Semana NorEmma GB [One-Shot] #Wattys2019

Día 7: Libre.

Aviso: Lamento la hora, tuve complicaciones familiares, al igual que el viernes. Este OS es un AU, una en donde Emmil es hermano adoptivo de Reila, quien es la mayor, donde Nora y Emmil no se conocen inicialmente, pero Reila y Nora sí. Espero sus votos y comentarios para saber si les gustó o no. Sin más que decir, demos la bienvenida al OS del último día de la NorEmma GB Week.

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— Hola, doctora Ratri — un pelinaranja asomó la cabeza por el marco de la puerta mirando a la albina que se hallaba sentada frente a un escritorio, escribiendo algo en su computadora.

— Ah, joven Gracefield, ¿qué hace aquí ahora? Se le dio de alta hace un mes ya y sigue viniendo — comentó la adulta quitándose las gafas que estaba usando y mirando al chico, que finalmente se había  animado a entrar.

— Bueno, creo que desde un tiempo a acá me he estado sintiendo mal — se quejó el chico tomando asiento frente a ella.

La ojiazul alzó una ceja, sin creer en absoluto lo que el adolescente le decía.

— ¿Quieres que te revise? — preguntó poniéndose el estetoscopio y acercándose al ojiverde comenzó a revisarlo.

La cercanía de la doctora lo ponía demasiado nervioso, ella le gustaba demasiado y no podía evitar que se le notara hasta por los poros.

— Vaya, tu ritmo cardíaco está bastante acelerado — comentó cuando acabó con el estetoscopio, volvió a su escritorio —, ¿debería ponerte algún tratamiento? — preguntó abriendo el cajón y sacando de él una jeringuilla.

— ¿Eh? No, no — respondió inmediatamente el pelinaranja observando la longitud de la aguja con pánico, para luego voltear a ver a la adulta —, creo que me bastará si se queda conmigo — comentó con coquetería haciendo un movimiento sugestivo con sus cejas.

Ella solo bufó guardando la jeringuilla y volviendo a su asiento.

— Emmil, ¿por qué insistes en venir aunque ya se te dio de alta? — suspiró, mirando al chico con el descontento grabado en su rostro.

— Es que usted fue mi salvadora, y además se quedó con algo mío — se quejó con el ceño fruncido observándola.

— ¿Algo... tuyo? — preguntó la adulta confundida.

El pelinaranja se levantó abruptamente y tomó las manos ajenas entre las suyas, mirándola con toda la seriedad posible.

— Usted me robó el corazón.

En menos de un minuto, el rostro de la mujer se tornó rojo, sus ojos abiertos con incredulidad, no sabía si sentía ese calor por la vergüenza que le provocó aquel comentario, las ganas que tenía de reírse de él o la rabia de sentir que se burlaba de ella, probablemente fuese una mezcla de todo eso.

— ¿Qué tonterías estas diciendo, mocoso? — preguntó ella apartando sus manos de las del chico.

— No son tonterías, doctora Nora, usted me salvó la vida, es mi salvadora, mi ángel, y además me robó el corazón con su belleza y su amor por su vocación — el chico tenía el ceño fruncido y el rostro sonrojado mientras hablaba, pero eso no reducía la convicción en sus palabras, su rostro se acercaba cada vez más al de la contraria.

— ¿Volviste a molestar a Nora, mocoso? — una pelinegra entró a la oficina, agarrando a su hermano por la oreja, su rostro irritado lo decía todo.