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No había contado los días en los que no supe más de Reita.

No los conté porque después de las primeras 168 horas sentía que me estaba volviendo loco y que si seguía contando era capaz de aventarme a las ruedas de los autos. Era exagerado pero mi herido corazón no alcanzaba a entender que Reita ya no me amaba.

Pasado el mes, me di cuenta que mi vida se había hecho un desastre. Había abandonado muchas cosas que hacía con él y cosas que a mí me gustaban. Solo mantenía como constante la banda pero eso ya ni se podía igual contar.

Faltaba Uruha por lo menos tres veces en la semana, según vi había terminado su relación con Ruki y ninguno de los dos la estaba pasando bien. Se notaba claramente como ambos se retorcían en su dolor. ¡Como yo! Éramos constantemente tres cuando Reita no iba, ni siquiera avisaba que no iría, solo no se aparecía en todo el día, y me preocupaba, porque él no hacia eso. Él amaba el trabajo, era su vida y además que no fuera me hacía sentir que yo era parte de eso.

Y me hacía sentir aún más miserable.

Y me hacía sentir que si era yo el problema.

Y más miserable porque yo lo extrañaba demasiado, y el no parecía prestar la mayor atención a mi sentir.

­–Tierra llamando a Ruu, Aoi llamando a Ruu... me escuchas ¿Cambio? –dije mirando atentamente a Ruki que miraba el infinito. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, silenciosas lágrimas.

Parecidas a mis propias lágrimas que limpie antes de entrar al estudio. Solo estábamos él y yo.

–Ni siquiera te vi entrar...

–Pfff, no lo dudo... estas mirando hacia el infinito y el infinito parece contarte historias MUY emocionantes –sonreí ligeramente y revolví su cabello – ¿Mal de amores? ¿El tío Aoi puede ayudarte?

Logre que el sonriera un poco.

– ¿El tío Aoi? –Soltó una pequeña risa – ¿Acaso el tío Aoi es una especie de Doctora corazón?

– ¡Claro que sí! –Reí e hice una voz extraña– ¡Vengo a cura' el mal de amore'!

Ambos estallamos en risas a la vez que nuestros ojos comenzaban a liberar lágrimas de tristeza confundiéndose en la felicidad del momento. Ambos estábamos destrozados pero éramos dos idiotas riendo de la nada. Como verdaderos estúpidos.

La puerta del estudio se abrió y dejo ver a Kai con tres cafés en manos. Nos miró extrañado haciendo que Ruki y yo dejáramos dos segundos nuestras risas. Enseguida volvimos a reír.

–Chicos, recuerden que no podemos traer drogas al trabajo –terminado de decir eso ambos nos comenzamos a reír fuertemente, siendo las risas de Kai, que se unió, las más estruendosas de la sala.

Pasados unos minutos logramos calmarnos, Kai repartido un café a cada uno y al mismo tiempo los tres dimos un sorbo a la bebida, seguido de un largo suspiro.

–Al parecer... solo estaremos nosotros tres... solos... de nuevo –tome mi teléfono móvil para revisar la hora, más me perdí en mi protector de pantalla. Éramos Reita y Yo –. Es muy triste esto, estamos tan solos que puedo jurar que escucho los pensamientos de ambos...

­–Que estupidez Kai, ir por el café te afecto –dije con un toque de molestia, por un momento pensé que él había visto mi teléfono y mi reacción. Pero fue muy cruel decirle eso.

–Es porque el nuevo chico que nos reparte no sabe lo que me gusta –Kai dio un sorbo a su café y vi como sus ojos se llenaron de agua. Fue cruel porque Kai estaba enamorado del anterior chico del café, jamás le dijo lo que sentía. Ahora él se había ido a perseguir su sueño, y había dejado el corazón roto de Kai.

–Si es así, Kai, dime... ¿Que está pensando Aoi?

Tome uno de mis cigarrillos con un gesto pesado en el rostro. Ruki se había metido en la conversación para que yo no dijera nada, obviamente no lo iba a hacer. Me puse de pie en cuanto Kai comenzó a hablar.

–Que desearía saber qué es lo que pasa con Reita, que su ruptura fue tan triste que no la soporta... que necesita una explicación lógica al porque ya no pueden estar juntos, no cree que de la noche a la mañana Reita haya dejado de amarlo así tan de repente... –ambos par de ojos se posaron en mis, unos con tristeza y los otros con sorpresa. Hice pedazos el cigarrillo que tenía en la mano y volví a sentarme en el piso con ellos –tiene ganas de correr a buscarlo pero también tiene miedo de un rechazo... y tu Ruu...

Kai se detuvo antes de hablar sobre Ruki, y lo había hecho porque se supone ninguno de nosotros sabia su relación con Uruha y era mejor que así lo siguiera pensando. Kai me miro a mí y después a Ruki.

–Tengo que decirles algo... Uruha y Reita están en este momento juntos –se puso de pie para tomar su abrigo y su bufanda para después volver a mirarnos –si ustedes van donde ellos ahora mismo... yo iré a buscar al anterior chico del café para contarle de mi amor.

Sin pensarlo dos veces me puse de pie tomando mis cosas para correr automáticamente a mi auto. Sabía que Uruha no haría nada sin que Reita lo permitiera pero, vamos, Uruha tenía el corazón destrozado y para olvidar a Ruki podía hacer cualquier cosa.

Una vez frente a mi auto abrí la puerta del piloto, avente mis cosas a los asientos traseros y me senté para arrancar en automático al departamento de Reita, no sin antes enviarle un mensaje a Uruha:

"Tienes cinco minutos para dejar a Reita o te partiré el culo"

Encendí el auto sin más tiempo que perder.

Quería a Reita de nuevo conmigo.

***

Reita

–No vayas a irte –la voz de Uruha sonaba cansada. Triste. El asunto de Ruki lo tenía débil.

–No quiero verlo –dije con el nudo en mi garganta.

–Le debes una explicación decente

– ¿Y si me deja? –mi cuerpo comenzó a temblar, me dolia también –No quiero herirlo...

–Ya lo heriste mucho, él te necesita... más aún –llamarón a mi puerta –tú lo necesitas, ahora más que nunca





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Devuelveme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora