Capítulo 20

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Narra Beverly.

Sonreí al verme en el espejo.

Mi cabello castaño llegaba en suaves ondas artificiales, hasta un poco más abajo de mis hombros. Mis ojos azules resaltaban con el maquillaje negro. Mis labios estaban de un intenso color rojo, ya que los tuve que maquillar debido a una apuesta perdida con Sam. En realidad todo en conjunto se veía bastante bien.

Perfume con delicadeza mi cuello y me reí estúpidamente mientras veía como un rubor cubría mis mejillas.

La puerta. Quería que tocaran esa maldita puerta.

—Sam, si quieres podemos llevarte —dije mientras me acercaba a la puerta del baño donde ella se estaba alistando.

—Tranquila —me dijo desde dentro. —Estaré bien. Logan pasara por mí.

—Claro, claro —suspire.

Naturalmente pensándolo. Alexa y Logan iban como amigos, se suponía. Sam no tenía a Derek aquí y tendría que ir sola. Y bueno, a mi me vendría a buscar el. Me sentía mal por dejarla sola de esta forma.

Escuche dos golpes en la puerta y sonreí instantáneamente.

—Me voy —le avise a Sam.

—Te veo en el baile —me respondió.

—Claro.

Mientras caminaba a la puerta de mi departamento movía mis manos peinando mi cabello repetidas veces. No estaba como yo quería y tenía que estar perfecto al momento de abrir la puerta.

Suspire frustrada y abrí la puerta con nervios.

Los ojos azul cielo que vi me dejaron anonada por unos breves segundos.

—Te ves hermosa —dijo esa voz dulce desde el otro lado de la puerta.

Sentí como la sangre me subía a las mejillas y mi frente se sentía como si estuviera en un sauna.

—Gracias —susurre.

William me sonrió y tomo mi mano acercándome a él. Su dulce aliento golpeo mi rostro y sentí que mis piernas temblaban.

—Las tradiciones pudieron conmigo —rio para sí mismo y levanto mi mano poniéndome una pulsera de flores, que no me había dado cuenta que tenía en su mano izquierda.

—Un corsage —susurre.

La pulsera estaba compuesta por un montón de flores blancas mezcladas con flores pequeñas negras.

— ¿Flores negras? —pregunte sorprendida.

—Crecieron con colorantes —me sonrió. —Son algo difíciles de encontrar, pero una persona me dijo que tu vestido era negro, quería que combinara.

—Logan —murmure algo enojada. El muy maldito iba por ahí diciéndole a William los detalles de mi vestido, del cual le dije claramente que no podía divulgar.

William rio y me tomo por la cintura llevándome al pasillo.

—Dijo unas cuantas cosas interesantes —dijo bajo.

— ¿Cómo qué? —pregunte curiosa.

—Como que —pensó un momento. —Se te ve hermoso, y tiene razón.

Me sonroje el triple del color de mi rubor y baje la cabeza ocultando mi cabello.

—Me gusta tu nuevo look —tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos.

—Mejor… —dude tres segundos que me delataron por completo. —Vámonos.

La graduación, naturalmente se hacía en el gimnasio del instituto ya que demasiado dinero se había gastado en el viaje a Montecarlo.

No es mi vida, es solo una misión más 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora