- Tú deberías haberte transformado en una loba en el ataque donde yo fui convertido -

- Ya pero hacerme eso -

- Supongo que por diversión-

Alguien abre la puerta y mi madre asoma la cabeza por ella

- Me voy a misa-Dice mirándonos simultáneamente a George y a mí

Cierra la puerta y George dice:

- Me cae bien-

- No sabes lo que dices-

Hablamos un rato más sobre temas variados y sin ningún tipo de realición con Mike.

El lunes llego a clase de español y un inaguantable dolor vuelve a torturame y barajo la idea de irme, pero entonces le visualizo al final de la clase con aire despreocupado y su ropa casual, me entran ganas de llorar pero me contengo. Me siento cuidadosamente a su lado y levanta la vista de su libro para fijarla con la mía pero rápidamente la desvío

- Ada- Dice, su voz es ronca y utiliza un tono fuerte, pero no le miro, me encuentro de costado fijando la vista en algún lugar de aquel sitio aguardando que acabe la clase

- Ada por favor- Repite y a mí me entran ganas de llorar y esta vez se me cae una lágrima pero la retiro de mi rostro rápidamente.

Noto como se levanta de su asiento para colocarse delante de mí

- Te lo puedo explicar- Dice agachándose a mi altura, fijo mis ojos en los suyos caramelo hoy está realmente guapo

- No hay nada de que hablar- Se me quiebra la voz y mi cerebro me tortura para que le escuche pero no le obedezco.

-Señor Scott vuelva a su sitio por favor - indica el profesor Johnson interrumpiendo por un breve instante su explicación. Mike vuelve asu sitio suspirando y maldiciendo.

La clase se me pasa más larga que la eternidad y decido saltarme la comida para evitar a las chicas y tampoco tengo hambre.

Por la tarde me cojo el sendero de piedra que llega a la desembocadura del río.
Es una tarde templada y se puede apreciar el dulce canto de los pájaros.

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