Ruta de escape~

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Pasé un tiempo indefinido viendo el rostro de Eren descansado, en realidad me había quedado perdido en ello sin darme cuenta, y a causa de ello me levanté con dolor de cabeza por haber pasado todo el rato recostado. Me dirigí directo a la ventana para cerrarla y correr las cortinas, pues ya comenzaba a hacer frío gracias a la noche llena de lluvia; me estiré un poco antes de dirigirme hacia un quinqué que estaba sobre uno de los muebles de la habitación, lo encendí con cuidado de no quemarme y dejé la mecha baja para que sólo hubiese un poco de luz en el cuarto. Pues si lo encendía demasiado podría verse para afuera y ser encontrado por cualquiera no me era de gracia justo ahora que Eren dormía y yo me encontraba enfermo, sería realmente una molestia.

Volví a la cama para sentarme mientras bostezaba, no porque tuviese sueño sino por el ambiente tan relajado que se sentía, me estiré nuevamente, elevando los brazos hacia arriba para hacerlo de mejor manera; la espalda me tronó por el movimiento, junto con el cuello cuando moví la cabeza a un lado y luego al otro, para finalmente suspirar y dejarme caer de espalda en el suave colchón. Disfruté de esa sensación de dolor cuando tu espalda va amoldándose a un lugar cómodo luego de haber pasado todo el día recta. Cerré un momento los ojos, el dolor de cabeza pronto se me había pasado y ahora solamente estaba muy relajado, tanto que sentía ser capaz de dormir otro día entero. Pero ya había desperdiciado dos valioso días en eso, por lo que no podía darme el lujo. Y tuve que levantarme.

Me senté  frente al escritorio donde estaba el quinqué y tomé un papel de los muchos que estaban regado por ahí. Tenía que examinar bien las rutas por las que podía irme sin ser descubierto por algún hombre de Erwin, o incluso de la policía. Los descarté todos, por su puesto, pues yendo con Eren todos esos eran demasiado peligrosos, se veía como un tipo torpe y sin muchas habilidades. Tomé un plumón que tenía en la mesa, mordiendo el extremo mientras pensaba; una de mis extrañas maneras de concentrarme. Saltar por el risco, demasiado peligroso para él. Nadar para atravesar un río, no sabía si él podría pasar tanto tiempo sin aire.

Tsk. Ahora recordaba el por qué me encantaba estar sólo en planes de escape; las desventajas y poco conocimiento del contrario. Sin embargo ahora había algo más, ¿y si el mocoso se me escapa y corría de inmediato hacia la policía para contar hacia donde iba yo? Eso no me ayudaría, así que no podía dejar que conociera el camino. Entonces, ¿qué? ¿Vendarle los ojos resolvería eso? Pero luego, ¿cómo iba andar? Suspiré frustrado mientras me tomaba los cabellos. Otro problema iba ser el a dónde ir, Erwin me había vigilado muy bien, así que esperaba que supiera cualquier lugar al que podía ir, incluso aquella cabaña en que me encontraba en aquel momento. Seguía en ella por el hecho de ser el único lugar que tenía un escape secreto del que era imposible que alguien supiese, o al menos eso quería creer.

Otro suspiró se me salió y recargué la frente en la madera del escritorio mientras cerraba los ojos.

“Un lugar seguro, un lugar seguro” repetía mi cabeza una y otra vez en busca de una buena respuesta que me fuera lo suficientemente eficiente para salir vivos Eren y yo. Ah… un momento, un momento. ¿No acaba de pensar en la respuesta un poco antes sin haberme dado cuenta? Elevé la cara rápido y segundos después ya estaba parado dirigiéndome hacia la planta baja, encendiendo un quinqué en la escalera para aluzarme el camino. Me dirigí hasta el sillón que quedaba a unos pasos del último escalón y lo empujé con cuidado de no hacer mucho ruido, para poder ver lo que había debajo –dándome cuenta que ahí necesitaba una barrida–, metí la mano en la base y saqué una navaja bien filosa, para luego enterrarla en la madera y comenzar a marcar el círculo hecho en ésta. Sí, ahí estaba mi escape. Sonreí un poco, estando algo orgulloso de mí mismo, abrí el túnel al quitar la madera en forma de círculo, me asomé; aunque no tenía mucho sentido por estar todo oscuro. Un túnel a mitad de la noche no era precisamente lo más sano de atravesar, por los diversos animales que se podían encontrar ahí –y no por la oscuridad, puesto que de día sería igual, sino por la humedad que se acumulada, y claro, el frío–, sin embargo no tenía mucha opción. Y cruzar el túnel justo en ese momento sería bueno para que no nos notaran, y Eren no podría ver mucho el camino. Troné los dedos y me levanté, yendo a por un vaso de agua.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2014 ⏰

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