Capítulo 8: Ruinas

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Intento no hacer ruido mientras avanzo por los pasillos para no ser detectado por los guardias, las sombras proyectadas por la luz artificial de los focos del techo crean sombras tétricas a mi paso dejándome en alerta a cada momento

Mis rodillas un tanto flectadas mientras avanzo, deben hacerme ver más sospechoso de lo normal, pero eso ahora es el menos de mis problemas. Una luz parpadeante se divisa al fondo del oscuro corredor mientras avanzo. Sin previo aviso surgen dos guardias a escasos metros de mi ubicación haciéndome ingresar a una habitación oscura juntando la puerta muy lentamente para evitar hacer ruido

Mi corazón no deja de latir a medida que oigo los pasos acercarse a la habitación en la que me encuentro, mi corazón late a mí por segundo y logra tranquilizarse cuando noto las siluetas de los guardias pasar frente a mí

Vuelvo a respirar tranquilo mientras me pongo de pie y recobro la compostura. Las risas de las sombras se escuchan de manera tenue y mi cabeza se siente abombada como si la presión en esta estuviera aumentando exponencialmente

Abro la puerta para continuar mi camino cuando me jalan al interior nuevamente. Me encuentro a un joven esbelto y alto frente a mí, el cual sostiene una bandeja de comida y con su otra mano rasga la carne de su vientre haciéndose sangrar a montones

El joven comienza a avanzar hacia mí e intento ponerme de pie recibiendo un golpe de la bandeja en mi cara el cual me tira de espalda haciéndome sangrar por el golpe

Las risas inundan mi cabeza mientras observo la grotesca cara del chico frente a mí, sus ojos grandes y sin vida hacen contraste con su esbelto rostro y sus brazos y cuerpo llenos de cicatrices se denotan muy claramente por su blanca piel

Comienza a avanzar cada vez más cerca de mí y me lanzo a sus piernas haciéndolo caer y golpeándose la nuca contra el piso. Agita sus manos como condenado rasguñándome la cara generándome un ardor en el rostro

Propino una golpiza sin piedad cayendo sobre él, noto como mis manos se tiñen de rojo mientras el delgaducho respira con dificultad pidiendo que siga mientras ríe con una sonrisa carmesí tan grotesca que me hace helar la sangre

Me pongo de pie y el chico tirado en el suelo me sujeta del pantalón y murmura algo que nunca podría creer

-Te lo imploro, mátame antes de que las sombras regresen- la sonrisa dantesca del chico se cambia a una mueca de dolor y sufrimiento mientras lagrimas limpian ríos de sangre de su rostro -Ellas son lo único que me amarra a esta agonía que llamamos vida, ellas no me dejan morir, no me dejan dormir, no puedo siquiera mirarme al espejo sin que ellas me estén observando con sus blancos ojos

Me aparto de su lado y el sigue suplicando por una muerte rápida

-Dime algo chico, ¿qué quieres decir con que las sombras no te dejan morir?-el chico se arrodilla con las palmas de sus manos en el suelo y comienza a explicarme todo su suplicio

-Todo comenzó hace 3 años, mi vida se quebró cuando ellas aparecieron. Vivía junto a mi esposa y mi hija de 2 años cuando estas desgraciadas me hicieron...- su voz se cortó en ese momento y sus manos comenzaron a temblar mientras las observaba con unos ojos muertos -ellas me hicieron atacar a mi mujer y mi hija, para cuando recupere la conciencia mi esposa había muerto y mi hija estaba encerrada dentro del horno y yo tenía sostenido un serillo encendido. Me hicieron matar a mi esposa y casi mato a mi hija, todo por culpa de esas desgraciadas

Las manos del muchacho se estremecían mientras relataba su historia, mis ojos no podían apartar la mirada de su delgada figura demacrada, magullada por mis golpes, con cortes y cicatrices por todos lados

Éxtasis entre sombras (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora