04; El baile.

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Suelto el ayer, el calor brilla en tu piel. Suelto el después, te quiero porque no sé.

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Soojin movía sus caderas al ritmo de la música, por momentos sus ojos se cerraban en busca de sentir más la estimulación auditiva. Se atrevía a acariciarse, haciendo que sus manos también formaran parte de esa coreografía espontanea.

Shuhua miraba a la adolescente que tenía enfrente con fascinación, mientras ella también bailaba. Habían más miradas sobre la pelinegra de mayor edad, pero a ella solo le importaba la de su amiga.

Al abrir sus ojos se encontró con los contrarios, tan oscuros pero con un brillo tan presente. Soojin se sintió extasiada por ese cielo nocturno.

Quizá eran las pocas copas de soju que ambas habían bebido, ignorando que eran menores de edad, pero las dos se sentía más atrevidas que de costumbre.

Su atrevimiento estaba poseído por la inocencia, quizá para la mirada ajena no estaban haciendo nada que no fuera digno de dos personas que se gustan. Pero ellas sentían que estaban avanzando mil casilleros a la vez.

Soojin posó sus manos en la pequeña cintura de Shuhua, con una suave presión la atrajo más a su cuerpo. A ninguna le importó que su pieles estuviesen cubiertas por una capa de sudor, estaban tan perdidas en las nuevas sensaciones que se atrevían a vivenciar, que nada resultaba realmente incomodo.

Shuhua pasó un brazo por su cuello, tomando aún más cercanía. Seguía sonando la misma canción, a veces esta tenía un ligero cambio, adoptando un ritmo más rápido, pero ellas seguían con sus movimientos lentos. La suave fricción que se generaba entre ambos cuerpos les hacía querer más de eso. Shuhua sentía la latente necesidad de abrazar a Soojin hasta olvidar cuándo empezaba una y cuándo la otra; quería volverse una y ser eternas como el mar, como la mayor le dijo de niñas que serían.

La mayor tomó más cercanía mientras sus manos se animaban a acariciar la espalda baja de la más pequeña. Ésta, por otro lado, enredaba sus dedos en el cabello ajeno.

Ninguna sabía decir quién dio el primer paso, pero cuando tomaron consciencia sus labios ya se habían unido.

Dejaron de bailar para poner todos sus sentidos en un sólo objetivo; saborear a la contraria. Ambas habían ansiado tanto por ese beso, el mismo estaba cargado de torpeza y cariño. Ninguna de ellas se había atrevido a besar a otra persona, no les interesaba, sin saberlo compartían el deseo de tener su primer beso con la otra.

Se separaron cuando ambas sintieron la necesidad de respirar, pero no se alejaron. Sus agitadas respiraciones se mezclaban, sus brazos parecían actuar por sí solos, aferrándose cada vez al cuerpo contrario.

"Te quiero", dijo la menor en un tono alto, asegurándose de ser oída. Ambas seguían con los ojos cerrados, solo se dedicaban a sentir, no necesitaban ver.

"Demuéstralo", ordenó la mayor, sonriendo para sí misma.

Shuhua sin pensarlo volvió a besarla, sus labios está vez se movían con más agilidad, pero seguía tan inexperta como hace unos minutos atrás.

Soojin le correspondió sin disimular su entusiasmo. Ambas compartieron una pequeña sonrisa en medio de ese beso, estaban tan pegadas que por medio del tacto podían sentir el frenesí de sus latidos. Estaban igual de emocionadas, igual de felices.

Después de la muerte de su madre, Shuhua no había sido capaz de disfrutar un cumpleaños, pero Soojin había llegado a Seúl ese seis de enero para cambiar un poco las cosas.

La menor reemplazaría los tristes recuerdos de sus años anteriores por ese reconfortable primer beso que parecía tener el poder de curar todas las heridas.

Victoria.           ◜(g) i-dle, Shuhua x Soojin.◞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora