Capitulo 5

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Ya habían pasado algunos días desde que ambos comenzarán a llevarse bien, y por extraño que fuera, Josuke se sentía feliz cada que lograba entablar una conversación con jotaro

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Ya habían pasado algunos días desde que ambos comenzarán a llevarse bien, y por extraño que fuera, Josuke se sentía feliz cada que lograba entablar una conversación con jotaro. Sus amigos del ojipurpura estaban algo sorprendidos por aquel cambio de actitud por parte de su amigo, así que por algunos días fue el objeto de las burlas por parte de Okuyasu, mientras que koichi sólo se limitaba a recordarle lo mal que solía hablar del profesor.

Aunque, no sólo ellos eran los únicos sorprendidos, sino las más impactadas eran las chicas al ver a los dos más guapos de todo el colegio juntos, ir y venir, y muchas veces las chicas solían arrinconar a Josuke con tal de descubrir la dirección del mayor, cosa que al inicio le provocaba gracia. Pero con el pasar de los días aquello le comenzó a dejar un mal sabor de boca, entendía que estuvieran "perdidamente enamoradas" y sabía como eran las mujeres, pero llevarlo a tal grado que lograban hostigarlo lo ponía de mal humor, el no era malo con las mujeres y solo se hacía de la vista gorda o simplemente en algunas ocasiones huía de ellas, lo más extraño era que solía enojarse más de lo normal, pues no le gustaba la forma en la que se expresaban de jotaro.

Fue algo que dejó pasar hasta que cierto día de cierto mes algo cambió, cayó en la cuenta de lo que le sucedía y fue casi como un balde de agua fría en su rostro.




Aquella mañana se había despertado más alegre de lo usual, salió de casa mientras se acomodaba algunos de los mechones de su cabello, y como todas las mañanas jotaro se encontraba de pie al lado de su auto. No pudo evitar que una enorme sonrisa se dibujara en su rostro, camino a paso veloz hasta colocarse al lado del más alto.

-Buenos días jotaro-san-. Dijo con aquel tono alegre, mostrando su dentadura blanca. – Lamento si lo hice esperar demasiado-. Su voz sonaba nerviosa y apenada, así que pasó una mano por su nuca para intentar calmar su pena.

Jotaro le dedico una pequeña mirada acompañada de una muy fina sonrisa que surco en sus labios, y ante aquella revelación Josuke quedó sorprendido, el latir en su corazón se hizo más rápido y sintió como su rostro comenzaba a arder. Rápidamente desvío su mirada y ambos emprendieron camino rumbo a la escuela, mientras todo parecía marchar bien, la mente del ojipurpura viajaba a otro lado, aún preguntándose por aquel extraño comportamiento. La hora educación física llegó, todos los alumnos se cambiaron de uniforme y para Josuke solo podría tratarse de otro día más de clases y deportes, de no ser porque por la ventana logro divisar a su profesor, quien parecía ya tener algo de tiempo allí, aquella mirada, aquellos intensos ojos de color aguamarina parecían estar posados sobre una sola persona en concreto, Jotaro se alejó sin hacer alguna señal, y siguió su camino, todo como si simplemente hubiese estado de paso.

Las mejillas de Josuke se adornaron con un tenue color rosado, y más nervioso se sintió al encontrarse con aquella vestimenta puesta, después de aquello se sintió completamente expuesto, los nervios se le pusieron a tope y torpemente realizó las actividades de la clase.

Ya se encontraba en la entrada de la escuela esperando a jotaro como de costumbre, hacía unos minutos se había despedido de sus amigos, quedándose solo mientras veía los minutos de su reloj pasar. Afortunadamente no tuvo que esperar demasiado, pues a tan sólo unos pasos, vio acercarse a jotaro, verlo lo hizo sonreír y una sensación extraña se instaló en su estómago, así que por inercia agacho la mirada al sentirse más nervioso de lo normal.

.......

