Capítulo 25: culpa y error

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La silueta de mi pasado que me atormento por mucho tiempo está frente a mi nuevamente, su rostro aunque demacrado con quemaduras y cicatrices sigue dando vestigios de lo que alguna vez fue

—Damián ¿Qué mierda significa esto?- frente a mí se yergue sobre su antigua silla de la oficina —dijiste que no volveríamos a vernos otra vez

Damián se pone de pie y coge un libro de su escritorio para luego lanzarlo a escasos centímetros de mi rostro

—Mírame, observa el resultado de tus acciones plasmadas en mi rostro- observo su cara y logro distinguir como sus cicatrices siguen frescas a pesar del tiempo transcurrido

—Damián ¿Por qué estas así?- pregunto sin encontrar una respuesta por parte de Damián

—¿De qué hablas, se supone que debo verme diferente después de caer desde la azotea y quemarme entre las llamas que tu provocaste?- el tono de voz de Damián sube más y más mientras comienza a ponerse de pie y toma un arma de su escritorio y la apunta en mi dirección —dame una razón para no matarte ahora mismo

Observo el arma entre sus manos y una duda se clava en mi cabeza

—¿Cómo me mataras si no eres más que una ilusió...?- un sonido estruendoso me ensordece mientras siento como un impacto en mi muslo izquierdo me hace gritar de dolor

—¿En verdad crees que soy una ilusión?- Damián golpea la mesa con su puño y me mira con sus ojos inyectados en sangre —ellas me dominaron por tu culpa y ahora vas a pagar

Damián apunta su arma nuevamente apoyándola en mi frente sin vacilar. El frio acero del cañón quema mi piel mientras un escalofrío recorre mi columna de principio a fin

Un sonido estridente de gritos me llega desde detrás de mí con la voz de Leithy, esta comienza a gritar mi nombre pidiéndome salir de mi escondite

—Veo que la niña logro salir del sótano, vete por la parte trasera de mi oficina cuando me valla- escucho un estruendo y siento como un leve olor a pólvora inunda el lugar mientras el cuerpo de Damián desaparece como humo frente a mi

Observo en todas direcciones sin encontrar rastros de Damián y al palpar mi pierna noto que ya no hay dolor donde impacto la bala hace unos momentos

Me pongo de pie y siento el ardor de las heridas corto-punzantes que me propinó Leithy mientras de estas emanan delgados hilos de sangre que gotean hasta el frío piso de la oficina

Mis manos no dejan de temblar por la sensación de hace unos momentos y al observar la mesa del escritorio noto como la credencial de Damián y su arma estropeada brillan entre los papeles regados sobre esta

—Salem, sé que estás ahí. Salem, ven junto a mí- la voz de Leithy resuena más y más cerca de mí mientras cojo un trozo de madera y bloqueo la puerta de entrada

Siento como mis heridas arden más y más mientras los hilos de sangre no se detienen en ningún momento, busco por todas partes algo que usar para curarme o cubrir las heridas sin resultado alguno

Observo en la dirección indicada por Damián y encuentro una puerta camuflada entre un montón de muebles destrozados por las llamas. Me apoyo entre los escombros y estos caen asiéndose pedazos, dándome paso a la salida de la sala encontrándome con un corredor cubierto de rasguños en las paredes y marcas de sangre seca y chamuscada

—Hijo mío, espero que estés pasándolo bien- la voz de mi padre resuena entre los parlantes del corredor con una leve interferencia —dime que he siente ver el infierno que desataste en las vidas de los demás, de gente inocente que no tenía por qué perecer aquí

Éxtasis entre sombras (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora