15 Volar

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Siempre me he imaginado una vida feliz, una vida perfecta... Siempre me recuerdo que hay personas en peores situaciones que yo, pero eso a mí cerebro parece no importarle.

No, no soy una «chica básica» que finge tener depresión para llamar la atención, de hecho, lo contrario. Me negué mucho tiempo el tenerla, mucho tiempo más ignoré y ni sabía de éste hecho... Hasta que un psiquiatra (no un psicólogo, ojo) me diagnosticó con depresión suicida, es decir, no solo era un cuadro de depresión grave, era una depresión que cuando me entraba me daban ganas de morir, y empezaba a crear muchos planes de como hacerlo... Intentos de suicidio fueron 5, nada impresionante, ninguno funcionó y a veces me alegro por ello. No me gusta hablar de ello, más que nada porque ODIO QUE ME MIREN CON LÁSTIMA, odio que me tengan compasión, que me traten como si fuera una niñita que necesita ayuda, odio su lástima, odio causarla, así que me lo guardo... Es más fácil escribir sobre ello, porque así ignoro comentarios llenos de lástima.

No tengo episodios de ansiedad (sólo tuve uno en toda mi vida) pero les puedo asegurar que la ansiedad la preferiría antes a pensar siempre en la manera en la que me puedo matar o hacerme daño... Me odio por ser así.

Casi nadie sabe, pero esto fue provocado por una niña tonta que creía que su padre abandonó la familia por su culpa y a niños del jardín de infantes que se burlaban de ella por ser gordita... Aún tengo dos frases grabadas con fuego en la mente «Si ni tu papá te quiere, nadie más lo va a hacer» y la segunda que me la dijo un chico cuando yo era más grande «Ni para hacer amigos sirves»... Aún cierro los ojos y puedo oírlos, pero no me preocupa, soy fuerte, y he sobrevivido hasta ahora, así que está bien.

Tengo muchos recuerdos grabados en mi memoria, a mi hermana enojada diciéndome que ojalá nunca hubiera nacido, a mi madre enojada llamándome una idiota, a mi padre siempre preguntando por el bienestar de mi hermana antes que por el mío... Y un largo etcétera. Pero eso no es el causante de mi depresión, de hecho, al contrario, mi depresión causa que esos detalles se agranden y los haga más serios de lo que en realidad son... Digo, sé que estaban enojadas, cualquier niña pequeña reacciona así con su herman@ cuando se enoja; también cualquier madre reacciona así si le gritas en el oído... Pero son cosas que se agrandan cuando no deja de molestarme el pensamiento de que nadie me quiere... Odio admitirlo, pero mi depresión la cause yo, yo y nadie más... Porque por muchos años (aún a la fecha) sigo pensando que mi padre se fue a formar otra familia porque yo nací siendo mujer y no hombre como él quería; no le he dicho a mi madre, algún día lo haré, o tal vez no.

Fui al psiquiatra (que se diferencia de un psicólogo porque él trata enfermedades más graves y PUEDE RECETAR FÁRMACOS, en cambio el psicólogo no) me recetó unas pastillas que yo llamo «pastillas rositas», no me sé el nombre, pero puedo decir que daban sueño, mucho, que controlaban mis sentimientos de ira y mis tristezas, sólo quería dormir... Dejé de ir porque no estaba cómoda, porque odiaba que las pastillas me dieran sueño y porque ODIO HABLAR DE ESTE TEMA CON UN DESCONOCIDO... Así que mi madre me hizo prometerle que yo podría manejar la situación sola.

Lo estoy cumpliendo a medias, ya no me corto, ya no soy bulímica ni anoréxica, ya no me dan ataques de pánico o de ansiedad, ya no me da miedo hablar en público, ya no tengo tantas pesadillas... Pero volvieron los pensamientos, algo que por mucho que intento no puedo evitar, me desespera, me enoja y me dan ganas de arrancarme el cuero cabelludo de la desesperación, he pensado en volver al psiquiatra, pero no creo que me ayude mucho hablar de ello, me ayuda escribirlo, así que quería hacer esto... Porque los pensamientos resuenan tanto que dejé de hablar con mis amigos, dejé de escribir con la emoción de antes, dejé de jugar tanto, dejé de comer correctamente, vuelvo a dormir de 3 a 4 horas diarias (si no es que menos), vuelvo a lo mismo... Y no quiero, en verdad no quiero recaer tan al fondo, no quiero volver a intentar estupideces, no quiero más cicatrices en las piernas, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero...

A veces, sin que nada pasé me entra una profunda tristeza, a veces cuando le digo a mi madre que me duele algo y ella no escucha por x o y razón siento que es porque no me quiere o no me pone atención, a veces tengo ganas de golpear o gritarle a alguien, a veces me coloco los audífonos y canto a todo pulmón para desahogarme, vuelvo a tener cambios repentinos de humor... Y lo odio, desde la profundidad de mi alma, lo odio.

Así que ya, me harté, me harté de pensar en eso, pensaré en cosas que me gustaban antes, pensaré en ser feliz en mis momentos tristes, y prometo, prometo ir con un psiquiatra que me inspire confianza, no hoy, ni mañana, tal vez en unos años, aún creo poder manejar la situación por mí cuenta.

El estrés me provocó ya dos recaídas graves de salud, así que dejé de preocuparme tanto, disculpen si me tomo el tiempo en escribir, pero debo darme mi espacio.

Con este escrito me libero, es otra de esas cartas de mi para mí, aunque también para ustedes, busquen ayuda de profesionales, antes de que sea demasiado tarde.

Me he preguntado muchas veces el significado de volar, de ser libre, de amarte a ti mismo, de liberarte de todo lo que te ata... Viendo Banana Fish me di cuenta que mi respuesta siempre la tuvo Ash, en su frase a Eiji «Te envidio, tú sabes cómo volar»... Sí, Kuroshitsuji, Banana Fish y Yuri On Ice son mis animes favoritos, en ese orden, y me han enseñado a no rendirme jamás, a que mi libertad empieza en el momento en el que yo quiera, Sebastian le dió libertad de muchas formas a Ciel, Viktor le dió libertad dándole su confianza y su amor a Yuuri, y Eiji le dió libertad a Ash al redimirlo de sus pecados, al salvarlo... «Mialma siempre estará contigo»

Bien, gracias a ellos me di cuenta de algo.
Agradezco a mi familia, que nunca me ha dejado sola a pesar de que a veces sienta que es así, a pesar de como los trato... Agradezco su apoyo y su amor, que me aman a pesar de ser la obsesionada por las cosas raras.
Agradezco a ToutPetitChat por ser mi amigo, a pesar de todo.
Agradezco a César, porque fue la primera persona que amé, aquél que me enseñó a amarme a mi misma (aunque casi siempre lo olvido)
Agradezco a Esqueleto69 porque siempre me aguanta preguntándole por la tarea cuando falto a clases, porque me hace reír aún cuando me levanto con ganas de morir, por pendejearme cuando le digo que tengo ganas de morir.
Agradezco a oopstwght porque fue a la primera persona que le conté COMPLETA mi historia y, a pesar de sólo conocernos por Wattpad, mínimo fingió interés, me aguantó y sacó conversación aún cuando yo siempre le respondía cortante.
Agradezco aún más a mi familia, me adoran, y pienso que morir sería mejor para ellos, pero en el fondo sé que no es así, sé que todos me aman, que me extrañarían y se culparían... Mi familia lo es todo para mí, lo será siempre.

En fin, es mi carta, no de despedida o de final por algo malo, es para despedir a la yo cortante, fría, mal educada, enojona... Es para decirle, con lágrimas en los ojos y mi corazón hecho pedazos, a la pequeña yo de 5 años —¿Ves como sí te aman? ¿Ves que sí sirves para hacer amigos? ¿Ves que hay personas que nos aman, a pesar de que ese señor no lo hizo? Tranquila, mini yo, deja de llorar, mami, tía y ma siempre han sido tu soporte, nunca necesitaste a ese señor, nunca, porque tienes una familia realmente feliz...

Me tomaré unos días de paz, y luego volveré a escribir.







Éste es un escrito para, por fin, perdonar, querer y abrazar a la yo de ese entonces y a la yo de ahora... Al fin te perdono, al fin puedes volar, te quiere, Alondra ♡

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