Capitulo 4

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Confusión

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Confusión

El sonido de la alarma era cada vez más y más estridente, por lo que con mucho esfuerzo abrió los ojos, era hora para comenzar otro día de clases y como cada mañana, se arregló y peino. Bajo las escaleras solo para encontrar en el comedor una nota hecha por su madre, le había dejado hecho el desayuno justo antes de irse, el cual no desperdició y disfrutó con mucho entusiasmo. Todo marchaba bien aquella mañana, de no ser porque recordó lo que había sucedido en la noche, rápidamente dejo aquellos recuerdos aun lado al ver la hora, salió de casa con su maletín en mano solo para llevarse la gran sorpresa de ver a Jotaro recargado en su increíble automóvil, parecía esperar algo o... a alguien, aquellos penetrantes orbes se posaron sobre su persona, logrando que tan solo unos segundos se estremeciera, tragó saliva y luego caminó de largo sin detenerse, ignorándolo por completo.

Jotaro mantuvo su vista fija en él, pero al no ver la participación del contrario opto por usar el segundo método. -Higashikata sube-. Así que uso aquel tono de voz demandante que solía usar con sus alumnos de vez en cuando.

-No-. Contestó sin siquiera dirigirle la mirada.

-Tsk-. Una vena le salto en la frente, aquel niño era tan molesto, no quería llegar tarde y tampoco quería amargarse la mañana discutiendo con un crío, así que sin esperar más lo tomo del brazo jalándolo hacía sí. Ambos empezaron a forcejear y ya harto del berrinche que el contrario hacía no le quedó de otra más que cargarlo y entre pataleos lo metió a las fuerzas al auto, cerrándolo de un solo portazo y poniendo rápidamente el seguro.

- ¡Qué diablos le pasa, déjeme salir! -.

- ¡Cierra la boca! -.

Sin esperar más arranco el vehículo y emprendió el camino hacia la escuela, durante el trayecto ambos fueron en total silencio, ninguno decía nada, mientras jotaro mantenía la mirada al frente Josuke la tenía hacia la ventana del carro observando el exterior aún sin poder quitar aquella mueca de su rostro, pues se sentía totalmente molesto aunque al mismo tiempo nervioso, el interior del auto estaba limpio aunque eso ya no le sorprendió para nada, sin embargo, el aroma era otra cosa, pues la colonia del mayor lo embriagaba a tal grado de que lo hacía sentir cada vez más y más nervioso, quería salir de allí lo más rápido que pudiese, hasta que de un momento a otro el auto se detuvo, pues justo estaba frente la escuela y sin esperar mas tiempo bajo rápidamente y salió corriendo hacia el interior.

Jotaro se quedó mirándolo fijamente, estaba sorprendido por lo veloz que había sido, en verdad ese jovencito tenía algo que lo ponía de mal humor, aunque al mismo tiempo no podía explicar el porque de un momento a otro le era difícil quitarle los ojos de encima.

Durante la hora del receso tanto Josuke como Okuyasu decidieron quedarse en el salón, puesto que la cafetería se encontraba muy llena, además de que en esa ocasión koichi no estaba con ellos, desde que el más bajito se había conseguido una novia ya no pasaba tanto tiempo con ellos.

Okuyasu tomó su emparedado y antes de darle una mordida visualizo por el pasillo al hombre de gabardina blanca, que caminaba imponente en dirección hacia su salón. -Hey bro, mira, es el profesor Jotaro-. Le indico a su amigo con la mano mientras veía como se tensaba al verlo acceder al interior del aula. El solo se limitó a llamarlo con el dedo índice y Josuke hizo caso omiso al llamado, cualquier cosa que tuviera que decirle prefería que lo hiciera en ese momento a tener que lidiar con él más tiempo, pues suficiente era tenerlo que soportar en clases.

El mayor acerco su rostro y susurro en el oído del muchacho. - Te espero a la salida y más te vale no escapes o soy capaz de llevarte cargando como princesa por toda la escuela-.

Aquello hizo que se le erizara la piel y rápidamente dio un paso hacia atrás, todo aquello siendo observado por su mejor amigo, el cuál parecía estar más concentrado en la comida. Jotaro le regalo una pequeña sonrisa llena de satisfacción y un poco de picardía, miro aquel rostro teñido de rojo hasta las orejas, aquel muchacho se cubría los oídos y ese acto fue muy tierno para el contrario quien inconscientemente capto aquella imagen en su memoria.



El sonido que indicaba que la ultima hora había finalizado hizo que cada alumno tomara rumbo hacia sus hogares, Josuke caminaba en compañía de sus amigos mientras trataba de olvidar aquel momento vergonzoso que había pasado, aquella advertencia no le provocaba ningún miedo, pero tampoco deseaba arriesgarse, así que de la manera mas rápida avanzo entre la multitud de jóvenes caminando a paso veloz para no tener que encontrarse con jotaro, dejo escapar un suspiro cuando puso un pie fuera del instituto y justo cuando creyó haber burlado la amenaza, el sonido del claxon atrajo su atención, se llevo un gran susto cuando lo vio al lado de él en su auto y con una mirada muy amenazante.

-Sube-. Fueron las únicas palabras que salieron de su boca antes de fijar la mirada hacia el frente.

Trago saliva y se llevo una mano al rostro tallándose el poco sudor que había acumulado, y por supuesto se había resignado a huir, fijo la vista en sus amigos quienes parecían estar muy confundidos.

-Lo-lo siento-. Hablo con total nerviosismo mientras desviaba un poco la mirada. -Hoy voy a irme con jotaro-san-. Se despidió de sus amigos los cuales se quedaron un poco consternados ante aquello, y después de un rato koichi se sintió aliviado de que ambos empezaran a llevarse bien.

-Oye, ya deja de poner esa cara-. Aun después de sus palabras Josuke no quitaba la cara de niño regañado quien no decía ni una sola palabra, justo a medio camino jotaro detuvo el auto y poso su vista sobre él, apartando las manos del volante y colocando su mano derecha en el hombro del menor quien soltó un respingo ante el tacto, ambos se miraron a los ojos y Josuke no sabía que decir, odiaba quedarse sin palabras cada que hablaba con el mayor.

-Lamento lo de tu muñeca y gracias por el regalo, también una disculpa por lo de ayer-.

Aquello lo tomo por sorpresa y en un acto involuntario agito la cabeza hacia los lados, ¿acaso estaba soñando? El profesor mas estricto se estaba disculpando con él. Después de escuchar eso todo su enojo se había esfumado como por arte de magia. -No se preocupe...no pasa nada-. Sonrió de manera sutil pues no quería que su rostro delatara lo avergonzado que se encontraba por la cercanía en el rostro de ambos.

-Bien-. Aparto su mano y nuevamente la puso sobre el volante, así después de eso siguieron su camino hasta que llegaron a su destino, jotaro se estacionó en la cochera de su casa y ambos bajaron del auto.

-Gracias por haberme traído-. El tono de su voz era mucho más animado que otras veces, estaba realmente contento, aunque su mente aun no podía quitar la idea de lo contradictorio que resultaba ser. Un día decía odiarlo y al siguiente ya le parecía la persona más amable de todas.

-No hay de que, mañana también te llevare conmigo-.

-Eso-eso no es necesario-. Agito las manos en señal de negación, no podría soportar seguir pasando mas tiempo con el mayor y estaba seguro de que seguirían teniendo ese tipo de situaciones "extrañas".

-No es opcional-. Fue lo último que dijo antes entrar a su casa y dejar atrás a Josuke totalmente confundido, aunque al mismo tiempo se sintiera extrañamente feliz por aquello.

~ Una Forma De Amor ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora