Capítulo 22: amarga y dulce realidad

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El motor resuena junto al silbido del viento que cruza por mi cabeza y siento como el apretón de Leithy en mi cintura se vuelve más fuerte cada vez

—¿¡Estás bien, Leithy!?- pregunto sin apartar la mirada de la carretera alumbrada por el foco de la motocicleta

—¡No es nada! ¡Tengo un poco de frío, no creí que la noche se pondría tan fría!- la voz de Leithy se escucha temblorosa mientras su agarre se aprieta más y mas

Observo la carretera y a lo lejos distingo una luz que se aproxima a nosotros. Escucho las ruedas junto a la bocina de un camión y como pasa a escasos centímetros de nosotros desestabilizándome la motocicleta provocando que casi nos accidentáramos

—¿¡Salem, que fue lo que paso!?- grita Leithy mientras detengo la motocicleta y lanzo mi casco contra el suelo húmedo de la berma

—¡Mierda, olvide la succión y la fuerza del viento en contra de los demás vehículos al pasar junto a nosotros!- grito mientras me bajo de la moto y observo a Leithy quien tiembla ahora por lo sucedido —Leithy ¿te encuentras bien?

—Sí, es solo que...- Leithy guarda silencio y suspira mientras tiembla abrazándose a si misma del miedo¾dame un minuto para calmarme y seguiremos

Leithy se baja de la moto y comienza a caminar alrededor de la moto mientras amarra su cabello y respira agitadamente

Observo el camino y los vehículos y camiones siguen recorriéndola hasta que una camioneta se detiene junto a nosotros y de esta se baja un anciano y un joven quienes nos miran con extrañeza

—¿Están bien niños?- pregunta el anciano mientras camina en nuestra dirección con paso raudo

—Sí, estamos bien- le respondo mientras recojo mi casco del suelo

—Lo dudo, la mirada de tu novia no dice eso- exclama el joven quien no se aparta de la camioneta y señala a Leithy con un bate de beisbol

—Baja esa cosa Johnny ¿acaso eres un delincuente?- grita el anciano mientras apunta con su dedo al joven, quien molesto baja el bate e ingresa a la camioneta —lamento eso, mi nieto no es un mal chico, es solo que no confía en nadie

—Tranquilo, se lo que no es confiar en nadie y déjame decirte que es muy listo al ser así. Me llamo Salem y esta es mi amiga Leithy- el anciano saluda a Leithy y esta corresponde el saludo —mi amiga y yo nos dirigimos al viejo hospital psiquiátrico

—¿Al hospital psiquiátrico, no es el que se incendió hace poco? Debes estar loco si quieres ir ahí, literalmente deberías estar loco.

—Lo sé, es solo que debemos hacer esto. Es un tema personal que debo zanjar y mi amiga me acompaña

El anciano me queda viendo de pies a cabeza mientras las luces de los vehículos cruzando la negrura de la carretera junto a nosotros me siegan a momentos

—Si no le molesta, me gustaría seguir con nuestro viaje- cojo la mano de Leithy y esta me la aprietas con fuerzas

—No creo que quieran seguir de noche por esta carretera, además con un estanque goteando no creo que llegues muy lejos

Me volteo en dirección de la motocicleta y esta tiene un goteo que no debería estar ahí

—¡Mierda!- grito desesperadamente mientras Leithy se acerca a la motocicleta y me confirma que es combustible lo que gotea —¡mierda! ¿sabe dónde hay un mecánico por aquí?

Observo al anciano y este sierra sus ojos como pensando para sí mismo

—Sabes, hay un mecánico por donde vivo. Podríamos darles un aventón hasta ahí si quieres- el anciano nos apunta su camioneta mientras sonríe amablemente

Éxtasis entre sombras (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora