07; París.

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Volvió el calor justo en el instante del sueño. Besa mi cuerpo ¿y dónde habrá quedado el invierno?

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Soojin tenía muchas cosas para celebrar, ya había cumplido la mayoría de edad, había terminado sus estudios secundarios y había ingresado en la universidad que tanto deseaba ir desde que supo de su existencia.

Sus padres, sintiéndose orgullosos de su hija, le regalaron un viaje a la famosa ciudad del amor, junto con sus amigas que se encontraban en la misma página que ella.

En unos meses cada una iría a una ciudad distinta, dependiendo de la universidad a la que habían ingresado. Soojin estaba decidida a disfrutar de esos últimos momentos con Miyeon y Soyeon, sabía que los próximos años su amistad se vería reducida a las charlas por alguna red social. Ya teniendo su experiencia con Shuhua, sabía que una amistad podía sustentarse con pocas visitas y mensajes, si el cariño era sincero. Y no dudaba que sus amigas la querían con honestidad.

Sin embargo no estaba disfrutando su viaje ni la calida compañía de las 2yeon, forma en la que se refería a sus amigas. No es que le disgustaba el país que estaba visitando, ni que el servicio del hotel fuera malo. El problema era que la pelinegra estaba demasiado concentrada en el futuro, uno prometedor y mas tan cálido que París en esa estación primaveral.

Soojin había quedado en la universidad de Seúl, una de las mejores y más especializadas en la carrera de diseño y moda. Pero era más que predecible que no había hecho el ingreso en ella por las recomendaciones y el reconocimiento que tenía. No, la responsable era esa mujercita dos años menor con la que hablaba por vídeo llamada mientras sus amigas aprovechaban la tarde para hacer de turistas.

"¿No es muy tarde allí?", preguntó algo preocupada, interrumpiendo la conversación. "Si mal no recuerdo, tenemos diez horas de diferencia".

"Woh. ¿Diez horas?", dijo la menor, con un asombro demasiado fingido.

Soojin rió enternecida, negando suavemente. "Ve a dormir, pequeña".

Shuhua sabía que su amiga no la estaba echando, que se preocupaba por ella. Era día de semana y la menor aún estaba cursando, no corría la misma suerte de la contraria.

"No", respondió después de haber enseñado una mueca de disgusto.

Soojin mordió su mejilla interna, su relación con la menor era especial. Estaban en ese punto intermedio entre novias y amigas desde que se dieron ese primer beso dos años atrás, cuando la mayor visitó por primera vez Seúl. Si había algo que caracterizada su relación, era que a la mayor le encantaba consentir a su pequeña y rara vez podía discutirle algo.

"¿Qué te parece esto? Mañana me llamas tú cuando llegues a tu casa y hablamos cuanto quieras", propuso en un tono dulce esforzándose conocerla.

Shuhua lo dudo un poco, pero recordó que la mayor estaba vacacionando y que ya de por sí no pasaba tanto tiempo con sus acompañantes. No tenía de que sentirse culpable.

"Esta bien, pero cortaré la llamada cuando me mandes besitos", condicionó, sabiendo cuanto le avergonzaba a su unnie ese tipo de gestos.

Soojin, notablemente sonrojada, hizo el típico gesto de dar pequeños besos al aire mientras luchaba por no romper el contacto visual con la cámara. Shuhua, sintiendo entre feliz y conforme, la imitó antes de cortar la llamada.

La notebook de la mayor fue cerrada, observó el bello paisaje que le regalaba su ventana. A la distancia en la que estaba, podía ver un poco de la Torre Eiffel siendo acompañada por el atardecer.

Como si hubieran esperado a que su llamara terminada, Miyeon y Soyeon entraron eufóricas a la habitación. Ambas mujeres se dejaron caer en la cama de su amiga, provocando que el cuerpo de la pelinegra amortiguara su caída.

Soojin se quejó, pero ambas la ignoraron.

"Sé que estás muy ocupada hablando con tu novia", dijo Miyeon sin siquiera saludarla primero. "Pero deberíamos hacer algo las tres juntas".

Victoria.           ◜(g) i-dle, Shuhua x Soojin.◞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora