Overlord 2 : El guerrero oscuro

Capítulo 1 Los dos Aventureros Parte 3

Mientras Brita olfateaba como un perro, tenía la impresión de que el aire había sido teñido con algún color. 
No se equivocaba, había un leve olor a vegetación. Este olor era causado por la acumulación de aromas de medicinas y hierbas. Y también le decía a Brita que había llegado a su destino.

Brita siguió moviéndose adelante hacia el área de donde el olor venia con más fuerza. Luego de mirar cautelosamente alrededor, llegó al frente del edificio más alto.
El diseño de este edificio era diferente de los otros que tenían la tienda al frente y el lugar de trabajo al fondo. La estructura completa estaba diseñada para servir de lugar de trabajo. No tenía un lugar que sirviera como tienda como los otros edificios.

De acuerdo al texto en la placa de madera que colgaba de la puerta y a los signos de afuera, éste era el lugar.
La campana que colgaba sobre la puerta sonó fuertemente cuando empujó la puerta al entrar.
Ingresó a un salón que parecía servir para recibir invitados, con dos bancas que miraban la una a la otra en medio, estanterías colocados en las paredes y plantas decorativas en las esquinas.

Brita fue recibida por alguien en el momento que entró al salón:
"Bienvenida!"
Era una voz masculina, pero sonaba demasiado joven para ser de un hombre.
Miró alrededor y encontró a un joven vestido con unas viejas ropas de trabajo manchadas con savia, del cual también venia un fuerte olor.

Su cara estaba medio cubierta por su largo y rubio cabello, dificultando juzgar su edad. Pero debido a su voz y a su talla, todavía debía estar en crecimiento.

Debía de ser solo un joven, pero Brita podía adivinar su nombre. Aparte de su abuela, él también, debido a sus talentos, era una de las pocas personas famosas de E-Rantel.

"...Señor Nfirea Bareare?"

"Sí, ese soy yo."
El joven --Nfirea asintió y preguntó:
"Como podría ayudarle?"

"Ah, correcto. Por favor espere un momento."
Brita sacó el papel doblado que le había entregado el dueño de la taberna y se la entregó al joven.
Nfirea inmediatamente la abrió para leer su contenido.

"Ya veo...así que es eso. Podría por favor mostrarme la poción?"
Nfirea recibió la poción de Brita y la levantó al nivel de sus ojos, incluso aunque estuvieran cubiertos por su pelo.

La atmósfera cambió. 
Cuando Nfirea movió sus cabellos a un lado, reveló que sus facciones eran bastante agradables. Muchas mujeres se enamorarían de él en el futuro.
Pero a pesar de su aguda mirada, su cara conservaba un aire infantil. Considerando la forma en la que hablaba, era difícil imaginar que sus ojos fueran así de perspicaces, mientras brillaban con una intensa emoción. Nfirea agitó la poción varias veces y asintió:
"Lo siento, pero no es conveniente hablar aquí, podemos ir a otro lado?"
Brita estuvo de acuerdo y siguió a Nfirea a un cuarto desordenado. Eso era lo que ella pensaba debido a que le faltaba el conocimiento profesional necesario. Sobre la mesa habían frascos, tubos de ensayo, destiladores, morteros, cubetas de precipitación, lámparas de alcohol, balanzas, extrañas vasijas y otras cosas. Los estantes en las paredes estaban repletos con numerosas hierbas y minerales.

Un olor único y acre se podía sentir en el cuarto, dando la impresión de ser peligroso para el cuerpo.
La persona dentro del cuarto observaba a los dos súbitos intrusos.

Era una mujer anciana con un cabello totalmente blanco que le llegaba a la altura de los hombros, con las manos y la cara llenos de arrugas. Sus ropas tenían más manchas verdes que las de Nfirea, dándole un fuerte olor a pasto.
Nfirea se dirigió a la vieja mujer al entrar:

"Abuela!"

"Que sucede, no hay necesidad de que hagas tanto ruido, puedo oírte. Mis oídos todavía funcionan bien."
Nfirea sólo tenía una abuela paterna, que era la mejor farmacéutica en la ciudad, Lizzie Bareare.
"De prisa, echa un vistazo a esto."
Tomando la poción que Nfirea le alcanzó, la intensa mirada de Lizzie hizo que a Brita se le pusiera la carne de gallina, como si estuviera observando a un poderoso guerreo veterano.