Habían pasado 3 maravillosas semanas desde su llegada a Japón. El Clima era Cálido, las personas amables, la comida era fantástica, además que no había nada como pasar las tardes en las aguas termales al aire libre. En pocas palabras Japón era un sueño. Los Katsuki lo habían recibido como un miembro más de su familia, o al menos esa es la idea que el tenia de una familia, no estaba muy seguro ya que nunca ha sido muy cercano a sus padres, no se atrevería a decir que no lo querían porque sería mentir, sus padres siempre buscaron lo mejor para él, la mejor ropa, los mejores juguetes, la mejor educación, pero siempre descuidaron ese calor familiar que ahora encontraba en sus anfitriones japoneses.
Sus padres son dos personas importantes en el mundo del arte, su padre dueño de una compañía de danza rusa que es conocida internacionalmente, su madre que un día fue la bailarina de ballet más importante de su época hoy se dedicaba a guiar a las estrellas nacientes de la danza. Él no los odiaba había podido conocer muchos sitios hermosos gracias a ellos, conocer personas importantes, pero nunca tuvo un hogar no uno de verdad.
El había decidido dejar la vida errante que había llevado hasta ahora, se mantendría en un lugar el tiempo suficiente como para establecer lazos con la gente que lo rodeaba, había llegado con buenas personas estaba completamente seguro de eso, pero sobre todo había llegado a presenciar el cuento de hadas más grande que puede existir, dos personas unidas por un hilo rojo. Lo que volvía más peculiar esta situación era que ellos venían de dos países diferentes, con personalidades opuestas que podrían llevarse bien pero no amarse si fuera una situación normal, pero que el destino y la vida habían decidido que ese par de ciegos debían estar juntos, aun así ellos se negaron a recibir el precioso regalo que el destino les había otorgado, la oportunidad de conocer a su pareja destinada, una oportunidad que el mataría por tener. Ni siquiera era por problemas de compatibilidad que no estuvieran juntos, era por puro estúpido e inútil orgullo, el podía sentirlo la llama, la chispas que se formaba cuando esos dos estaban en la misma habitación esa química y complicidad invisible que todo el mundo notaba menos ellos dos, es tan frustrante ver como uno era grosero incluso hiriente con el otro con el afán de alejarlo mientras que otro se guardaba sus sentimientos y se empeñaba en negar la atracción que sentía.
Era gracioso
Sobre todo los efectos de su presencia en el rubio, a pesar de que ambos eran rusos Viktor creció viajando por el extranjero, en algún punto de su vida perdió el sentido del respeto hacia el espacio personal de las otras personas por lo cual tenía la tendencia a abrazar constantemente a las personas. Entre ellas claro a Yuuri, allí era cuando la diversión comenzaba porque cuando el rubio notaba su cercanía con el pequeño japonés ponía unos ojos de odio asesino, posiblemente lo torturaba miles de veces en su mente, el Japonés pensaba que ese desagrado en los rusos era debido a las personalidades opuestas pero era algo más allá. En el fondo Viktor debía admitir que los envidaba, aun cuando no estaban juntos sabían quién eran, podían ir por el mundo a cometer errores para que les rompieran el corazón y aun así tendrían a donde volver, él no había sido tan afortunado, mientras este par de tontos no estaban juntos por elección propia, él no estaba con su pareja destinada por que a pesar de haberla encontrado no tenía idea de quien era. Había hablado con Yuuri acerca de ello en uno de sus recorridos por la ciudad, Yuuri decidió salir por la tarde con Viktor lo llevo al viejo castillo de su pueblo la tarde era fresca, se podía escuchar al viento mover los árboles, las personas caminado sin ninguna preocupación, al estar en un punto alejado Viktor tomo un tono más serio de lo normal
- Yu- chan, puedo volver a hacerte una pregunta incomoda –
- Va a ser a cerca de yurio verdad –
- si, ¿Cómo lo supiste? – se desvió un poco ruso
- Porque todas tus preguntas incomodas son sobre el – ambos chicos rieron un poco, cuando se calmaron el ruso continuo - Pues a decir verdad si , yo se que es un tema un poco complicado para ti pero necesito saberlo, tu lazo fue sellado y quiero saber si aún hay una manera de reconocerlo –
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El lazo que nos une
FanfikceEn el momento en el que nacemos un hilo invisible nos ata a nuestra pareja destinada, la vida pondrá todo de lado de estas personas para que puedan encontrarse, aun así son pocas las personas que tienen la fortuna de encontrar el final de su hilo, d...