💫Quinto Nugget 💫

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Era realmente exasperante que su tía llamara cada cinco minutos preguntando si no habían robado la tienda, sumándole que la chica trataba mal a cada cliente que llegaba y a Jack le tocaba disculparse con ellos por su actitud. Claro, dando la excusa de que era una nueva trabajadora y aún no se acostumbraba al ambiente.

-Quejas, quejas y más quejas. ¿Sabes lo que significa? si mi tía se entera te matará -le dijo Jack haciendo música con sus dedos en el mostrador.

-¿Puedes dejar de hacer eso? me duele la cabeza -reclamó Elsa cerrando los ojos por un momento.

-No sé que problema tienes al relacionarte con las personas -continuó Jack.

-No es mi culpa que gente desagradable compre en esta tienda -respondió a la defensiva recibiendo una mirada de enojo por parte del chico.

-Solías ser una clienta habitual de esta tienda... -le recordó.

-Lo sé, sólo porque aquí los nuggets estaban a bajo precio en comparación a otras tiendas -se sinceró soltando una pequeña risita.

-Pero ahora en vez de comprar, los robas -Calum no tenía intención de acabar con su relato.

-¡Hey! no me digas ladrona a mi, yo no soy la que coge pringles a montón y los guarda bajo el mostrador -exclamó con el ceño fruncido.
-Pero soy como el dueño de esta tienda, así que tengo el derecho -contestó con aires de grandeza.

-No lo eres, todo el mundo sabe que la pesada de tu tía es la dueña -comentó encogiéndose de hombros.

-¿Qué te pasó? antes eras simpática -preguntó dejando de lado sus anteriores palabras.

-Pasó que vender mis preciosos nuggets a personas que no los aprovecharán como se deben se convirtió en la cosa que más odio y créeme, oír tu voz chillona empeora la situación -se cruzó de brazos.

Jack suspiró y se rascó la nuca.

-¡Tengo una idea! sí o sí tendrás que aceptar -en sus ojos había un brillo que asustó a Elsa.

-¿Qué estúpidez se te ocurrió? -replicó irritada.

Jack rodó los ojos.

-Primero que todo, ¿me dices la hora? -pidió.

-Un cuarto para las siete -respondió fulminándolo con la mirada.

-¡Estamos bien! cerraré la tienda -dijo con una sonrisa y corrió hacia la puerta.

-¿Cerrarla? ¡no! debo trabajar, necesito el dinero -gritó llamando su atención.

-¿Necesitas el dinero para poner una tienda ilegal de nuggets? -preguntó divertido.

-Tengo otras prioridades aparte de los nuggets -le respondió enarcando una ceja.

-Lo que sea -murmuró Jack apagando algunas luces.

A Elsa no le quedó de otra que quitarse el uniforme de la tienda y seguirlo por la puerta trasera de esta. Luego de haber puesto una infinidad de candados, claves y demás, el chico se apresuró en caminar mientras ella intentaba cogerle el paso.

-¿Hacia dónde vamos? -preguntó con la respiración agitada.

-Ya lo verás, ¿puedes caminar más rápido? -se volteó a verla.

-Esto es lo más rápido que puedo caminar -señaló sus piernas.

Al acercarse al lugar, Jack tapó los ojos de la chica recibiendo un golpe de ella por el repentino susto.

-¿Es una sorpresa? -preguntó insegura.

El chico lo pensó por un momento y asintió.

-Algo así -afirmó.

La tomó de la mano para guiarla, Elsa se sentía un tanto incómoda por aquel acercamiento pero no dijo nada puesto a que si lo hacía él se distraería y posiblemente terminaría en el suelo.

Él le destapó los ojos dando un grito efusivo al señalar el nombre de la tienda.

-¿McDonald's? ¿En serio? -murmuró decepcionada.

-Comprarás nuggets -intentó animarla.

-A mi me gusta prepararlos en casa. ¡Oh! ¿dijiste comprarás? -elevó una ceja.

-Estás de suerte -apoyó una mano en su hombro. -Comprarás los nuggets, me los debes por robarme dos bolsas hace unas semanas.

-¡Fue a la tienda, no a ti! -exclamó jalando su cabello.

-Pero mi tía me regañó a mi, además, sigo siendo el co-dueño -le guiñó un ojo antes de entrar.

-¿Seguirás con eso? ugh -lo siguió dirigiéndose a la caja para hacer su pedido.

Cuando ya hubo pagado y con las bolsas en mano, buscó a Jack con la mirada, este se encontraba en la mesa de una esquina jugando con su celular. Fue hasta él y le quitó el móvil de las manos, reemplazándolo por una bolsa de McDonald's.

Se dispusieron a comer en silencio, hasta hace unos minutos sus estómagos rugían de lo vacíos que estaban. Ahora, llenos de comida para nada saludable.

-Elsa... -habló el chico seguido de un gemido doloroso. -Me duele el estómago -sostuvo su abdomen con sus manos.

-¿Qué? ¿Quieres ir a afuera a tomar aire? -propuso preocupada.

Él asintió y ella tomó su bolso para luego llevarlo a afuera.

-Iremos a ese parque, son sólo unos metros -le dijo antes de tomar su mano y dirigirlo hasta ahí.

Él asintió y ella tomó su bolso para luego llevarlo a afuera.

Estaban a punto de sentarse en la hierba cuando un dolor agudo se apoderó del estómago de Elsa, soltó un quejido aún sin soltar a Jack, quien estaba en peor estado que ella.

-Elsa, quiero....., quiero vomi.... -no alcanzó a terminar la oración porque una sustancia pegajosa salió de sus labios manchando la blusa de la chica.

Ella no pronunció ni una palabra, sentía demasiado asco y también dolor.

Allí estaban, sobre el pasto de aquel parque.

Intoxicados con nuggets.

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