10

100K 4.1K 352
                                    


Luego de una noche sin poder concebir el sueño, con la voz de Alec y Nathalie taladrándole el cerebro, mientras la cama parecía el peor lugar para intentar cerrar los ojos, Adam dio gracias de que amaneciera.

Sentándose en la barra frente a la cocina, con el cansancio de toda una noche acumulándose en su cuerpo, ni siquiera podía pensar con claridad. Solo se mantenía ahí, inmóvil mirando la cocina frente él.

— ¡Adam! — La rabia de Nathalie era tal, que se palpaba en su voz.

Escuchando sus pasos acercarse hasta él, Adam se llevó las manos hasta su cabeza que parecía agrietarse desde adentro. Lo menos que quería escuchar eran los delirios de Nathalie.

— Mírame — Le exigió, una vez que estaba frente a él.

Adam, obviando aquella escena tan típica de Nathalie, prefirió quedarse sujetando su cabeza que parecía matarlo.

— Que me mires, te estoy pidiendo.

— ¿Qué es lo que quieres? — Bramó molesto, encarándola.

Escuchar como Adam le había hablado no fue fácil de procesar para Nathalie, pero verlo como la miraba provocaba en ella un poco más de rabia dirigida hacia lo que consideraba el problema, Amanda.

Hacía días que su simple presencia le molestaba a Adam, le hacía hervir la sangre, pero escucharla chillar exaltada casi por todo, era lo que realmente parecía borrarle los limites.

— ¿Cómo me vas a explicar esto?

Colocándole frente a él su teléfono, Nathalie solo observa con rabia y miedo la posible reacción de Adam. Mientras que él, toma el celular y parece ni inmutarse ante el capricho de la pelirroja.

— Es una noticia de farándula. Listo — Sentenció — No tengo nada que explicar.

La nota de prensa, ahora ya regada por todos los medios, hablaba sobre un supuesto amorío entre él y Amanda, luego de que los reporteros, que se congregaron en el aeropuerto, viesen como ambos se habían encontrado luego de que él llegase.

— ¡Adam! — Chilló la mujer, sintiendo como si le estuviesen quitando algo que realmente era de su propiedad.

— ¿Qué diablos quieres? — Gritó, completamente fuera de sí. — Mi cabeza está matándome y tú no paras de gritar como una niña de dos años. ¿Qué quieres?.

En shock, completamente anonada por la reacción jamás antes vista de Adam, Nathalie parece palidecer ante sus ojos llenos de rabia. Jamás lo había visto así, jamás lo había escuchado hablarle con semejante desprecio.

— ¿Es por ella verdad? — Preguntó.

Algo en su garganta parecía cerrarse ante aquellas palabras. Ni siquiera sabía si estaba lista para escuchar la respuesta a aquella pregunta.

— Jamás lo entenderías — Explicó.

— Pero... yo te amo — Susurro Nathalie, sintiendo como si algo se le fracturará dentro de su pecho.

Adam observo por un segundo a la pelirroja, quien parecía a punto de desplomarse en el suelo. Nada de aquellas palabras le habían hecho sentir algo, ni siquiera un poco de cariño. Fuese como fuese, Amanda se había encargado de demostrarle lo que es realmente alguien con sentimientos buenos y desinteresados.

Negando con su cabeza, Adam le dejó claro que aquellas palabras no habían provocado lo que ella hubiese esperado.

— No me amas, Nathalie. Realmente, todo esto, ha sido un completo error.

El socio de papá ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora