gloss 「hyunmin」 ✓

칠 | medias lunas sangrientas

Minjae

El pelinegro se detuvo en seco en cuanto escuchó el sonido sordo de lo que supuso era un beso y, siendo la persona de mierda que era, miró a través de la mirilla del dormitorio cincuenta y dos.

En el momento en que vio a cierto chico, su sangre se enfrió, sus pupilas se encogieron y sus manos se apretaron con tanta fuerza que pequeñas medias lunas sangrientas quedaron impresas en el interior de sus palmas.

Con los dientes apretados y una mente inundada de numerosas maldiciones, levantó un puño y golpeó con violencia la frágil puerta de madera.

Hyunjin

Transcurrieron apenas cinco segundos después de que los dos chicos terminaron su sesión de besos cuando ambos se sobresaltaron al oír el sonido atronador que venía de la puerta principal. Ante esto, Seungmin frunció el ceño confundido, considerando que la mayoría de las personas tenían una clase o conferencia en lugar de un período libre como ellos.

—¿Vas a abrir o debería hacerlo?— bromeó Hyunjin, tratando de ocultar su voz crispada. Cuando no recibió una respuesta, lo tomó como una señal de que el honor le correspondería a él.

La puerta se abrió con un click brusco, pero los pensamientos de Hyunjin se cortaron al instante con un par de labios aplastados contra los suyos, el más alto se retorció y luchó para intentar quitarse al extraño hasta que escuchó que el hombre silenciaba una frase en el amargo beso.

—S-seungmin, ¿por qué me dejaste? No finjas que aún no me amas— gruñó el hombre, confundiendo a Hyunjin y al último mencionado.

Ahora era el momento de Seungmin de congelarse al ver a dos personas besándose y sus gritos se interrumpieron cuando cayó al suelo de madera con un ruido sordo.

El ruido que sacó de su burbuja a los dos que seguían peleando.

—¡N-no soy Seungmin, tú, fenómeno!— y con eso fue liberado con un empujón para ir a ayudar al chico temblando en el piso.

—H-hyunjin— el moreno tartamudeó— Es él, él me lastimó. Necesito salir de aquí.

—No, no vas a ninguna parte, te fuiste una vez y me niego a dejarte ir de nuevo— Minjae caminó hacia el pequeño chico que lloraba sobre la camisa blanca del otro.

Sus pasos amenazantes hicieron eco en todo el dormitorio, pero se interrumpieron una vez Hyunjin giró con su puño tenso directo a su mandíbula apretada y labio tembloroso.

Un pequeño y apenas audible jadeo salió de la boca de Seungmin mientras se sentaba con los ojos fijos en un Minjae tirado y medio inconsciente en el suelo a pocos centímetros de él.

Levantó la mirada hacia Hyunjin, quien ahora sostenía su mano derecha en agonía.

—Joder— fue la última palabra que dijo antes de que ambos chicos notaran un hilillo de sangre que bajaba de la esquina de la boca de Minjae, manchando su piel desgarrada.

—Gracias, no por hacerle daño, sino por salvarme de otra era de sufrimiento sin fin.

—No mereces sufrir, todo estará bien— Hyunjin se deslizó por la pared para sentarse junto a un Seungmin que lloraba sin emitir sonido alguno y que dejó caer su cabeza en el hombro del mayor.

˳✧༚

Minjae ahora estaba atrapado e indefenso contra la pared del dormitorio cincuenta y dos con un Hyunjin demasiado calmado en el teléfono a la policía.

—Hola, me gustaría reportar a un adulto abusivo.

Hubo una pausa y Seungmin asomó la cabeza por el costado de la pared para investigar la situación.

—Mi nombre es Hwang Hyunjin.

Seungmin aguzó los oídos para escuchar lo que se decía en la otra línea, pero él solo pudo entender que era una pregunta debido a la expresión facial de Hyunjin y a Minjae quejándose y lanzando amenazas constantes.

—Sí señor, tengo un testigo y una víctima conmigo.

Una ola de alivio se apoderó de los dos chicos y, por primera vez en mucho tiempo, Seungmin creyó que, de hecho, todo estaría bien.

Editado [201128]