Llegaron a su destino, Jotaro y Josuke bajaron del auto, y el joven ojipurpura le quedó mirando, Jotaro era un hombre de cabellos negros, ojos de un color peculiar y tan hermosos como jamás se hubiesen visto, y con un increíble atractivo, aquellas manos podrían hacer de él un desastre si quisiera.

Y tras aquel pensamiento el rubor y la vergüenza atacaron al muchacho, estaba pensando de más, ¿acaso había sido capaz de pensar en aquello? Oh no, sus manos comenzaron a transpirar más de lo normal, estaba a punto de salir corriendo cuando la voz del mayor hizo acto de presencia.

-Nos vemos mañana-. Dijo con un tono de voz sereno al mismo tiempo que pasaba su mano por la cabeza del chico, dándole leves palmadas pero esta vez un poco más suaves y lentas, aparto su mano y antes de decir otra palabra más, el chico del Pompadour salió corriendo directo a su casa, dejando atrás a jotaro un poco fuera de si.

-Estos jóvenes, yare yare daze-. Y sin más, se adentro a su hogar.



___________


Estaba como loco, daba vueltas y vueltas alrededor de su habitación, no podía tranquilizarse, tenía tanto calor y los colores no se desvanecían de su rostro, su corazón latía muy rápido, y aquella sensación extraña en su estómago aún prevalecía. Camino hasta su cama y se dejó caer sobre ella rodando así de un lado a otro, enterrando su rostro entre las sábanas mientras su mente se dejaba llevar.

Se encontraba en la oficina de jotaro, algo que le pareció muy extraño ya que no recordaba como había llegado hasta allí o por que, de repente el mayor se acerco a él por detrás, lo tomó de los hombros y lo atrajo hasta que pudo sentir como ambos quedaron unidos.

-Josuke-.

Su nombre fue dicho en un susurro que involuntariamente le arranco un gemido, se tapó rápidamente la boca al darse cuenta de lo extraño que había sonado eso, de pronto las manos ajenas se coloraron en su cintura y poco a poco fueron masajeadas con movimientos circulares, para cuando se dio cuenta se encontraba totalmente desnudo.

- ¡Ah! -. Soltó un pequeño grito al intentar cubrir su hombría, estaba totalmente apenado, pero fue más impactante el ver frente a él, a Jotaro, que de igual forma estaba desnudo. Claramente podía apreciar su tonificado cuerpo, sus pectorales y cada músculo que formaba parte de él.

- ¿Jo-Jotaro San? -. Preguntó sintiéndose muy avergonzado, pero el contrario no dijo nada, se acercó lentamente hasta que plantó un beso un poco agresivo en sus labios, el cual le arranco más de un gemido ahogado. Aquella situación se torno más caliente, sus cuerpos unidos entre besos y caricias, jadeos y demás sonidos obscenos.

El mayor se posicionó entre las piernas del ojipurpura y de una sola estocada lo embistió. Josuke dejó salir un gran gemido mientras se aferra a su cuello, las embestidas siguieron hasta que sintió una corriente eléctrica pasar de la punta de sus dedos hasta terminar en su falo.

- ¡Ahhh! -. Soltó un grito que en vez de parecer eso, se asemejaba más a un sonido de placer.

Abrió los ojos repentinamente, su cuerpo estaba cubierto de sudor, y poco a poco aquellas imágenes llegaron nuevamente a su cabeza logrando que se sentara en la cama de golpe, no entendía que había sido aquello, cubrió su cara e intentó buscar una respuesta para eso que había soñado. Quitó sus manos para observar el bulto formado bajo su pantalón, la tela se encontraba húmeda por lo que se levantó de la cama y corrió al baño donde minutos después se haría cargo del "incidente".

-No puede ser... -. Se estaba lamentando, fue entonces que observó el reloj marcar las 11 de la noche, ya era muy tarde, aunque para el apenas era el inicio de sus preocupaciones. – ¿Acaso soy gay? -. Se dijo mientras sostenía su frente con ambas manos y tomaba asiento en el suelo.

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