삼 | ramen frío y mimos

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Hyunjin

Cansados, los dos chicos subieron las escaleras del complejo de apartamentos de Hyunjin con la tenue luz inundando la escalera, cada bombilla circular parpadeaba cada cierto tiempo. Bueno, en realidad era más como que Hyunjin subía por las escaleras con Seungmin en su espalda.

El castaño se acurrucó en la unión del cuello del otro y sonrió con suavidad mientras se relajaba alrededor de la cintura de Hyunjin, soltando pequeños resoplidos y respiraciones mientras continuaban hacia la puerta principal.

Aunque era lindo y pequeño, todavía pesaba, por lo que Hyunjin se sintió aliviado al abrir la puerta para acomodar con delicadeza al joven medio dormido en el acogedor sofá.

—¿Tienes hambre? Tengo algo de ramen si quieres— preguntó el pelinegro bostezando por lo bajo.

—Siempre tengo hambre— bromeó el menor y sonrió con pereza, con ojos entornados y adormecidos. Hyunjin se rió entre dientes, vertiendo agua caliente en un traste rojo y dejándolo hervir.

Pronto, ambos yacían envueltos en mantas afelpadas y rodeados de almohadas esponjosas en el sofá de Hyunjin. Una brillante luz blanca proveniente de la televisión de pantalla plana brillaba iluminando la habitación mientras imágenes coloridas pasaban, los dos mirando con atención y en silencio. Durante la película, Seungmin se removía inquieto y sollozaba, pero Hyunjin creyó que era un resfriado considerando que habían estado fuera en el clima frío durante la mayor parte de la noche, pero no pudo evitar echarle un vistazo al chico.

Seungmin

Su corazón se desplomó al instante cuando notó que ya no tenía el traste de ramen en sus manos y que ahora estaba sobre el regazo ajeno. En cuanto a sus manos, habían encontrado el camino hacia sus ojos y sacudían las lágrimas en medio de temblores. Al instante, una ola de pánico superó a Hyunjin, quién no sabía qué hacer. Con poco tiempo para pensar, apagó la televisión y apartó su ramen ahora frío. Colocó vacilante sus manos sobre las de Seungmin y las retiró para revelar un rostro sonrosado y manchado de lágrimas. Los ojos del más pequeño estaban inyectados de sangre y parecían irritados por las lágrimas que todavía corrían furiosas por sus mejillas.

—¿Qué pasa?— preguntó el pelinegro, con el corazón doliendo por el otro y preocupación desbordando sus palabras.

—Tengo miedo— tartamudeó el menor sollozando con pesadez.

—¿Por qué? Estás a salvo aquí conmigo— aunque eso era bastante irónico, ya que se habían conocido hacía cinco horas. Hyunjin secó una lágrima con la yema de su pulgar y la trazó con suavidad por el lado de su piel manchada.

—Lo sé, pero no quiero que él me encuentre. ¡No quiero sufrir más!— esta vez Seungmin gimoteaba mientras lloraba y Hyunjin no pudo evitar empujar al más pequeño en un abrazo en un intento por aliviar al ansioso chico.

—Vamos a la cama, es más cálido allí— su voz era suave como terciopelo arrugado, tanto que podría derretir oro con ella. Seungmin solo asintió, desviando su mirada completamente avergonzado. Sin preguntar, Hyunjin se levantó y cogió al otro en sus brazos, acunándolo con calidez y ternura. En menos de quince segundos, el muchacho se había transportado a la tierra de los sueños y estaba ahogando pequeños susurros en el hombro ajeno en silencio con su rostro enterrado en el cuello de su hyung. Ante esto, el más alto sonrió para sí mismo y continuó caminando por el piso de madera pulida hasta la oscura habitación. Encendió la luz haciendo que el chico medio dormido soltara quejidos. Por supuesto, Hyunjin encontró esto adorable.

Pronto se acurrucaron bajo el edredón tan blanco como la nieve, con sólo un pequeño espacio que los separaba mientras se miraban a los ojos con intensidad, independientemente de la oscuridad que los envolvía.

—¿Te sientes mejor?— susurró el azabache. Seungmin asintió sonriendo suavemente parpadeando con pesadez. El antes mencionado se giró para mirar hacia el otro lado, pegándose a Hyunjin en el proceso, pero el otro no le dio importancia. Si hacía al menor sentirse cómodo y calmaba sus nervios entonces no le molestaba. Por instinto, Hyunjin envolvió un brazo alrededor de la cintura del somnoliento joven, acercándolo lo suficiente para apoyar su cabeza en el hueco de su cuello. Seungmin pronto se relajó en el agarre y permitió que sus tobillos se entrelazaran lentamente.

El mayor sostuvo al más pequeño en su abrazo toda la noche, con un cálido y dulce aliento que se extendía sobre su cuello y oreja. Durmieron cómodamente juntos, moviéndose hasta quedar de frente y viceversa durante toda la noche. Si Seungmin alguna vez se sintiera inquieto, Hyunjin lo sostendría más fuerte o le susurraría pequeñas palabras tranquilizadoras al oído.

Hyunjin

Sin embargo, Hyunjin no se olvidó lo que Seungmin había dicho.

¿De qué o de quién está tan aterrorizado? ¿Por qué está sufriendo?

Los pensamientos frenéticos inundaron su mente, pero los apartó hasta la mañana, ya que solo quería que el chico y él disfrutaran de los mimos y que durmieran por ahora.

¿Debería preguntarle mañana o era demasiado pronto?




Editado [201128]

gloss 「hyunmin」 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora