Acaba de cruzar la puerta del baño cuando los sonidos de alguien con arcadas me pararon en seco.
Mire por debajo de las puertas de los cubículos y lo único que habían eran un par de Converse negras muy sucias.
Los sonidos seguían llegando, y no eran de una chica enferma, si no de alguien que estaba tratando de vomitar a propósito.
De pronto la puerta se abrió de golpe y salió lo que antes era Sam y ahora no era más que un zombie, a quien no le importaba su vida.
— ¿Qué estabas tratando de hacer? —le pregunte furiosa.
—Nada —me respondió seca y se lavo las manos en silencio.
— ¡Eso no es nada! —exclame. —Estas embarazada no puedes hacerte perder comida, el necesita los nutrientes —apunte su abultada barriga tratando de hacerla entrar en razón.
—Unas cuantas cosas menos no le harán mal —respondió como si no le importara caminando a la salida. Me interpuse en su camino y le bloquee la salida.
—Claro que le harán mal —la tome por los brazos. —Si a ti no te importa, hazlo por él —subí el tono de mi voz.
— ¿Por qué? —se limito a preguntarme. —Lo único que me ha traído es tristeza, si no fuera por mis estúpidos padres este bebe ya no existiría —repuso como si fuera lo más normal del mundo. —Por su culpa estoy gorda.
— ¡No estás gorda! ¡Estas embarazada! —grite. — ¡Es muy distinto!
— ¡Es fácil para ti decirlo! —replico. — ¡Tú tienes un cuerpo perfecto, no estás en mi lugar! ¡Antes de esto yo no era perfecta como tú! ¿¡Como esperas que me sienta ahora!?
—Feliz —respondí. —Llevas un niño dentro.
—Llevo la causa de mi dolor dentro.
— ¿Por qué? ¿Eh?
—Por qué me hace ver gorda —repitió. Pero yo sabía la verdad, todo el mundo lo sabía. Ella también, pero desde el primer día para ella ese nombre desapareció de su mundo. No soportaba que nadie lo nombrara. Ella no iba a aceptarlo nunca.
—Mentira —le dije. — ¡Es por Derek! ¡Lo extrañas! ¡Pero eres suficientemente orgullosa como para negarlo! ¡El día en que lo conociste, el día que lo volviste a ver, desde que volvió a hablarte y como te trataba! ¡Encuentras perfecto cada día que viviste a su lado! ¡Amas a ese niño y no solo porque su padre es Derek! ¡Eso de que te hace ver gorda, es solo una estúpida escusa! ¡Estas dolida con Derek por que le dijiste que se fuera y el hizo lo que querías, nunca quisiste que eso fuera literal! ¡Lo amas! ¡Y eres suficientemente terca para no ver lo que tenias frente a los ojos y notar que eras lo que mas el amaba! —grite desahogándome de todo. Escupiendo sin anestesia alguna toda la verdad, todas las cosas que Sam no notaba. Ella creía que Derek se encargaba de su hijo por qué es lo correcto, pero la verdadera razón es el amor que Derek le tenía. Hacia eso por ella, antes que cualquier cosa.
Abrí la puerta y la cerré furiosa detrás de mí. No había forma alguna de contactarme con Derek. Sam lo necesitaba…y rápido.
— ¡Muevan esas caderas! —grito Johnson desde las gradas. El y todo su equipo de futbol habían estados sentados ahí por más de veinte minutos, gritando obscenidades mientras miraban nuestro entrenamiento.
—Paren —murmuro enojada Beverly por cuarta vez. Todas nos detuvimos y volvimos a comenzar. En la parte donde Beverly hacia una rueda sostenida en una mano, gritaron:
— ¡Así, nena! —Beverly los miro con odio, frustrada.
—Si no van a estar callados ¡Lárguense! —les grito.
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No es mi vida, es solo una misión más 2
Teen FictionLa vida de Alexa se llena de aún más problemas y secretos que descubrir. Por el bien de Logan lo mantiene en la ignoracia de sus planes. Nuevas y antiguas preguntas no resueltas llenan la cabeza de Alexa de incertidumbre. ¿Dónde esta Derek? ¿Cómo se...