💫 Segundo nuggett💫

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Jack se encontraba jugando con su celular mientras escuchaba rugir su estómago, eran las cuatro de la tarde y no había ingerido nada más que el desayuno. Tampoco su tía estaba allí como para prepararle un sándwich mientras terminaba su turno.

La idea de robar algo de la tienda sonaba tentativa y estaba dispuesto a ponerla en marcha pese a que sería descubierto por las cámaras de seguridad. Eso le traería un sinfín de problemas, sin embargo, confiando en que el hambre era más fuerte que la culpa se dirigió hacia el sector se frituras.

Tomó un tubo de pringles y comenzó a meterlos desesperadamente en su boca.

-¿Sabías que robar comida es ilegal? -murmuró una voz a su lado y Jack se volteó asustado pensando que era su tía.

Sus hombros se relajaron al darse cuenta de que se trataba de "la chica de los nuggets" y decidió jugarle una broma para matar el aburrimiento. Se apresuró en tomar los paquetes de nuggets que ella acostumbraba a comprar -que no eran muchas, ya que tenía que reponer- y corrió hacia el lugar que le parecía más seguro: la caja registradora.

La chica notó que no quedaba ni una bolsa más de sus adorados nuggets y salió persiguiéndolo, pero no pudo llegar más allá de la caja registradora puesto a que era sólo para el personal autorizado.

-¡Quiero mis nuggets! -protestó ella golpeando el mostrador con sus manos.

-¡No, hasta que me digas cual es el secreto para no engordar! -vociferó para luego masticar más pringles.

-¡Eres un chico, eso no debe importar! -gritó exasperada.

-Soy un chico al que le importa su peso -aclaró.

-Te advierto que si sigues siendo tan curioso me quejaré con tu tía -dijo ella de brazos cruzados.

-¿Cómo sabes que es mi tía? -preguntó él un tanto sorprendido.

-Ella siempre se queja de lo inútil que eres -respondió mordiendo su labio inferior, en un intento de no carcajearse.

-¿Al menos me dirás tu nombre? -preguntó con una voz que demostraba cansancio.

-Elsa -respondió ella dándole una de sus típicas sonrisas hipócritas.

Jack suspiró bajando la cabeza, sacó las bolsas de nuggets que hace un rato había escondido y las dejó sobre el mostrador. La chica las tomó gustosa y comenzó a caminar hacia la salida sin ni siquiera pagarlas.

A Jack no le importó, puesto a que sabía que ella volvería en una semana y como castigo tendría que invitarlo a comer los apetitosos nuggets que siempre compraba en la tienda.





Denle amor a la historia si les gusta :3
Nos leemos luego xD

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