Capítulo 39:Reconciliaciones

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Observo el mármol con el que está constituido el pequeño lugar donde se hallan los restos de Jack mientras cálidas lágrimas corren sin ningún control por mis mejillas, él era parte de mi pasado ese del que no me gusta hablar del que hasta días atrás para mí era desconocido y una simple mentira. Leo las letras que están esculpidas en la tumba y un insoportable dolor de pecho se encuentra instalado en él dificultándome respirar con normalidad. El lugar donde todos nos hallamos en círculo alrededor de Jack, es una pequeña colina situada a las afueras de Bothell, pero cercano al campamento. En este lugar corre un insoportable aire, debido a su frescura y velocidad.

-Todos nos hemos reunido hoy aquí, para despedir, no solo al miembro más antiguo de la manada, sino a un amigo y compañero.- Cierro los ojos mientras intento que aquellas palabras no me afecten más de lo necesario, pero no puedo evitar llorar en silencio. Que las cálidas lágrimas corran por mis mejillas mientras, con cada palabra que pronuncia un señor de tez pálida, cuyos cabellos son de color similar al de la nieve, una punzada recorra mi pecho.

Todo saldrá bien- cuchichea Mike en mi cabello, yo asiento y me aparto ligeramente de su lado.

Después de haber pasado la mitad de la mañana en el cementerio decido ir a hablar con Mike, he estado reflexionando sobre las palabras que me dijo Jack, sobre que le diera otra oportunidad, no se si podré llegar a perdonarle pero me gustaría saber qué explicación tiene sobre todo esto. Mis manos están sudorosas y mis pies se mueven rápido colina abajo, no tardo más de diez minutos en llegar al campamento.

- ¿Sabes dónde está Mike?-Le pregunto a George el cual está hablando con un grupo de chicas, intuyo que también de la manada.

- Está en la cabaña- Dice sin apenas mirarme.

Me giro y mis pies se mueven a la cabaña y cuando ya estoy allí los nervios me torturan.

Subo los escalones despacio y meditando las palabras que le voy a decir. Cuando ya estoy arriba inspiro profundamente para llenarme los pulmones de aire y así disminuir mi nerviosismo, cuando exhalo llamo suavemente a la puerta. Nadie la abre así que insisto otra vez pero recibo la misma respuesta por lo que decido comprobar si está abierta, giro el pomo para sorprenderme cuando la puerta se abre. Entro dentro de la casa  en la cual reina un tranquilo silencio.

- ¿Ada?- Pregunta una voz a mis espaladas, me giro y se me escapa un pequeño grito de los labios.

- Lo siento es que la puerta estaba abierta y quería hablar contigo.-

Desvío la mirada e intento olvidar la imagen que acabo de presenciar, Mike la única prenda que lleva puesta es una toalla al rededor de su cintura.

- Si no te importa me pongo algo de ropa y me lo cuentas-

- Vale- Digo visiblemente incómoda.

Cuando desaparece, mi mirada visualiza la estancia donde unos sencillos muebles la decoran. Me siento en el sofá y mi nerviosismo solo aumenta mientras las manillas del reloj situado enfrente mía se mueven más despacio de lo habitual. Esta mañana cuando la luz impregnó mi habitación, me encontraba lo bastante bien como para asistir al funeral de Jack. Para mi fortuna mamá no me pilló ya que se hallaba trabajando en casa de los Bradley, un gran alivio para mí. No solo por el hecho de que no tuviera que darla una explicación del lugar a donde me dirigía, sino también porque no podría mirar a los ojos azulados de mamá y tenerla que mentir o tan siquiera eso, tener que ocultarla la verdad acerca de mi padre y ahora difunto abuelo. 

-Mi abuelo- pienso. 

¿Estoy enfadada con él por haberme ocultado aquella verdad? No no lo estoy, quizás no me lo hubiese contado, pero desde que llegué fue al único que consideré mi amigo ya que me comprendía, escuchaba y aconsejaba. Igualmente el hecho de estar furiosa con él no me iba a llevar a ninguna parte.

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