💫Cuarto nugget 💫

455 59 7
                                    

-Hablé con tu madre sobre lo de mi viaje y... -fue interrumpida por la mirada interrogante del chico.

-¿Espera? ¿viaje? ¿de qué hablas? -le preguntó desesperadamente a su tía, quien rodó los ojos antes de contestar.

-Me iré de Sidney por unos días, así que... -intentó explicarle pero él nuevamente se le adelantó.

-Supongo que me dejarás a cargo de la tienda... -dijo, mirándola extraño.

-¿En serio crees eso? cariño, te quiero, pero eres muy...distraído como para dejarte a cargo de mi tienda -respondió ella haciendo gestos raros, que terminaron de confundir más al chico.

-¿Me estás diciendo imbécil? -inquirió.

Ella inhaló profundo antes de responder, esto no sería nada de fácil.

-No quise decir eso, contrataré a alguien para que te ayude. Si logra ganarse mi confianza, quedará a cargo de la tienda...para que no sea tan complicado para ti -mencionó ella, intentando hacer entender al chico pero este aún tenía un signo de interrogación en su rostro.

-¿Quién fue la pobre criatura que se ofreció a hacer este trabajo? -preguntó, suspirando.

-Tu amiga, la chica que siempre compra nuggets -le dijo hojeando una revista.

Jack palideció.

-Pero...¿crees que tenga la suficiente responsabilidad para este cargo?, no me molestaría quedarme solo... -manifestó, en un intento de que ella cambiara de opinión.

Sin duda, que Elsa trabajara en la tienda junto a él no era para nada buena, partiendo por el nerviosismo que se generaba en el chico, se le haría imposible atender tranquilo a los clientes. Además, temía que la chica se aprovechara de él sólo por querer saber el secreto para no engordar, debía de encontrar una manera para que ella no hiciera de las suyas allí.

Aunque Jack era demasiado estúpido como para ponerle un límite.

-Eso lo veremos, en un rato llega -aseguró, observando el reloj que posaba en su muñeca.

Tal y como dijo, dentro de diez minutos Elsa estaba frente a ellos con una gran sonrisa. Al parecer, estaba bastante emocionada por trabajar en una de sus tiendas habituales, algo que le causaba cierto entusiasmo a la tía Thooth, puesto a que luego de haber conversado con la chica le parecía que era la persona correcta para el cargo, claro, olvidando la situación del día anterior.

-Debo ir a hacer....unos trámites -comentó la mujer, dejando al chico con Elsa.

Ella debía de comenzar en un rato a atender a los clientes que llegaban en masa a la tienda, algo así como una prueba puesta por tía Thooth. Así que, Jack se dio un pequeño descanso y prefirió supervisar a su nueva compañera de trabajo, quien se sentía un poco observada por el pálido.

Una chica de unos quince años se acercó al mostrador con dos grandes bolsas de frituras, a Elsa le tocaba atenderla por lo que intentó darse un tiempo al pasar cada producto por la caja. No estaba para nada contenta con la compra de la chica, quizá porque le gustaría haber sido ella quien la hubiera realizado.

Le entregó su vuelto y mantuvo la bolsa en la que estaban los nuggets sin intención de entregárselos aún. La adolescente la miraba con una ceja alzada, esperando impaciente su bolsa, pero esta simplemente no llegaba a sus manos, Jack le dio un pequeño codazo a Elsa para que de una vez por todas diera por hecha la compra, pero ella estaba en una especie de trance.

Observaba atentamente la bolsa de nuggets, en su rostro se notaba la tristeza y el enfado que sentía en ese momento con la chica que había comprado sus adorados nuggets. A los pocos segundos, Jack le arrebató la bolsa a Elsa para dársela a la adolescente que los fulminaba con la mirada, para luego caminar irritada hacia la puerta.

Jack pensaba en la paciencia que debía de tener en los próximos días para que no volviera a ocurrir una situación así.

Era entendible que Elsa fuera una adicta a los nuggets, pero necesitaba controlarse.

NUGGETS  掘金隊 JELSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora