Crónica V- Lluvia

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Escrito por: Mechin


Las gotas de lluvia se resbalaban por sus mejillas. Ella lo agradecía, pues ocultaba las lágrimas que caían de sus ojos. Llevaba varios días a la intemperie, vagando sin rumbo fijo. Lo había perdido todo... Su hogar, su familia. Su vida. Por suerte, había logrado salir de allí con vida... Aunque ella se preguntaba una y otra vez si hubiese sido mejor morir. Finalmente, tras varios días caminando, llegó a lo que un día fue Ciudad Uróboros, ahora completamente destruida debido a la guerra. No sabía como había sido Naga antes, porque solo conocía este mundo desolado y en constante peligro, pero sus padres le dijeron que solía ser una región llena de belleza, de pokémon, de personas... Pero ahora ya no quedaba nada de esos antiguos días de gloria.

La lluvia era lo único que la acompañaba por aquellas ruinas. Ni un alma a la vista... Era normal, cuando el ascenso del Team Draco comenzó, los Hijos de los Astros, un clan milenario, se opuso a ellos tras la caida del Clan Eón... Pero no aguantaron. Aunque ellos y los habitantes de Uróboros lucharon, sus Pokémon no fueron capaces de resistir los constantes ataques con bombas que lanzaban sobre la Ciudad. Algunos se fueron, buscando refugio en otras ciudades, pero los que se quedaron... Ahora abonan el suelo que una vez pisaron.

-No, claro que no. En cuanto pisaron la sala de interrogatorio, cantaron como Chatot. Tendremos la localización exacta en unos días, en cuanto terminemos de triangular la posición.- En cuanto escuchó una voz, por puro instinto, buscó escondite tras un montón de hormigón derruido años atrás. De reojo, antes de esconderse, pudo ver a un par de Reclutas del Team Draco haciendo patrulla.

-¿Y por qué tenemos que estar aquí? Hace años que nadie pasa por este cuadrante... En serio, vaya puesto más aburrido.

-Órdenes del jefe... Apesta, pero hay que obedecer. Recuerda lo que le pasó a Michelle el año pasado.

-Ya, pobrecita... Pero ella se lo buscó.

Las voces se alejaban cada vez más, pero esperó hasta que eran prácticamente inaudibles para dar un paso. Tenía que salir de allí lo antes posible, antes de que algún recluta más fuese por allí y tuviese menos suerte al esconderse. Ningún lugar era seguro en Naga, y ella ya se había dado cuenta de eso.

-Hola, pequeña... ¿Te has perdido?- Miró hacia atrás lentamente, para encontrarse con el negro uniforme que cubría a los miembros del Team Draco. Pensaba que se había asegurado de que nadie la veía... Pero alguien más estaba cuidando por donde caminaba.- No deberías estar aquí. Vamos a llevarte al cuartel para que nuestros jefes decidan qué hacer contigo, ¿vale, bonita?

Dio un par de pasos hacia atrás para intentar huir, pero el recluta la agarró por el brazo... Ella era solo una niña, y no tenía fuerza para zafarse de él. Estaba perdida... Todo su esfuerzo para salir de allí con vida, para nada... Cerró los ojos con fuerza, esperando que acabasen con ella pronto... Pero, de repente, notó como la mano que la tenía agarrada cayó, dejándola libre. Un poco asustada, fue abriendo los ojos tratando de descubrir la causa. El recluta tenía los ojos en blanco, y miraba al infinito con la boca abierta, como si no tuviese la fuerza para mantenerla cerrada. Tras unos segundos, cayó al suelo, mostrando tras de sí un pequeño pokémon que nunca había visto antes.

-Kirlia, vuelve. Buen trabajo.- Oyó una voz que salía de las sombras, y se encontró con un hombre esbelto, envuelto en una capucha de color verde. El pokémon volvió a su lado, y aquel hombre se acercó a la niña.- ¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño?- Ella negó con la cabeza, aún asustada.- Menos mal... Este es un sitio muy peligroso, ¿qué haces aquí?

-Y-yo... Escapé de ellos... No puedo volver a casa...

-¿Qué ha pasado con tu casa? ¿El Team Draco ha...?

-No sé donde está... M-m-me duele la cabeza...- El hombre se quitó la capa y se la colocó encima.

-Yo y mi gente estamos refugiados en Pueblo Ladón... Está a unos días de viaje, pero allí estarás a salvo. Por cierto, no me he presentado, me llamo Frind... ¿Cuál es tu nombre, pequeña?- La chica negó con la cabeza. Por todo lo que le había pasado en los últimos días, esta no funcionaba bien... Parecía estar olvidando cosas, como su propio nombre.- Mmmm, bueno...- El hombre miró a la capucha verde que le acababa de otorgar.- ¿Y si de momento te llamamos Robin?


Habían pasado ya 11 años de eso. Mientras recorría con cuidado el bosque de la Ruta 2, Robin recordó el día en el que conoció a Frind. Además, dentro de poco habrían pasado 2 años desde que el Team Draco le mató en una emboscada... Al ser la persona en la que más confiaba, le dejó al cargo de la base de Pueblo Ladón. Aunque solo tenía 15 años, era la encargada de unas 60 personas... Pero eso se acabaría pronto. Ya tenía todo lo que necesitaba. Iba a ir a Ciudad Hydra, e iba a recuperar Naga, costase lo que costase.

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