ITACHI X HINATA [FINALIZADA] (En Cambio no)

Pesan Y Se Posaran

La tensión era palpable entre ambos pelinegros... Hinata le observaba mientras el parecía buscar las palabras correctas en su mente para iniciar aquella conversación.

-Hinata-san, primero debo pedirle disculpas...- la observo con seriedad, con tanta seguridad que a Hinata se le hacía difícil creer que el ubiera perdido la memoria, el seguía siendo tal cual ella recordaba... Pero en un entorno de paz. -Esta mañana escuche lo que usted hablo con el joven rubio- Hinata abrió desmesuradamente los ojos y empezó a sentir nervios. -Muchas dudas surgieron en mi, y mientras observaba una de mis pinturas... Específicamente esta...-

-Mi madre entro a mi estudio y me descubrió en mis cavilaciones, creo que las madres tienen un sexto sentido, y supo que mi pasado me estaba visitando.- Itachi tomo aire, y tomo las manos de Hinata entre las suyas. -Hinata-san, lamento haberla olvidado... No tengo excusa para ello, la verdad a sido revelada a mi... Yo... ¿Yo soy ese Itachi que tanto mencionan?- había angustia en su mirada, y eso partió el alma de Hinata... Ella tenía razón, no era justo que por su egoismo el perdiera todo aquello que ahora podía amar, luego de pasar tantos años sin poder aferrarse a nada por su deber.

Lo medito por un momento, no sabía si era correcto develar sus dudas ¿Y si aquello solo traía dolor a Itachi?

-Por favor Hinata-san, no me mienta...- tan perspicaz como siempre, tan él.

-yo... Etto... Si, su nombre real es Itachi Uchiha.- aquellas últimas dos palabras las dijo tan bajo que el a penas alcanzo a oírlas. -Itachi-san yo... Yo no quiero que deje la vida que ha logrado alcanzar- Hinata empezo a llorar lentamente e Itachi sintió todo el dolor que la pelinegra cargaba sobre si... Sintió que debía motivarla para que le hablara un poco más sobre ambos, quizá el saber que él le habría olvidado fue un golpe muy duro para ella...

-Hinata-san quisiera mostrarte mi estudio- Vio a la pelinegra limpiarse con la manga de su sudadera las lágrimas y observarlo curiosa. -Ven- y sin soltar la mano de la ojiluna la arrastro a un gran salón, algo oscuro... El lugar donde el guardaba su arte.

Habían pinturas de paisajes a medias, otras ya solo faltantes de detalles, y habian muchos retratos que al parecer el no quería revelar...