7. Pequeños conflicto

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Yurio debía pasar sus vacaciones con los Katsuki porque su abuelo decidió ir a Rusia de un momento a otro, un amigo suyo estaba muy enfermo y que quería visitarlo, así que como si fuera un niño pequeño lo dejo con los vecinos porque sabía que de dejarlo solo terminaría quemando la casa. Los Katsuki no les permitieron dejar dinero, porque eran amigos íntimos de la familia desde hace años, así que el chico comenzó a ayudar con las labores del lugar, ir al mandado, mantener las aguas termales limpias y abastecidas. Sabía perfectamente que estar allí significaba que tarde o temprano debía ver al cerdo lo que no esperaba era verlo todo el mes muy acaramelado con un viejo calvo, que vivía prácticamente encima de él, lo seguía por toda la casa como si de un perro se tratara, siempre lo abrazaba, de alguna extraña manera ese estúpido comportamiento lo molestaba pero claramente no había nada que pudiera hacer más que observar desde la distancia la maravillosa química que había entre esos dos.

Después de terminar sus deberes diarios la señora Hiroko insistió a su hijo que lo llevara con el y Viktor a la pista de hielo, el intento negarse pero si algo había aprendido en todos sus años de conocer a Hiroko Katsuki era que a esa mujer tan dulce, amable y maternal no se le podía negar absolutamente nada. Sin nada más que hacer fue a la pista de hielo como ella lo había ordenado, no era que el lugar le molestara, a decir verdad el practicaba patinaje la mayor parte de su tiempo libre pero el par de tortolitos estaban allí todo el tiempo y él no tenía intenciones de verlos más de lo que ya lo hacía.

- ¡Yurio! – es lo único que el rubio pudo escuchar antes de estar tumbado en el suelo con tres pequeñas castañas encima suyo - es tan bueno verte – dijo una

- Te habíamos extrañado tanto – chillo la otra

- Sigues tan guapo como siempre – dijo la ultima

- Esta bien enanas lamento no haber venido, pero ¿podrían dejarme respirar de nuevo?

- ¡claro! - dijeron al unísono, al dejarlo fueron directo hacia yuuri - dile a tu novio que venga a jugar con nosotras – exigieron las tres pequeñas

- Ya les dije que el no es mi novio y si quieren jugar se lo pueden pedir directamente a el –

- No hay por qué avergonzarse yuuri, tu novio es encantador y no tuvo miedo de presentarse como tal – replico la castaña mayor

- Yuko no les des alas por favor – dijo el avergonzado japonés

- Yuuri cariño como puedes negar lo nuestro si, pasamos todo el día juntos, me has dado de comer en la boca e incluso me trajiste a tu casa para conocer a tus padres

- Pero tu sabes, la escuela, intercambio vacaciones – comenzó a tartamudear el japonés

- ¡Oh! Hablando de la escuela - la chica castaña volteo a ver a rubio que presenciaba la escena en silencio -

- Yurio, escuche que lograste entrar en la misma universidad que Yuuri ¿verdad?

- Si, el próximo semestre inicio clases –

- Eso es genial porque es un examen de ingreso sumamente difícil por lo que escuche, aun recuerdo lo nervioso que estaba Yuuri cuando lo aplico – el recién mencionado había palidecido en segundos, nuevamente su mente comenzó a maquinar los peores escenarios reviviendo escenas y miedos que creyó superar cuando logro dejar su pueblo natal, se había esforzado tanto para separarse del rubio, para poder olvidar el lazo que los unía, pero una vez más el destino se burlaba de él y estaría de nuevo en la misma escuela que el chico del que intento escapar - Yuu pareces sorprendido, ¿no lo sabias? –

- No, no lo había escuchado – volteo a ver al rubio y le dirigió la sonrisa más honesta que pudo realizar - muchas felicidades Yurio es un examen duro debiste esforzarte mucho, me alegro por ti. Emm chicos yo voy a adelantarme hay un par de cosas que necesito revisar de mis patines – tomo su maleta y se fue a la pista sin mirar atrás.

- Espera Yuu déjame ayudarte – la chica percibió la angustia en el rostro de su amigo y no dudo en ir detrás de el - oh chicos podían buscar sus patines por favor– la chica señalo la barra y fue detrás del pelinegro

Ambos entraron al área para buscar sus patines correspondientes ya que además de Yuko sus tres pequeñas hijas habían desaparecido en algún momento de la conversación dejándolos solos. A Yurio le inquietaba un poco los comentarios hechos por las chicas momentos atrás, el había visto que la cercanía del cerdo y el viejo pero ¿de verdad eran novios?, y si lo eran ¿Por qué le importaba tanto?, ¿Qué importaba si el viejo se aprovechaba del cerdo y lo dejaba botado por allí? En el fondo eran preguntas de las que no quería conocer la respuesta, aun así al encontrar sus patines decidió quitarse de dudas.

- Así que eres novio del cerdo – dijo fingiendo que aun buscaba sus patines

Viktor lo percibió, la pequeña angustia que se creó en el rubio al escuchar que el precioso Yuuri y el eran novios, esta era su oportunidad para darle una pequeña lección - Pues aun no, pero pronto lo seré –

El chico frunció el ceño claramente irritado por la altanería de su acompañante - ¿Y que te hace estar tan seguro de ello? –

- Bueno estoy seguro de que no sale con nadie en la universidad, la chica de la que se enamoró por primera vez está felizmente casada y tiene 3 preciosas hijas, por supuesto esta su destinado, pero ese imbécil salió de mi camino por su propia voluntad, así que me deja a Yuuri solo para mí , pero basta de hablar de esto gatito esto, no es asunto tuyo –

Eh imbécil a quienllamas así y yo decido si es asunto mío o no – antes de que comenzara una peleael mayor simplemente dio la vuelta y se retiró, el rubio enojado fue detrás gritandoalgunas cosas desagradables cuando al fin lo alcanzo vio al platinado estabaparado frente a la pista como estatua.


Creo que este es ligeramente más corto que los otros pero lo compensare con los siguientes 

Gracias por leer 

Eres un sol 

El lazo que nos uneWhere stories live. Discover now