Hyunjin se quedó allí, respirando fuerte y algo forzado. El pelinegro no podía pensar en palabras para responder.
Estaba en blanco.
¿Todavía lo amaba?
No lo sabía, y francamente nunca lo pensó. Supuso que una vez habiendo terminado todo finalizaría, pero ese claramente no era el caso del otro.
Leehyun dio un paso hacia el chico aturdido, logrando que Hyunjin se estremeciera y desviara su mirada una vez más.
—Hyunjin...
—No lo digas— respondió el mencionado con su voz levemente alzada, sin importarle la multitud que comenzaba a rodearlos. Los lugareños se detenían solo para ver lo que estaba sucediendo, otros se detuvieron por completo para observarlos detenidamente y uno o dos tenían sus celulares fuera.
—Por favor, solo déjame explicarme, quizás en algún lugar lejos de aquí— antes de que Hyunjin pudiera decir una palabra, lo estaba arrastrando a la cafetería más cercana.
Caminaron por el adoquín, las manos enlazadas con Hyunjin tropezando detrás. Sus ojos estaban fijos en sus dedos entrelazados, el pelinegro recordaba lo mucho que solía disfrutar de su toque y la sensación de las mariposas se sentía real en ese momento, pero mantuvo la cabeza despejada.
Estaba ahí por una y sólo una cosa, Seungmin.
Veinte minutos habían pasado volando ante los ojos de Hyunjin mientras estaba sentado envuelto en el cojín del asiento con un chocolate caliente a temperatura ambiente entre sus manos. Leehyun había estado hablando sobre cómo quería volver a empezar, pero Hyunjin solo quería hacer lo que había venido a hacer. Sin embargo, no pudo evitar sentirse débil ante el más joven, sabía cuánto lo amaba Leehyun y le dolía no poder corresponderle.
El mayor salió de su aturdimiento al oír un ahogado lo siento, sin poder evitar preguntar por qué su ex se disculpaba por amarlo.
—¿Por qué lo sientes? Yo soy el que debería decir eso.
—Nunca debí haberte metido en mi desastre emocional, te dejaré en paz ahora. Adiós Hyunjin— el muchacho de cabello lavanda se giró y desapareció por las puertas de cristal hacia las tranquilas calles.
Una punzada en el corazón de Hyunjin se hizo más fuerte cuando se permitió seguir al chico.
Pronto, Leehyun había sido envuelto en un fuerte abrazo por la espalda, su café helado casi acabando en el pavimento.
—No llores, todavía estoy aquí para ti, Leehyun— fue todo lo que Hyunjin susurró en el oído ajeno, su cálido aliento cayendo sobre el pómulo del más pequeño.
El más alto hizo girar a su ex para que pudiera limpiar las lágrimas brillantes de la cara del chico, la suave yema de su pulgar rozando la piel dorada de Leehyun.
Hyunjin ofreció un cálido abrazo final y una linda sonrisa, con sus adorables ojos arrugados en todo su esplendor.
El pelinegro saltó en otra dirección al ser sorprendido por una voz que lo llamaba tratando de obtener su atención. Con la cabeza ladeada hacia un lado, el radiante gracias de Leehyun resonó en su mente mientras daba le un pequeño asentimiento de despedida a la par que separaban caminos.
La caminata fue agradable hasta que Hyunjin chocó con un Minho haciendo muecas y un risueño Jeongin en el camino contrario. Ambos chicos igualmente doloridos le lanzaron una mirada penetrante hasta que Minho separó sus labios para decir.
—¿Tuviste suerte?
—Mmh... nada en particular, aunque tuve un encuentro bastante extraño con uno de mis ex.
—¿Quieres decir raro como Jisung o como Chan?
—Uh, no sé, supongo que como Chan.
El trío chismeó durante su camino por la calle hasta una larga fila fuera de lo que parecía ser un club. Los tres se encogieron de hombros al mismo tiempo y se aventuraron aún más una vez que leyeron el letrero de neón que decía "DAY6 ESTA NOCHE".
Editado [201128]
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gloss 「hyunmin」 ✓
Fanfic| "tus labios son como una droga. considérame un adicto." en donde hyunjin no puede tener suficiente del brillo labial de fresa de seungmin. original por: @sobisoft obra traducida bajo el permiso de la autora. se prohíbe cualquier...