Capítulo 20: Navidad

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La música de los auriculares inunda mis oídos mientras contemplo el paisaje desde la blanca ventana del avión, una fina masa de blancas nubes lo impregna, apoyo la cabeza en el respaldo del asiento, respiro hondo y maldigo el hecho de definitivamente va a ser uno de los viajes más largos de mi vida. 

 Una vez que el avión ha llegado y piso el suelo de Florida soy consciente y agradezco que el ambiente es más cálido que el de Whasington. Nos dirigimos  al coche que está aparcado en el parking , desde el cual distingo el pequeño y negro coche de mamá colocado a la perfección dentro de las dos finas y blancas líneas dibujadas sobre el asfalto. Nos subimos y enciendo la calefacción ya que el coche está extremadamente frío. Miro por la ventanilla, el paisaje es muy distinto al de Bothell, por fin vuelvo a ver edificios y coches y no nieve y árboles. El trayecto se me pasa muy ameno y pienso que esta vez no hubo problema alguno a la hora de empaquetar, ya que no me apetecía en absoluto que mamá montara un numerito delante de todos. Visualizo el cartel de Tallahassee, mil mariposas revolotean en mi estómago y millones de recuerdos invaden mi mente, la playa, los locales , al igual que las casas perfectamente alineadas unas tras otras. Mi madre gira a la izquierda y entramos en la calle de mis abuelos, me sorprende el hecho de que no halla hablado durante todo el viaje, solo en contables ocasiones para darme alguna indicación.

Me bajo del coche después de haber aparcado en la blanca y perfectamente pintada puerta, estiro los pies y los brazos debido a que los tengo adormecidos por el trayecto en aquel pequeño espacio, abro el maletero del cual extraigo mi maleta, subo los escalones del chalet de mis abuelos, llamo al timbre y aguardo a que abran. 

Mi abuela asoma la cabeza y dice

- Ohh cariño que bien que ya hayais llegado- Y me da un fuerte abrazo.

- Que guapa estás- Añade.

- Gracias abuela-

- Edward ya han llegado- Dice mi abuela dando un abrazo a mi madre.

Mi abuelo sale de la sala de estar y me da otro abrazo.

Entro en la casa arrastrando la maleta por el suelo, siempre me gustaron las baldosas que lo adornaban ,  en cuanto entro en el salón, hay un enorme árbol como siempre justo en el centro de la estancia el cual tiene múltiples detalles, al igual que todos los calcetines alineados en la chimenea que nunca usamos debido a que en Florida no hace la más mera falta, subo los escalones y entro en mi antigua habitación, la del final del amplio pasillo, esta es mucho más grande y moderna que la de Bothell. Después de haber desecho las maletas salgo a buscar a mis amigos que intuyo que estarán en el parque donde siempre quedábamos. Voy casi corriendo y llego en menos de cinco minutos y allí están, decido darles una sorpresa y salto encima de Logan.

- ¡Tía! - Grita Mimi eufórica, salta a mis brazos y casi nos caemos.

- Nos tienes que contar muchas cosas- Añade sin soltarme.

- Eso, hace ya mucho que no hablamos- comenta Logan.

Nos sentamos en un banco el cual está tapado por un enorme árbol y les pongo al día de los últimos sucesos pero claramente no les cuento acerca de que Mike es un hombre lobo.

- Increíble te vas tres meses y ya te has echado novio, me lo tienes que presentar- Dice Mimi

- ¿Y tú madre lo sabe? - Dice Logan y yo niego con la cabeza.

- ¿Tienes alguna foto? - Pregunta Mimi.

- Creo que en la página del instituto está. Abro mi móvil y comienzo a buscar en la interminable lista cuando lo encuentro y se lo enseño a mis amigos

- Está buenísimo - Responde Mimi.

- Bah he visto cosas mejores- Comenta Logan.

- Sí que ¿ a tí? - Pregunta irónicamente Mimi.

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