𝗯𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 ➳ payton moormeier [terminada]

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Payton

Los rayos de sol atravesaban por mis cortinas haciéndome despertar. Me giré, ví una cabellera castaña. Por un momento me asusté pensando en lo que podría haber pasado, pero luego lo recordé. Nos recordé a los dos bailando. Recordé su risa. Recordé nuestro beso.

No pude evitar que una pequeña sonrisa se forme en mis labios. Se veía tan linda, hasta durmiendo.

Me dolía la cabeza y tenía mucha sed ya que tenía algo de resaca. Me dirigí al baño para hacer mi aseo personal, me cambié y salí de mi cuarto dirigiéndome a la cocina. Busqué en la heladera una botella con agua y comencé a tomarla.

-Buen día Payton- escuché la voz de mi madre, la cual me hizo asustar y casi me ahogo con el agua que estaba tomando

-Buenos días mamá- le dije después de toser un poco y la miré

-¿Cómo te sientes?- me preguntó acariciando mi rostro

-No muy bien, me duele un poco la cabeza- dije haciendo una mueca

-Te traeré una pastilla- dijo y se dirigió a su cuarto. Luego, volvió con la píldora en la mano y me lo dio, la tomé junto con el agua-¿Sabes? Me costó casi 3 horas en limpiar todo el desastre que hicieron anoche-me dijo y la miré apenado

-En serio lo siento

-Está todo bien, te entiendo, yo cuando tenía tu edad también hacía locuras como estas- me contó regalándome una sonrisa tranquilizadora-¿Dónde está tu amiga?- me preguntó

-Está durmiendo en mi cuarto-le respondí

-Bueno, yo me tengo que ir a la casa de Ana, y tu hermana, ya sabes, hasta la noche no vuelve de su pijama party. Tienen para comer lo que quieran. Te veo en unas horas. Adiós. Te quiero- me dijo mi madre y se dirigió hacia la puerta

-Adiós, mamá. Yo también te quiero- me sonrió y salió

Iré a ver a Janet, tal vez ya se despertó. Subí las escaleras, entré a mi cuarto esperando verla en la cama, pero no estaba. La llamé pero no contestó. De seguro estaba en el baño. Me dirigí hacia la puerta para golpearla y al mismo tiempo, ella salió del otro lado haciéndonos quedar muy cerca.

-Buen día- le dije mirándola a los ojos, a lo que ella me contestó lo mismo

-¿Cómo estás?- le pregunté ya una vez que me había distanciado un poco de ella, no quería invadir su espacio.

-Estoy bien, al parecer no tengo resaca. ¿Y tú?- dijo sonando muy dulce

-Cuando desperté me dolía un poco la cabeza así que me tome una píldora. ¿Quierés desayunar?- me contestó con un gran "sí" y nos dirigimos hacia la cocina.

Mientras yo preparaba el desayuno, veía como Janet observaba mi casa y sus decoraciones. Estaba con la misma ropa de anoche y un poco despeinada. Seguía siendo hermosa para mis ojos.

-Ven, ya está listo- la invité a sentarse una vez que ya había puesto el desayuno en la mesa

-Gracias- dijo sentándose- ¿Ya te dije que tu casa es muy linda?- me preguntó antes de dar un sorbo de café de su taza

-Creo que sí- me reí levemente- Puedes venir cuando quieras- le dije

-No lo creo, no quiero molestar a tu madre

-No lo haces, ella ya habló conmigo y está todo bien- dije tranquilizándola

-Bueno, entonces sí vendré mas seguido- dijo sonriendo a lo que me hizo sonreír a mí también

Luego, Janet me dijo que no se podría quedar mucho tiempo más, ya que mañana tenía que trabajar. Lo comprendí al instante. Me gustaría hacer algo para que no trabaje más. Tiene 15 años y se tiene que ganar la vida porque sus padres son un desastre. Terminamos de desayunar y me ayudó a recoger las tazas y platos.

-Bueno, ya es tiempo de que me vaya- me dijo

-Te acompaño- abrí la puerta y Janet salió, nos quedamos mirando por unos segundos

-Adiós- dijo con una sonrisa y empezó a caminar

-¡Espera!- le grité y me acerqué a ella, se giró y me miró confusa- ¿Si te acuerdas de lo que pasó anoche, verdad?-le pregunté esperando no quedar como un tonto si me decía que no. Al instante su cara de confusión se transformó en una con un rubor muy fuerte

-Sí, me acuerdo- me dijo con una leve sonrisa y me dio un corto beso en los labios- Gracias por el desayuno- dijo en forma de despedida y siguió caminando yéndose hacia su casa

Pude sentir en mi cara un calor demasiado fuerte. Mientras sonreía, miré como se iba por las calles y me adentré a mi casa. Comencé a saltar y gritar de la emoción. Tanto que mi perra se me quedó mirando de forma extraña. Me reí

-Lo siento, cariño- me dirigí hacia ella y comencé a acariciarla

Definitivamente, Payton Moormeier se había enamorado.

***

¡Hola! Lamento no actualizar muy seguido, el colegio me tiene ocupada. Espero que les haya gustado. Gracias por el apoyo.