Suspiros de Melancolía (kookjin)

parte uno

Jin

Aun tengo la estúpida manía de seguir dejando el segundo juego de llaves debajo del tapete de la entrada de mi casa, por si un día de estos regresa muy noche o esta demasiado tomado y no es consciente de el.
Hoy por fin renuncie a mi trabajo que tanto idolatre y que en algún momento fue mi prioridad y no el.

Tome mi caja con las pocas cosas que tenia en mi escritorio y salí del edificio sin poder ocultar mi sonrisa ni la calma y serenidad que me daba el dejar este trabajo que me esclavizaba y me alejaba de las personas que tanto amaba... tenia razón, siempre la tuvo.

Pero la felicidad y tranquilidad que tenía se me esfumaron en cuanto llegue a casa y me di cuenta como en estos 3 años... que estaba solo y que el no regresaría.
Aveces prendo el tv y subo el volumen para sentir que estoy con alguien pero esta ves me era demasiado, la soledad y el silencio me ahogaba, ni siquiera podía entrar ala habitación donde muchas veces me esperaba despierto con esa linda sonrisa que le caracterizaba no, no podía.
Salí a caminar por la ciudad importándome poco las bajas temperaturas y lo tarde que era, lo único que quería era cansarme, cansarme tanto para poder regresar a casa y caer dormido en esa fría e inmensa cama.

Es muy cierto que el corazón siempre te lleva a donde el quiere y anhela porque cuando me di cuenta ya había entrado al lugar donde le encantaba tomar café y comer esos pequeños panecillos salados. Pedí lo mismo sin pensar necesitaba tanto el calor del café para calmar el frío en mi interior pero al beber todo el liquido me di cuenta que no era eso lo quería, eso no calmaría el frío en mi.

Estaba tan emergido en mis pensamientos que tarde un poco en darme cuenta que la risa fuerte y escandalosa que empezó a molestarme hace unos minutos atrás, era la suya.
Sorprendido era poco, estaba en shock al tenerlo tan solo a un par de mesas enfrente mío, me subí la capucha de la sudadera y baje la mirada demasiado nervioso pero de nuevo la subí para verlo con mis propios ojos, el amor de mi vida, el chico que me hacia delirar de placer hasta agotarme, el chico por el que tanto sufrí su ausencia en estos 3 años estába ahí.
Tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo, mi corazón palpito y después tropezó al percatarme que no estába solo, estába con un chico a su lado platicando como si estuvieran solo ellos dos, las pequeñas arrugas se formaban debajo de sus ojos cuando le sonreía.

No pude soportar ver más, las lágrimas en mis ojos resbalaron por mis mejillas un sollozo que obstruía mi garganta quería salir pero como pude me lo trague de nuevo y seque mis lágrimas rápidamente al darme cuenta que se levantaban para salir, fingí tener algo muy interesante en mi teléfono, deseé infinidad de veces que el regresara a mi que estuviera conmigo que volviéramos a estar juntos... pero cuando paso alado mio, no tuve el valor de hablarle ni siquiera levante la mirada. En ese momento lo único que quería era que se fuera, me estaba doliendo el corazón justo como aquel día en el que me dejo.

Estaba mas tranquilo ahora que sabia que había regresado de nuevo a Seúl, en estos tres años una de las cosas que me mataba por dentro era no saber a que país se había marchado.
Si bien no quería o no tenia el valor aun para hablarle, no me quedaría ahí viendo como lo perdía otra vez así que salí después de ellos para seguirlos.

El viento frío me traía el aroma de su loción, el lo abrazaba por el cuello y una que otra vez se detenían para decirse cosas al oído y continuar riendo como si no importara otra cosa, como si yo no fuera detrás de ellos con el corazón roto, con mi rostro cubierto de tontas lágrimas y mordiéndome los labios para no hablarle y gritarle que aun lo amo...

Me escondí en la esquina justo detrás del buzón antes de verlos entrar a esa casa. quise tocar el timbre infinidad de veces pero siempre me arrepentía la idea de que tal ves ese chico seria su nueva pareja me aterraba
No se cuanto tiempo me pase ahí enfrente de esa puerta pero en cuanto escuche el ruido del picaporte salí corriendo como pude de ahí.